Cap 6: Como divertirse

42 4 2
                                    

6

Mientras caminamos por las calles a paso rapido para alejarnos de la situación embarazosa de mi susto, y por cierto, de la idea estúpida de Martín.. le pregunto:

—¡Dios!, ¿estas demente?

— Un poquito - sonríe sarcásticamente.

— Explícame como lograste entrar a mi habitación.

Martín larga una risa breve y dice:
— Oh... ¿Cómo entre?, bueno digamos que tengo mis trucos en ese hotel - me muestra una llave.

— ¿La llave de mi habitación?, debí suponerlo.

— Nop, no es la llave de tu habitación, sino de todas, es una llave maestra que se la quite a un recepcionista que trabaja allí, casualmente me lo encuentro en un bar de por aquí, una noche este hombre había tomado varias copitas de más y bueno... Descuido sus llaves - Martín sonríe.

— Las robaste.

— No señor, las tome prestadas - me guiña un ojo, empieza a caminar a paso rapido y dice:
— ¡Seguime!

Yo aún estaba algo perplejo por tener el sueño interrumpido, soy de esas personas que precisan horas y horas para descansar y así entonces sentirse con batería recargada, las ganas de seguir a Martín a pasos rápidos no existían, varias veces insistí en que se calme pero me ignoraba.. era increíble el entusiasmo que tenía a estas altas horas de la noche.
A medida que lo sigo voy notando varios de los graffitis de los que mencionó Martín hablando sobre aquel Thiago.
Verdaderamente tiene talento ese misterioso chico, Martin se ríe de forma breve y al instante me tira un aerosol, desafiandome a que dibuje cerca de las pinturas de Thiago, con esto me explica que es una manera de llamarle la atención, acepte porque quería conocerlo, si hay algo que me interesa mucho es la gente misteriosa, que se sepa poco de esa gente, además uno nunca sabe que hay detrás de la máscara misteriosa de una persona, agregando que muchas veces.. esta gente es juzgada.

Como en ese momento tenía más sueño que creatividad sólo se me ocurre dibujar una V acompañado de una circunferencia a su alrededor... Yo solo quería dormir, no había ganas de hacer todo un arte a lo Da Vinci.
Como me quede despistado con mi dibujo, al voltear para ver a Martín no lo encuentro, pero se escucha un silbido proveniente de un pasillo, al acercarme veo que él esta pasando una cerca bastante alta para pasar hacia otra calle, no me queda opción que seguir sus pasos. La calle era más vacía y silenciosa que las demás, admito que sentí un poco de escalofríos en ese momento.

— Emmm.. ¿En donde estamos?

— Estas calles están cerradas, remodelaciones. - dice mientras se acerca a una casa de apariencia rústica y antigua.

— ¡Ya veo!... noto todo en pésimas condiciones, incluso el aire polvoriento admito que me esta molestando - digo mientras me tapó la naríz al sentir tanto polvillo. -¿Y este lugar?

— Mi casa, mejor dicho.. Las casas de mis padres. - Martín suspira y se queda pensando con la mirada fija hacia un cuadro con el vidrio roto, al parecer era un cuadro de él con su familia.

— ¿Y tus padres donde están?

— No lo sé.. No me llevaba bien durante los últimos años con ellos, cuando se fueron de esta casa no me dijeron nada, y no supe más de ellos... A veces me pregunto si tendre a volver contacto con ellos, ni siquiera encuentro ninguna señal de ellos bajo ningun medio de comunicación.

— Pero...¿Que paso que se fueron?, además todo este lugar... Tan abandonado, tan tétrico.

— Es algo que con el tiempo te contaré, pero, ¡no venimos para este caso! Ven... ¡Sube!

Subimos por las viejas escaleras de la casa hacia una habitación, donde nos acercamos por una ventana que tenia una especie de conexion con la terraza de otro edificio, digamos que tenia una especie de "puente" que era una tableta de madera que se veía muy... Frágil.
Yo a ese punto ya me daba igual si pasaba algo catastrófico con esa tableta, ya tenia demaciada adrenalina por lo sucedido en el hotel y por el escape apresurado. Así que seguí a Martín y en una cuestión de minutos ya estábamos en el edificio de al lado.
Rápidamente capte la señal de Martín de su cara, quería correr y saltar por las terrazas, me aseguró que no iba a caerme ya que estaban bastante juntos los edificios entre sí y solo me dijo una cosa antes de que se largue a correr, que no tenga miedo.
Asi entonces comenze a correr, en ese entonces estaba pensando el cambio rotundo de mi noche porque pase de...una noche de sueño placido, a correr como si fueramos chicos de parkour. Me causo gracia admito, además me contagiaba la gran energia y entusiasmo que tenía Martín que por cierto iba pasos adelante mio corriendo, esquivando, trepando y saltando como loco. No podía creer lo que yo estaba haciendo, era nuevo en eso, una experiencia muy inusual y llena de adredalina para mi... Lo que me aconsejo Martín no funciono, el miedo a fallar en alguna pisada o a caer paso en todo momento por mi cabeza, aún asi es lo que me mantenia con gran ímpetu para correr y no equivocarme, ¡me sentia genial!, además ambos nos reíamos mucho.
Luego de la tremenda adrenalina decidimos bajar y tomar un descanso en el centro de la ciudad.. Martín como gesto, me compro una hamburguesa y nos sentamos en un banquito de esa plazoleta a disfrutar de tremendo deleite.
De la nada, él me señala a unos niños que jugaban en el patio de una casa céntrica, note que aún los de ese hogar no habían dormido por visitas familiares.

— Mira... ¿Ves esos chicos? - Me pregunta mirándolos con una sonrisa.

— Si, estan jugando con un burbujero.. ¿Que tiene?

— ¡Justamente eso!, presta atención... No te resulta fascinante el hecho de que.. Con tan solo unas simples burbujas, un simple objeto ¿se vuelven los chicos mas felices del mundo?

— Mmmh...es verdad, lo veo entretenido. - Le digo a Martín, mientras intentaba descifrar porqué habló de eso.

— No solo es eso, a veces... personas como tú o yo, nos olvidamos de ser felices con tan poco. Nos olvidamos aquellas pequeñas cosas o momentos sencillos donde uno se olvida de todo y ríe... Y eso es lo que a veces envidio de los chicos. Que se ocupan solo de divertirse, que se rien con lo simple, y lo que menos hacen es preocuparse.

-— ¡Nunca lo mire de ese modo!, pero admito que tenes razón.

— Si la tengo, además de eso se trata, de lo que hago, lo que soy y de lo que me preocupo siempre... ¡De disfrutar, reir, de alegrar a la gente y el momento!.. Sé que mientras uno crece le llegan ocupaciones y responsabilidades importantes pero aún asi, no hay que olvidar la esencia de la felicidad que la tenemos cuando todos fuimos niños, la esencia de como divertirse. - explica Martín sonriendo con ímpetu.

Ella y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora