Salgo de mi habitación y admiro Chicago por la mañana. El sol lanza destellos a todos los edificios abandonados dándole un toque de renacimiento. Cuando me mude quiero un ventanal igual o parecido, las vistas son magníficas. Entro en la cocina donde Cuatro esta preparando tostadas.
-Buenos días - saluda- He hecho...
Rodeo mis brazos en su cintura abrazandole. La calidez de su cuerpo me abraza. Levanto mi rostro, esta a centímetros del suyo. Siento calor en las mejillas, respiro su aliento y un sentimiento nace.
Quiero besarlo.
Empiezo a acercar la cabeza, me acabo de dar cuenta que llevo tiempo queriendo hacer esto. El anhelo se intensifica.
Y se aparta. El repentino cambio de temperatura me sorprende y me siento más fría de lo que estoy realmente.-¿Que pasa?- pregunto
-Esto no está bien- responde
-¿Pero cuál es el problema?
-Sé todo sobré ti, hasta he visto en persona tus miedos, y tu sabes de mi algo tan vago como que mi apodo es Cuatro y y que teníamos una relación sentimental.
Ya me extrañaba a mi que se llamara Cuatro. Me callo, tiene razón por mucho que quiera besarlo ahora mismo. Nos quedamos callados con miradas tristes. Algo le pasa por la cabeza porque sus comisuras se elevan un poco.
- Hoy vamos a la sede de Osadía - murmura de manera que apenas pueda oírlo - La idea es que recuerdes tu iniciación, ahí me conociste a mi y a Cristina
Sonrio. Por fin le podré recordar, me pica la curiosidad de que clase de relación tuvimos, o tenemos, no se.
***
Paramos frente unas vías de tren. No entiendo. ¿No íbamos a la sede de Osadía? Le dirijo una mirada interrogativa a Cuatro a lo que él me responde enarcando una ceja. Entiende mi confusión pero no le preocupa.
Se empieza a escuchar un zumbido y se divisa un tren a lo lejos.-Tienes que saltar
Asiento, manteniendo la calma. Esto ya lo he hecho. Me vienen imágenes con la chica morena del hospital, con gravilla en el codo, en el aire antes de aterrizar... Pero también de un cuerpo desangrado en el asfalto. El mismo que se aferraba a la vida hace unos segundos. A medida que el tren se acerca mi corazón se acelera, el terror se apodera de mi y empiezo a encogerme hasta quedarme en posición fetal sobre la tierra. Noto el temblor del tren pasar por delante mío, obligándome a agarrarme más a mis piernas y presionar mi frente contra mis rodillas. En algún momento notó mi oreja derecha estamparse en el suelo y llenarse de tierra pero me da igual.
-¡Tris!- grita Cuatro a pesar de que estoy a su lado, su tono suena más que preocupado
Me sacude pero no respondo, quedándome en la misma posición.
-Tris - repite desesperadamente
Tras un tiempo interminable me relajo ante su contacto. Sin abrir los ojos encuentro su cintura y la abrazo mientras que pego mi cara en su pecho. Pone una mano en mi espalda y lentamente empieza a acariciar mi cabeza dejando sus labios sobre mis coronilla.
-¿Qué ha pasado?- susurra sobre mi pelo
-Una chica - musito en su camiseta - no sobrevivió el salto - trago saliva para olvidar el mal trago
El tiempo se desvanece de mi lista mental de preocupaciones, hasta que me deshago de su camiseta y levanto la mirada para verle a los ojos.
-¿Quieres que todavía vayamos a la sede de Osadía o no puedes? - pregunta con un tono calmado y suave
Asiento de manera que levanto, me sacudo la tierra de mi ropa y esperó el próximo tren. Esta vez si lo salto y no me vienen imágenes de la desafortunada chica. En cambio una morena se encuentra a mi lado. Cuatro me sigue, también con la mirada puesto que examina cada movimiento que hago. Normal, después de mi numerito es probable que pase otra vez y a lo mejor e no saldré ilesa de la situación.
-¿Aquí conocí a Christina, no? - pregunto intentando sonar despreocupada
-Creo que sí -responde con cuidado
Apoyó la espalda contra la pared y me dejo caer a hasta agarrar mis piernas. Cuatro se acerca, angustiado de que me diera otro ataque de ansiedad pero cuando confirma lo contrario se sienta a mi lado. Ahora el silencio es mi mejor amigo, me permite ordenar mis recuerdos e ideas.
Cuatro se levanta y yo le imito, me muestra la puerta. Quiere que salte yo sola, pero le cojo la mano y saltamos. El viento azota mi pelo, dejándomelo en la cara. Aterrizamos sobre un el tejado de un edificio lleno de gravilla. El mismo antes de saltar al vacío.
Los recuerdos me inundan, yo salte la primera.-¿Te acuerdas de la primera prueba de la iniciación?- me pregunta Cuatro con una sonrisa, supongo que porque no he vuelto a entrar en shock .
-La primera prueba era saltar en el tren, la segunda es saltar de la cornisa al vacío- respondo con toda la calma que logró acumular, que es poca puesto que la adrenalina todavía fluye por mis venas.
Sonríe aún más. Me acerco a la supuesta cornisa y miro abajo. No se ve nada pero de que hay una red, siento como sí cayera y aterrizara en la red, un recuerdo. Miro atrás y veo a Cuatro que asiente.
Doblo las rodillas y salto. El viento aúlla en mis oídos y mi corazón se acelera. La adrenalina me embriaga y no pienso. La oscuridad me rodea y aterrizo en la misma red. Salto fuera de ella y veo una mancha negra caer y rebotar en el tumulto de cuerdas y nudos.
Corro por algunos túneles húmedos hasta llegar lo que recuerdo como el pozo.
Creía que los recuerdos aquí eran bonitos pero es todo los contrario: suspendida en el abismo, un cuchillo clavado en el ojo de un iniciado, peleas contantes hasta llegar al desvanecimiento...
Que tonta fui...
No se cómo pude ser tan ingenua...
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Ascendente
FanfictionLas diferencias entre los GP y los GD se han olvidado. El departamento ahora es un hospital y psiquiátrico. Todo parece en orden pero falta algo. Tris. Esta recibió un disparo que la sumió en un coma. Tras años de "aceptar" este hecho, Tobías recib...