Capítulo 13: Pesadilla.

0 0 0
                                    

En aquel momento no estaba consiente de lo que ocurría. Sólo se que estaba junto a Ryan en el bosque, de noche, bajo la nieve. Los unicornios llegaron, habían dos de ellos a unos diez metros de distancia. Comenzamos a correr hacia el interior del bosque, pero aún así no tardaron en vernos. Cuando lo hicieron comenzaron a dispararnos con las energías mágicas provenientes de sus cuernos. Tratamos de ezquivarlas pero eran demasiadas. Con apenas un tiro dirigido a nuestro corazón ya robarian nuestras almas automáticamente, las cuales irían a sus cuernos y de esa manera irían acumulando poderes por todo el mundo. Era fácil que lograrán hacerlo, ya que mediante sus alas podían moverse y acercarse fácilmente a nosotros. Aún así logramos ezquivar todas y seguimos corriendo hacia el bosque hasta perderlos de vista. Pero luego comenzaron a seguirnos, nos escondimos detrás de un árbol y sacamos nuestras armas. Les disparamos un par de veces,con eso alcanzó para dejarles algunas leves heridas, pero por más que les disparamos millones de veces no podíamos matarlos, la única manera que existía era realizando el ritual. Ambos nos camuflamos entre los arbustos del bosque. Y por ahí cerca vimos como ambos unicornios se sentaban.
_Los perdimos de vista. Dijo uno de ellos.
_Si,debemos encontrarlos. Debemos acabar con todas las almas de este mundo.
_Si, lo lograremos. Pronto podremos acabar con las almas de estos malditos seres y de esa manera nuestros poderes aumentarán.Podremos crear todo lo que se nos ocurra. Conquiatar todos los planetas que queramos. Haremos de todo.
_Será genial. Date prisa debemos encontrarlos.
Luego de esto, ambos unicornios comenzaron a volar en busca de nosotros. Nos escondimos aún más en el interior de los arbustos. Permanecimos así un rato hasta que oímos unas tenebrosas pisadas. Nos habían encontrado. Las hojas del arbusto se fueron perdiendo en el viento dejando ver nuestros temerosos rostros ante tales criaturas. Los unicornios comenzaron a lanzarnos su magia una vez más. Corrimos pero gracias a sus alas aparecieron delante nuestro y dispararon potentemente hacia nuestros pechos. Caímos al piso y miramos hacia el suelo, mis ojos se fueron cerrando de a poco y no volvieron a abrirse.

La nieve dormida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora