Poción Multijugos

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Ayer presenté el último examen, soy la persona más feliz del mundo, se siente tan bien, tener por fin un poco de tiempo libre. No pude publicar el fin de semana, porque literalmente estuve todos los días estudiando, ahora solo queda esperar resultados. Es por esta razón, que publico este capítulo en medio de la semana, con la promesa de que publicaré otro el día sábado.

Un dato sobre mí... estudio derecho, leyes, abogacía (como se llame en sus respectivos países) ¿Se nota un poco esa influencia en la historia? xD, así como cuando Hermione habla de Derechos Humanos y unas cosas más relacionadas con las leyes.

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Antes de que pudiera irse, Weasley se acercó a ellos.

-Conseguí lo que me pediste- dijo él dirigiéndose a Luna.

-Sam consiguió el trabajo- le informó ella, haciendo caso omiso a sus palabras.

Fue entonces que Weasley fijó su atención en él. Draco estaba al borde de la desesperación, tenía la cabeza gacha y se inclinó hacia un lado para que no pudiera verlo de frente.

-Tengo que irme, quedé de ir a comer con mis nuevas compañeras de trabajo- dijo en un intento desesperado por irse.

Sin esperar que alguno dijera algo, se dirigió a la salida del hospital dando grandes zancadas. Podía sentir como lentamente se transformaba, esperaba que nadie se hubiera fijado en él. Se puso la capucha de su túnica, y cuando pensó que lo iba a lograr vio que un guardia de seguridad del hospital revisaba en la salida a cada uno de los visitantes ¡Como pudo olvidarse de ese detalle! Jamás podría salir de allí como Draco Malfoy. Se desvió de la salida y se dirigió al baño más próximo que encontró, afortunadamente no había nadie. Con un hechizo, echo seguro a la puerta, se bajó la capucha y pudo ver su rostro de vuelta. Trato de guardar la calma, debía pensar en una forma de salir de allí; sostuvo firmemente las manos en el tocador y suspiró. Lo primero que se le ocurrió fue aparecerse, pero cuando lo intentó no funcionó, era de suponer que un sitio como aquel tuvieran hechizos anti- aparición. Tal vez... si se transformaba... podría cambiarse el color de cabello, retocarse la nariz... pero no... esa no era una opción, la quemadura de magia negra que tenía en el rostro jamás se ocultaría con un simple hechizo de cambio de estilo; solo podía hacerlo si se convertía en otra persona, y para eso únicamente existía la poción multijugos ¡eso era! Debía escabullirse hacia su oficina, buscar la dichosa poción y conseguir... el pelo de algún mago o bruja distraído y así salir, luego iría al apartamento de Hermione, tomaría la poción con el caballo del muggle y volvería a tiempo para trabajar. Sonaba algo complicado, pero era su única opción.

No encontró ningún obstáculo en el trayecto del baño hacia la oficina. Todos habían salido a almorzar, así que pudo buscar la poción con tranquilidad. Infortunadamente, no logró encontrarla.

-Accio poción multijugos- pronunció exasperado, pero nada paso.

Era de suponer que en un hospital no necesitaban poción multijugos. Volvió a pensar en las posibilidades que tenía, y llego a la conclusión de que lo único que podía hacer, era pasar por el guardia de seguridad... y con un poco suerte, tal vez ni se daría cuenta de quién era él, en caso contrario, tendría que lanzarle un disimulado encantamiento confundus y listo.

-Señor ¿puede quitarse la capucha?- le dijo con amabilidad aquel guardia regordete.

Apretó fuertemente su varita, listo para lanzar un encantamiento, cuando un sonido estruendoso sonó por el lugar, como una especie de alarma que resonaba por todos lados. Draco vio como el guardia y otro grupo más que estaban en la recepción se desplegaban por el hospital.

Los demonios de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora