T h r e e

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Un ambiente cálido y hogareño les recibía  gracias al color morado que cubría toda la pared. Varios sillones aterciopelados ,del mismo color, recogían todo el local, y envolvian a varias de las barras de metal verticales, que estaban vacías. Al otro lado, se encontraba una barra cristalina, en la que reposaban varias copas, y en la que tras esta habían unos estantes  que contenian varias botellas con bebidas alcoholicas. Y antes de las escaleras, que estaban decoradas por terciopelo, esta vez rojo, y que daban a las habitaciones del segundo piso, reposaba un mostrador de barra americana, tras el cual se encontraba una joven muchacha atendiendo a los clientes, con las reservas de sus respectivos servicios. Samuel llegó hasta la recepción, junto a su amigo, y saludó a la muchacha, que al parecer ya conocían
.- Hola Melisa - Saludó Samuel esbozando una sonrisa graciosa.
- Buenas noches, Samuel - Sonrió la joven y prosiguió.- Y buenas noches, Rubén. Este la saludó dándole dos besos en las mejillas amistosamente.
- Hoy tenemos chicos nuevos, por si os interesa. Dentro de unos minutos saldrán, si queréis podéis ir a sentaros, y ya me decís después que queréis.
- Claro, vamos a tomar unas copas - Respondió el azabache y ambos chicos se dirigieron hacia la barra para tomar las bebidas. Ambos pidieron un gin tonic y conversaron sin cesar, carcajeandose de sus tonterías, hasta que, por fin unos muchachos de entre dieciocho y veintidós años, los cuales iban bastante ligeros de ropa ; bajaron sensualmente las escaleras, poco a poco, hasta llegar a varias de las barras metálicas y cada uno colocarse en una de ellas. El castaño, de orbes oscuros y achinados, de tez blanca pero con un toque rosado en sus mejillas, y que llevaba puesto un juego de lencería roja con encaje, bajaba las escaleras en el último lugar, moviendo sus caderas sensualmente haciendo babear a todos los presentes que lo miraban. Y la excepción no era Samuel, al cual ese joven le llamo la atención, ya que no paraba de analizar su cuerpo de arriba a abajo. El menor, se colocó en una de las barras verticales, y junto a sus compañeros comenzó a bailar al ritmo de la música, moviéndose lujuriosamente. Sus piernas delgadas y finas, se movían creando posiciones eróticas, mientras deslizaba sus manos por la barra contoneando sus caderas a la vez. Poco a poco, los espectadores iban arrojandole más billetes de dinero mientras se despojaba de su ropa hasta quedar en una bragas de lencería rojas. Samuel, admiraba cada uno de sus movimientos, los analizaba y observaba con la delicadeza y sensualidad que los realizaba. Cuando el joven acabó, al parecer había notado que Samuel lo estaba mirando ya que al bajar de la barra, le miró y guiñando un ojo le lanzó una mirada lasciva, a la que Samuel respondió mordiendose los labios. El bailarín, se unió a su grupo y fue a una de las mesas reservadas para los trabajadores, mientras movía sus caderas y guiñaba el ojo provocadoramente a todos los presentes. Un vulto de gran tamaño creció en el pantalón de Samuel casi sin darse cuenta, mientras pensaba "Serás mío está noche" y relamía sus labios lascivamente.

《 Striper 》WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora