HISTORIAS BREVES

Talentosamente incompetente

Se han sentido menos preciados alguna vez? De ser así me entenderán. Desde que tenía siete años, me apasioné por la pintura. Tenía la firme intención de ser un pintor a la altura de los màs famosos.
Aunque de mi familia no recibí el apoyo esperado, ya que mis padres querían a un honroso doctor, luché contra viento y marea.  Tardé màs de doce años para encontrar ese estilo que me caracterizara, eso que me diferencie de los demás. Pinto cuadros de tristeza, llenos de dolor, de absurdo horror.
La melancolía es ese tinte que tienen mis cuadros. Galerías enteras me han rechazado, al ver mi arte, algunos quedan perplejos, otros asqueados, y algunos confundidos. Pero todos dicen lo mismo. No es lo que estamos buscando.
!malditos! Malditos sàtrapas ignorantes que no aprecian la belleza fuera de lo que ellos llaman estándares. Paso mi vida deambulando por las calles de las ciudades mas bellas del mundo, y en todas ellas, he callado su parte malévola, esa grotesca de la que nadie quiere hablar. Mis cuadros hablan de ello, sin tabú, sin restricciones, transgrediendo la belleza. Que hay de malo en retratar un asesinato? O una violación? Quiénes se creen para llamarme enfermo? Me enloquece ver como admiran un cuadro donde hay tres líneas y dos colores. Se atreven a llamarlo arte, afirman que es una pieza única. El mundo está lleno de imbéciles que menos precian a los talentosos, y alaban a los incompetentes. En ese mundo vivo, mis dones se malgastan, mi arte se degrada, y mi alma se socava.
Trato de estar cuerdo, de poner todo en cada obra, pero los fascistas se empeñan en hacerme a un lado, en reírse, en jactarse en su mundo, en humillarme. Desgraciados, algún día se arrepentirán  y ese día no solo mi talento brillarà,  ese día hasta los cielos se dividirán. Recuerden mis palabras, un día el arte que profeso será el que amaràn.