Sangre por amor.

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Recuerdo que siempre estuve enamorado de ella; al verle mi mente se tornaba confusa, y tareas tan simples como montar en bicicleta se dificultaban.
Ese día no lo olvidaré, salías de tu casa, y yo cruzaba en mi destartalada y óxidada bici.
Me asusté, quería impresionarte así que me hice el desentendido y aceleré. Como era de esperarse de bruses fuí a dar. Tu reíste como nunca lo habías hecho, y yo, pese a mi pierna rota, no sentía dolor, mi vergüenza era mayor a cualquier cosa, y que decir de la vez que nos encontramos por casualidad en la tienda de la esquina, el solo verte hizo que arrojara la botella de soda, impactó en el suelo y las esquirlas de vidrio me cortarón levenmente el tobillo.
Pasaron los años y yo seguía igual, me comportaba como idiota al verte, incluso aquel doloroso día. Tenía la firme intención de declarar mi amor por ti; salí de mi casa,  con flores en mano, majo y sonriente. Tenía la convicción para hacerlo, y al doblar la esquina, aquella esquina de mis angustias, estabas de la mano con otra persona, le tomaste el rostro, lo besaste y sonreiste.
Quedé petrificado ante la escena. Tu,por obvias razones no me viste, pero sabes amor mio, aquella ocasión la ira me invadió, y la impotencia se torno a mi alrededor, Tiré las flores, y la pared se ofreció como consuelo; la golpee hasta que mis nudillos sangraron, y la carne quedó hecha jirones. En esa ocasión tampoco sentí el dolor. Estupefacto no quería saber de nada y de nadie, ni al doctor fuí, algunos tópicos y vendas caseras fueron mi balsamo.
Quemé las cartas que escribí y que jamàs me atreví a entregarte, y así transcurrieron los años, te sumergiste en una boda,  a la que cruelmente fuí invitado, y a la que vestido de frac sonreí cuando lo que quería era llorar. Ese sí, que diste ante cientos de testigos, terminó de ahogarme en pena y tristeza.
No quería saber nada de historias de amor, para mí eso solo era ya una memoria lejana. Contemplaba tu crecimiento a lo lejos, siempre en sombras, como un espectro. Mil noches imaginé que a mis brazos llegabas  y que un te amo, iluminaba el lugar, un te amo, coloreaba mi grisàsea vida. Pero al llegar  un nuevo día la realidad era màs diàfana que el matutino sol. No me enamoré de nadie màs, nací para amarte, y sabes amor, hoy acà en mi lecho,a obscuras, con las venas rasgadas hasta el fondo, sangro de nuevo, y como siempre el dolor no se siente. Hasta siempre amor mio.

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