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Jungkook

Cuando son las nueve de la noche de un viernes siempre tengo dos opciones: estar en una fiesta, rodeado de chicas lindas con buen cuerpo o dormir. En este caso, ninguna de las dos es válida; estoy acostado en la cama y mi vista está sobre el techo pero mi cabeza da miles de vueltas. Yo como padre, nunca me imaginaba semejante título en mi vida, por lo menos en esta etapa.

Yu Ri no ha parado de enviarme mensajes, y no hago más que ignorarla aunque me lastime el corazón. Estoy solo, pero hay alguien que espera por mí... solamente que no ha nacido todavía.

Siento el sonido de mi móvil e instantáneamente supongo que es Yu Ri pero cuando miro la pantalla me doy cuenta de que estoy equivocado; el número de Yoo Soo aparece en la pantalla. ¿Por qué está llamándome a esta hora?

—¿Yoo Soo? ¿Estás bien? —pregunto cuando contesto la llamada

—Ella se encuentra bien—responde, pero habla una voz con la que no soy familiar— Es Hae Soo, la mejor amiga de Yoo Soo, ¿Podrías venir por ella?

Me quedo callado por unos segundos, ¿acaso se ha enterado? Es muy extraño que me llame justamente a mí.

—Jungkook, Yoo Soo me ha contado todo —dice como si leyera mi mente— Te enviaré la dirección.

En menos de cinco minutos me encuentro buscando un atuendo ligero y manejando hacia el lugar que me indica el GPS. Cuando estoy dentro de aquel bar, la música me incomoda de repente y puedo ver miles de adolescentes bebiendo y liándose en las esquinas. Con la vista, trato de buscar a mi objetivo... Dios, Jungkook, como si fuera tan alta. A veces me preguntaba cómo iba a cargar un bebé en ese cuerpo tan pequeño.

—¿Eres Jungkook? —pregunta un hombre, parece el barista.

—Sí, ¿qué sucede?

—Hace un rato, una chica se marchó y me ha dejado a cargo de su amiga —comienza explicándome— Me dijo que un muchacho vendría por ella, supongo que eres tú. Ella está frente a la barra.

Le doy las gracias y comienzo a caminar hasta donde ella. Puedo ver su figura de espaldas a mí, la mesa llena de bebida. Su cabeza se inclina hacia atrás mientras se llena del líquido amarillento, no puedo tolerar la escena así que corro hasta donde ella y le arrebato de mala manera el vaso de sus labios.

Su mirada es una llena de confusión y sus ojos... sus ojos están rojos de tanto llorar.

—¿Has perdido la cabeza, Yoo Soo? ¿Ah? —grito y ella se mantiene rígida— ¿Te volviste loca o qué? Estás embarazada, esto puede hacerte daño. A ti y al bebé.

Pero ella ríe y apoya su mejilla contra su puño.

—Mejor todavía, ya te dije que no quería tenerlo —balbucea y su aliento a alcohol me causa coraje— ¿Qué? ¿Tú sí?

—Tan patética como el primer día que te conocí. —susurro para mí viendo como agarra otro vaso de cerveza.

Vuelvo a arrebatárselo.

—¡Déjame! —grita tan fuerte que varias personas giran a mirarla. Una lágrima baja por su mejilla y a mí... me destroza el corazón verla así— ¡Déjame beber hasta descomponerme aquí sentada y lárgate!

Unos guardias de seguridad se acercan a mí.

—Le pediremos que desaloje el lugar, por favor —me dice uno de ellos y yo asiento.

Tomo en brazos a Yoo Soo y con un poco de dificultad la llevo a mi auto. Por suerte, no forcejea conmigo pues se ha quedado completamente dormida. No encuentro lugar para ir, su mejor amiga debe estar durmiendo y sus padres la matarían si la vieran en dicho estado así que la llevo a mi pequeño apartamento, uno que mis padres me regalaron para mi cumpleaños.

Cuando nos encontramos adentro, la acuesto sobre mi cama y me doy la libertad de acompañarla justo a su lado. Ahora ella está a mi costado, y yo me apoyo sobre mi puño. Nunca había hecho tal cosa, pero comienzo a mirar sus finos labios, recordando como la bese con ferocidad aquella noche, sus pómulos hinchados, y su aura tan pacífica.

La escucho gemir un poco, luego abre sus ojos. Me asusto por cómo vaya a reaccionar pero simplemente vuelve a cerrarlos y se acurruca más en la cama.

—Sé que pensarás que estoy loca de remate pero peor lo pienso yo de ti —apenas susurra— Porque no soy la mujer que amas y dentro de mí llevo un pequeño pedazo de ti... pero aun así insistes en querer tenerlo

Sus palabras causan en mí querer hacer algo de repente. Con temor, mis manos suben un poco su camisa hasta exponer su vientre y dejo descansar mi mano en el mismo lugar y observo a la mujer que lleva a mi hijo dentro de sí. Siento la presencia de mi pequeño... porque aquí estamos los tres: Ella, yo y nuestro hijo.


Daddy to be: Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora