Daddy to be: Jeon Jungkook

10

Jungkook

—Vaya, vaya —dice Hoseok con tono sarcástico— Tanto tiempo ha pasado desde que nos reunimos por última vez, Jungkook... o debería decir "papá"

Y tiene razón. Habían pasado meses desde que había pisado un lugar como este para beber con mis amigos o pasarla bien con alguna chica... aunque siempre que estábamos todos juntos, Yu Ri nunca faltaba.

—¿Cómo te has enterado? —pregunto, llevándome a los labios el vaso de cerveza que él me ha traído.

—Por Yu Ri y debo decirte que estás jodidamente loco, hermano —comenta y se recuesta sobre la barra para poder mirar mejor a una chica que pasa frente a sus ojos— Es decir, ¿cómo podrías rechazar a una mujer como esa? Hermano, estaba malditamente proporcionada de todos lados.

Dejo el vaso de cerveza sobre la barra, dejando resonar el cantazo sobre la misma.

—Tengo que tomar responsabilidades por mis actos, en cuanto a Yu Ri, ella ha de conseguir un hombre tan rápido como quiera —suelto y este me mira con desprecio, como si Yu Ri fuera la única mujer de este mundo.

—Mírala con tus propios ojos —responde de repente con una sonrisa, apuntando con un cabeceo a la puerta de entrada.

No hago más que girar la cabeza para encontrarme a aquella mujer que tanto quise. Parezco un viejo hablando de esa forma, no soy más que un niño de dieciocho años que recuerda un poco de su pasado. Con un movimiento frenético de caderas, se acerca a nosotros y Hoseok se la quiere comer con la mirada. Está sola y sé que viene por mí.

—Hola, Hoseok —habla con aquel tono coqueto que había usado la primera vez que nos conocimos. Luego coloca su mano sobre mi hombro, haciéndome girar— Jungkook, veo que no has cambiado un poco.

No puedo explicar lo que estoy sintiendo en este momento, solo sé que no es agradable. Su traje está a la altura de su trasero y su escote es muy abierto.

—Yu Ri —le repito— Puedo ver que tú tampoco.

Ella ríe y se hace a un lado con nosotros, pidiéndole sensualmente una bebida al barista. Cruza sus piernas, como si me permitiera el acceso a mirarla, pero una sola imagen llega a mi mente: Yoo Soo, Oh Yoo Soo con su pequeña pancita. Y no quiero mirar otra mujer, no mientras tenga su imagen fresca dentro de mi cabeza.

—¿Qué hay de tu novia la embarazada? —pregunta con desprecio y una llama se enciende dentro de mí.

—Se encuentra muy bien, incluso, creo que voy tarde y que debe de estar esperándome en casa. —digo mientras me levanto de mi asiento— Así que si me disculpan...

—¿Viven juntos? —me corta ella

—Woah, hermano —comienza Hoseok de nuevo— ¿Estás tan loco como para meter a una prostituta a tu casa luego de accidentalmente embarazarla?

Y eso es suficiente como para yo tolerarlo. Me abalanzo sobre él, tomando el cuello de su camisa con fuerza y acercándolo a mí. Odio lo que acaba de decir y ahora lo odio a él por hablar de esa forma acerca de Yoo Soo. Los colores en su rostro cambian, y siento su cuerpo temblar.

—Her...hermano

—Escúchame bien, Hoseok, y más vale que no tenga que volver a repetirlo en un futuro —susurro, rechinando los dientes— Podrías hablar mal de cualquier persona pero no te permitiré jamás que hables mal de la mujer que lleva dentro a mi hijo. Ella no es ninguna de las zorras con las que tú te acuestas, no te confundas ni un segundo. Es la madre de mi hijo, ¿has entendido? Y si tengo que ir contra ti y cualquier persona por ella estoy dispuesto a hacerlo. ¿Te queda claro?

—Jungkook, basta, estamos atrayendo la atención de las personas —susurra Yu Ri, tomando mi brazo pero yo lo retiro bruscamente causando que esta se desbalancee.

—¡Te he preguntado que si has entendido de una maldita vez! ¡Joder! —grito, apretando más el cuello de su camisa.

No puede ni tan si quiera bien respirar.

—Me...me ha quedado... claro —dice con dificultad

Dejo ir de su camisa y este se aguanta de sus rodillas para poder coger aire, lleva sus manos a su cuello y comienza a jadear. Le dirijo una última mirada y abandono aquel lugar. El corazón me late a mil y no puedo creer la manera en que he reaccionado ante sus palabras pero luego recuerdo las suyas... "No soy la mujer que amas", ¿No la amaba? Pero yo no podía contestar aquello, así que en menos de un segundo ya me encontraba marcando su número y esperando ansiosamente su voz.

—¿Jungkook? ¿No se supone que estés con tus amigos esta noche? —pregunta y siento que esa voz me vuelve loco.

Mientras camino lentamente, giro mi cabeza a la derecha y mis nervios se expanden al verla al otro lado de la calle.

—¿Estás en casa? —pregunto aun con mi mirada fija en ella.

—Mm —veo cómo se detiene y mira el bolso que carga en su brazo— En realidad, no. Fui a comprar unos libros.

—Entonces, hubieras usado un chaleco. Esta noche hace mucho frío y podrías enfermarte —le contesto y su mirada gira a su alrededor.

—¿En dónde estás? —exclama divertida.

—Incluso, así de perfil, puedo notar que tu vientre ha crecido mucho más. —le digo y es entonces cuando nuestras miradas coinciden. Aún sigue con el móvil sobre su oreja— Debe ser una niña, definitivamente.

Pero no perdemos más tiempo. Ella termina la llamada y comienza a caminar en mi dirección. Estamos solos, no hay autos, solo estamos nosotros dos. Me toma por sorpresa cuando enrolla sus brazos alrededor de mi cintura. No sé qué hacer, no sé si ella está sintiendo lo mismo. Siento su aroma, su respiración sobre mi pecho.

—Te extrañé —dice

Y no sé en qué momento todo ha pasado tan rápido, soy capaz de contestar mi propia pregunta. La amo, joder, como a nada en el mundo.