Jeonghan le había contado una tarde todo el tiempo que había pasado buscándolo, cómo cada vez que su conteo bajaba él corría por los alrededores intentando que disminuyera más. Le contó la angustia que sentía cada vez que su conteo bajaba, pero de pronto comenzaba a aumentar drásticamente otra vez y él quedaba ahí, de pie en medio de la gente, mirando su muñeca, solo. Joshua había llorado pidiéndole perdón, confesándole que estaba aterrado de encontrar a su soulmate.
Pero jamás le decía por qué. ¿Cómo podría explicarle lo de los besos? ¿Cómo podía explicarle que moriría en algún momento, cuando sus besos se acabaran? Esta era la parte difícil de haber conocido a su soulmate, pero realmente no se arrepentía. Nunca lo haría.
Se miraron a los ojos una noche, iluminados solo por el tenue brillo de las luces de la calle fuera del edificio y las luces de los autos que pasaban con lentitud, haciendo un ruido húmedo al contacto de los neumáticos con la acera mojada por la llovizna. Joshua acarició el rostro de Jeonghan con una mano temblorosa, desde que se habían enamorado siempre tenía miedo. Jeonghan se acercó un poco para besarlo, pero Joshua se alejó instintivamente. Se miraron y Joshua alejó la vista.
- Lo siento tanto, yo... - murmuró con voz temblorosa y con la garganta apretada. Jeonghan sonrió, brillante, como si realmente entendiera.
- Está bien.
Joshua cerró sus ojos con fuerza sintiendo un sollozo escapar de su boca. Jeonghan susurró con suavidad "Oh, no, Shua, tranquilo" con la voz más dulce que haya podido salir de su boca, acariciando todo su rostro con delicadeza, uniendo sus frentes con suavidad como si uno de los dos fuera a romperse en cualquier momento. "Todo está bien, todo estará bien".
Joshua sabía que no estaría bien. Sabía que tarde o temprano dejaría de estar bien, pero podía mentirse por un momento, podía fingir que nada saldría mal, que su condición de soulmate sería como cualquier otra. Jeonghan rodeó su rostro con sus manos, pidiéndole permiso con miedo. Joshua asintió, y fue el primero en besar esos labios que tanto deseaba besar otra vez.
Se olvidaron de todo esa noche. Para Joshua, los besos eran un simple detalle esa noche, el hecho de que en algún momento moriría por esto ya no le importaba. Repartió besos desesperado, unieron sus labios con cuidado para no hacerse daño, descubrieron sus cuerpos dejando atrás las ropas y los miedos, tocándose sin pudor, sintiéndose de la forma más íntima que pudiesen lograr. No querían separarse, no querían alejarse nunca más, se besaron como si no hubiese un mañana e hicieron el amor por horas, gimiendo el nombre del otro en sus oídos como secretos y promesas de amor, cruzaron sus dedos y los apretaron con fuerza, lloraron y prometieron amor eterno una y otra vez, disfrutaron el orgasmo más dulce que pudiese existir y se abrazaron desnudos en el frío de la noche lluviosa, cubiertos solo por sábanas ajenas que no lograban el calor que sus cuerpos les brindaban.
- Te amo... - susurró entre sus labios Jeonghan, cruzando sus piernas temblorosas, acariciando su espalda sudada y débil. Joshua respiró con fuerza, guardando en su memoria el aroma de su piel tras hacer el amor, el aroma de su cabello, el aroma de su ser, de su alma, del amor.
- Yo te amo a ti – respondió con una sonrisa sincera, acariciando todo su cuerpo, sintiéndose pleno y completo como nunca antes.
Se besaron una vez más con cuidado, disfrutando cada milisegundo, y se acurrucaron bien aprerados hasta que ambos cayeron dormidos. Joshua pensó antes de dormir que, si morir significaba disfrurar esos besos dulces como miel entonces quizás la muerte no sería un castigo tan terrible.
A la mañana siguiente el conteo en su brazo había disminuido casi 60 dígitos. Apretó los labios y cubrió su muñeca con su mano, como si con esto la marca fuera a desaparecer. Pero no le importó, no cuando los brazos cálidos de Jeonghan abrazaron su torso desnudo con cuidado, acercándolo más a él.
- Dónde vas - musitó entre sueños, sin abrir sus ojos - Es muy temprano, quédate en la cama conmigo.
Joshua se acomodó y con una sonrisa besó sus labios una vez más sin importarle nada. Solo uno, pensó, uno más no le hará mal a nadie.
Esa tarde se quedaron acostados juntos todo el día y ninguno de los dos fue a trabajar.
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mil besos. [JiHan]
FanfictionLa dinámica de los soulmate es simple: al cumplir los 17 años un número aparece, como un tatuaje, en tu muñeca derecha. Es una cuenta regresiva, la cual disminuirá mientras más cerca estés de conocer a esa persona. Cuando conoces a tu soulmate la re...