Vínculos de sangre

23 4 0
                                    

Yacía Laura en el suelo ensangrentado y añejo, atada de pies y manos, sometida, su brazo desmembrado se situaba junto a ella, borboteando sangre como una fuente epiléptica, su muñón tampoco dejaba de sangrar mientras comenzaba a perder el conocimiento, subiendo su mirada, frenética y asustada a la vez, la fijo en su sádico verdugo que se encontraba parado junto a ella, con un machete en una mano y un revolver Ruger 22 en la otra, luego de un cortante silencio Laura abrió sus labios:

–Marcus, por favor, detente, ninguno de los dos se merece esto

Mientras esta aun terminaba de hablar, Marcus soltó un grito:

– ¡Cállate perra! eres una maldita desgraciada, ¿te atreves a hablarme así?

El oficial de policía no servía nada más que de espectador viendo tras el cristal espejo que se situaba en una de las paredes del antiguo cuarto, en una bodega abandonada en las afueras de la ciudad, se sentía complacido al ver el odio que manaba de los ojos de Marcus, en ese momento recordó el casual día en que lo conoció

Era una tarde común y corriente, se encontraba Marcus pintando paredes y bardas como lo hacía a diario, tenía 19 años y esto le encantaba, pero lo que más le gustaba era la adrenalina de ser perseguido por los policías, y ahí se encontraba entrando al lugar el oficial Morris, sin que Marcus se percatara, este al verlo soltó los aerosoles y comenzó a correr, pero era tarde, el oficial estaba lo suficientemente cerca como para alcanzarlo, con placer le propinó un par de golpes en el rostro al adolescente, maldito bandolero, pensó, y antes de esposarlo le dijo:

–Escúchame bien muchacho, hoy no tengo ganas de arrestar a nadie, quiero descansar y sabes que hacer eso me lo impediría, así que esto es lo que haremos, irás a la gasolinera de la esquina, comprarás un refresco, unas gomas de mascar y una cajetilla de cigarros, luego me las traerás y te esfumas de aquí, entendido?

Marcus no dijo nada, se dirigió hacia la gasolinera e hizo como el oficial le ordenó, sin más que decir el oficial lo dejó ir, pero sabía que no era la última vez que lo vería.

El Oficial vigilaba casi a diario a Marcus sin que este siquiera lo sospechara, así transcurrió una semana.

El martes de la semana siguiente, el Oficial Morris se encontraba en la escena de un crimen, una jovencita llamada Tiffany Clarkson había sido asesinada y violada en las afueras de su casa, la policía no sabe cómo ella fue sacado de su residencia a tales horas de la noche, pero había alguien que al menos tenía una pista, la cual no compartió con los demás oficiales.

La misma noche Marcus se encontraba, típicamente, vagando por la oscuridad, dejando sus huellas de pintura en cada lugar que alcanzaba, Marcus tenía tres semanas de haber terminado con su novia, la popular Laura Clarkson, habían estado juntos por dos años, dos malditos años atado pensó Marcus, en los cuáles le demostró su amor inigualable, mientras ella se comportó como una perra con él, Laura no era una mala persona, pero el despecho por el rompimiento puso a Marcus en otro ángulo, provocando el desarrollo de un indecoroso odio hacia su exnovia, provocando no muy luego que asesinara a la pequeña hermana de Laura en venganza, pensamientos psicóticos y descontrolados transitaban su mente cuando escuchó:

–Marcus Fleinn, así que ese es tu nombre muchacho –dijo el oficial Morris.

Marcus no intentó escapar esta vez, no sentía miedo del policía, incluso se sentía identificado con él, un maldito que usaba los recursos que tenía al alcance para hacer más fácil y divertida su vida, jodiendo la de los demás a la vez, el Oficial lo esposó sin que este ofreciera resistencia, lo metió en su patrulla y se lo llevó.

El Oficial Morris no tenía intenciones de arrestarlo, tenía un mejor destino preparado para el adolescente, el cuál le recordaba sus años jóvenes, aquellos en los que reinaba el vandalismo en su cuerpo post-adolescente, la diversión, el alcohol, las noches de fiesta y drogas, le provocaban euforia mientras una leve sonrisa se le marcaba, cuando de repente, volvió al presente, debía concentrarse en lo ideal pensó, él sabía que Marcus había sido el autor de la muerte de la pequeña Tiffany, ¿cómo lo sabía? Pues era obvio, luego de investigar los antecedentes penales de Marcus Fleinn y espiarlo por varias semanas, el Oficial juntó las piezas del rompecabezas: Un adolescente ahogado en el dolor de un corazón roto, mas comportamientos extraños pre-psicóticos dieron como resultado un atentado hacia la familia de su víctima, y en este caso a la hermanita de la misma. No se equivocaba con esta suposición, pero aun así, nunca le confesó a Marcus dicha suposición.

Esta noche no duermes-terrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora