El cartucho maldito de Zelda

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Ese fin de semana decidí dar una vuelta con mi coche por varios vecindarios a unos 20 minutos de mi campus, echando un ojo a los rastrillos de los garajes esperando hacerme con unos buenos juegos, a grandes precios, gracias a unos padres ignorantes. Conseguí una copia de Pokemon Stadium, Goldeneye , F-Zero y otros dos controladores a 2 dólares cada uno. Satisfecho, estaba preparado para abandonar el vecindario cuando preste atención a una última casa. Aun no tengo ni idea de por que me atrajo, no vi coches en ella y solo había una mesa llena de basura pero algo me dijo que tenia que ir. Suelo hacer caso a estas sensaciones, así que salí del coche y un anciano me dio la bienvenida. Su apariencia era, a falta de una palabra mejor, inquietante. Era extraño, si me preguntas por que me inquietaba no sabría realmente señalar nada, pero había algo en el que me hacia permanecer alerta. No lo puedo explicar. Solo os digo que si no llega a ser por la tarde, y oyendo a otras personas de fondo, jamás podría haberme acercado a ese hombre.

Me sonrío con su mandíbula torcida cuando le dije lo que estaba buscando, e inmediatamente me di cuenta de que debía estar ciego de un ojo, el derecho, el cual mantenía una mirada perdida a la distancia. Intente forzosamente mantener la mirada en su ojo izquierdo, intentando no ofenderle, y le pregunte si tenía algún videojuego antiguo

Cuando ya estaba pensando como podría pedir disculpas de buena manera si me dijera que no tenía ni idea de que era un videojuego, para mi sorpresa, me dijo que tenía algunos en una caja vieja. Entonces me aseguro que volvería en un instante y se fue hacia el garaje. En cuanto vi como se fue cojeando, no pude evitar darme cuenta de lo que estaba vendiendo. Sobre la mesa había unas cuanto menos, pinturas bastante peculiares. Varias obras de arte que parecían manchas de tinta que un psiquiatra te mostraría. Curioso, las mire todas (estaba claro por que nadie visitaba este garaje, no eran ni mucho menos una vista muy agradable). Cuando llegue al ultimo, por alguna razón me recordó a " Majora Mask " -El mismo cuerpo con forma de corazón, con pequeñas estacas hacia fuera. Realmente, en mis adentros, pensé que, al haber albergado la esperanza de poder encontrar este juego en los rastrillos, alguna ****** Freudiana estaba proyectándose a si misma en esas manchas de tinta, pero después de los eventos ocurridos no sabría decirlo. Debería haberle preguntado al hombre sobre ellas. Desearía haberlo hecho.

Después de mirar el dibujo que se parecía a la mascara, mire hacia arriba y vi. como el hombre había vuelto de nuevo, como a un brazo de distancia, justo delante de mi, sonriendo. Admito que salte de forma refleja y sonreí nerviosamente cuando el me acerco un cartucho de Nintendo 64. Era un cartucho estándar, color gris, excepto que alguien había escrito Majora en el con permanente negro. Tenia mariposas en mi estomago tan pronto como me di cuenta de la coincidencia y le pregunte cuanto quería por el. El anciano sonrío y me dijo que podía llevármelo gratis, que había pertenecido a un chico de mi edad que ya no vivía en este sitio. Había algo extraño en como se expresó el anciano, pero realmente no le preste demasiada atención, estaba demasiado contento no solo de haber conseguido el juego, además había sido gratis

Estaba un poco escéptico pensando que este cartucho no tenia ninguna garantía de funcionar, pero el optimismo me inundo cuando pensé que podría ser alguna versión Beta o Pirata del mismo y era mas que suficiente para poder irme. Agradecí nuevamente al hombre y este me sonrío, despidiéndose de mi con buenos modales, para terminar diciendo "Adiós entonces" (Goodbye Then), al menos eso me pareció. Todo el camino a casa estuve dudando, y pensé que el hombre había dicho algo mas. Mis pensamientos fueron confirmados cuando arranque el juego (para mi sorpresa, funcionaba correctamente) y solo había un fichero, llamado simplemente "BEN". Adiós Ben (Goodbye Ben), había dicho Adiós Ben. Me sentí mal por el hombre, obviamente tenia un nieto y estaba volviéndose senil, y por alguna razon le había recordado -de una forma u otra- a su nieto "Ben".

Esta noche no duermes-terrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora