Capítulo 5

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Se pasaron toda la noche hablando que se habían olvidado de la hora. El sol salía de las nevadas montañas que se veían a lo lejos y el amanecer comenzaba a hacerse más hermoso.
Ellos se sentaron en la roca del lago. No había viento, tampoco frío, pero si sería un día caluroso.
Jacob abrazó el cuello de Coraline con el brazo derecho y ambos observaron el amanecer.
—Es muy hermoso.—Dijo ella mientras sonreía.
—Si, es muy hermoso, pero tu eres más hermosa que el amanecer.— Ella golpeó su hombro.
—Más te vale que digas lo mismo cuando estés de novio, yo siempre será la más hermosa.—El rió y luego la miro a los ojos.
—Claro que si Lela.
Se formó un silencio y sólo se escuchaba la bandada de pájaros volar hacia el Este. Miró la hora y eran las 6:00 a.m, los ojos de Coraline se sobre saltaron.
—Hay que irnos.—Se levantó y agarró su mochila.
—Oh vamos Coraline, Mamá y Papá se despiertan a las 9:00 a.m.—Ella lo miró a los ojos y luego miró al bosque.
—Eso...— Coraline bufó.— Esos tiempos eran cuando estabas en casa. Ahora se levantan a las 6:00 a.m.
Jacob se levantó y extendió su mano derecha.
—Apostemos. Si los viejos se levantan a las 9:00 a.m me das un kilo de helado.—Coraline sonrió, sabía que ella ganaría e hizo su apuesta.
—Si se levantan a las 6:00 a.m me tenes que hacer el favor de no decirles a los viejos que me escapó de casa.— Estrecharon mano.
—Bien Wolf.—Se separaron y comenzaron a caminar. Tardaron media hora y sí ya eran 6:30 a.m y ellos todavía no habían llegado. Coraline se estaba haciendo la cabeza con lo que le diría su madre y su padre por no estar en casa a tiempo. Ella odia mentir pero es por una buena causa.
Llegaron a la casa y Coraline entró, detrás entró Jacob. Lo más gracioso era que Bradley estaba despierto mirando televisión y Victoria estaba leyendo en el sofá. Sus padres los miraron y los ojos de Brad se llenaron de enojo al ver a Coraline con abrigó y mochila.
—Mi Bebé.— Dijo Victoria mientras dejaba el libro en la mesita del living y abrazaba a Jacob.
—Hola Ma.— Ambos se abrazaron y Bradley se paró para saludar a Jacob.— Hola Papá.
—Hola Hijo.—Se abrazaron y se palmearon la espalda. Su madre se dirigió hacia Coraline y la miro sería.
—¿Tu no estabas castigada?—Ella se cruzo de brazos y Coraline entró en nerviosismo. Coraline metió sus manos en sus bolsillos y se acordó de las llaves.
—Es una larga historia.
No podía mentir, eso sería engañar a su propia familia, pero a veces es mejor decir la verdad que andar mintiendo.
—Coraline, ¿qué hacías afuera?— Su padre se paró al lado de su madre y su hermano Jacob observaba la situación.
—Fui a caminar con Jacob.—Bradley levantó las cejas y Coraline notó que estaba metiendo la pata al fondo del baldé.
—A caminar.—Comento su padre. Ella asintió.-Bebota, anoche cerré la puerta con llave y ¿adivina qué?
Coraline miró a sus dos lados y luego lo miro a los ojos.
—¿Qué?
—Las llaves no están. Hoy en la mañana fui a tu cuarto y no estabas, es más la cama estaba hecha y tus plantas estaban medias secas así que las regué.
Ella agachó la cabeza. Jacob sabía que su hermana estaba en apuros así que comenzó a ayudarla.
—Wow...hace calor aquí, en el sur hace más frío.— Miró la cocina.—¿Por qué no comemos algo?
—Jacob, calla. Ve a...-—Victoria se quedó a la mitad al recordar que Jacob ya no vivía con ellos y que no tenía cuarto.— Ve al sofá mi amor, ve.— Lo empujo de la espalda y él comenzó a caminar hacia el sillón.
Coraline estaba decepcionada de si misma, jamás había llegado a ese extremo y eso la puso mal.
—Coraline.— Ella miró a su padre a los ojos.—Hablá.
—Anoche salí de casa, me pase toda la noche en el bosque haciendo todo lo que no e hecho en el día. Tenía que hacerlo, no me gusta estar encerrada.— Se formó un silencio. Una lágrima salió del ojo izquierdo de Coraline.— Me quitaste lo que más queria.
Bradley no tenía palabras. Estaba triste y trató de consolar a Coraline.
—Bebota, yo...—Agarró su brazo.
—No, no me toques.—Ella se safo y se fue corriendo hacia su habitación.
—Ya dejala lobito, dale tiempo. Necesita pensar.—Victoria beso sus labios para calmarlo y lo consiguió.
—Okey.
—Quieres protegerla, te entiendo.— Volvió a besarlo. Se fue a la cocina a prepararle comida a Jacob y Bradley se quedó abajo.

Coraline se hecho a llorar. Tenía que calmarse, si no se descontrolaria y las visiones volverían. Inhaló y exhaló. Se quedó dormida...

Corría por el bosque y observaba hacia atrás, el no estaba, sonrió y siguió corriendo. Derrepente alguien la empujó y ella cae. Lorenzo estaba enzima de ella, sacó sus colmillos y la mordió. El dolor era inmenso, como si un enjambre de abispas la picaran en el cuello.
Luego estaba ella al lado de Lorenzo, sus manos estaban entrelazadas y ella tenía los ojos rojos y cuando sonreía, sus colmillos salían a la luz.

Se despertó agitada otra vez. Agarró su cabello y se lo ató en un rodete. Tenía que relajarse.
—Fue sólo un sueño.— Se dijo así misma mientras respiraba. Se fue a bañar, para relajarse.
Al salir, se puso su pijama de corazones que usaba cuando era noche de películas y luego plantó la flor que encontró en el bosque en una maceta, regó las plantas y bajó.
No hacía frío, la chimenea tenía suficiente leña para mantener el lugar. Ella bajó las escaleras y vio a su hermano mirando televisión en el sofá, su padre no estaba y su madre estaba cocinando. Coraline se dirigió a la cocina para preparar pochoclos.

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