Capítulo 17

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Jacob se fue y Coraline estaba pasando toda la tarde sola. Sus padres no la fueron a saludar y sus hermanos no la habían visto otra vez.
Al caer la noche se sentó en la cama con el cuerpo hacia la ventana. Observaba y observaba, pensando en que podía hacer para mantenerse entretenida por un mes. Agachó la mirada y luego la levantó para poder ver el bosque y la media luna que estaba oculta en el cielo.
-Mi lugar está allá afuera.-Susurró.
Se paró y se vistió. Se quitó la ropa de su hermano y se puso una calza deportiva negra y una remera negra manga larga así no llamaba tanto la atención en el bosque. Agarró su mochila, puso lo que necesitaba y armó un muñeco de almohadas para parecer que está acostada.
Abrió la ventana, ató una soga en una silla llena de libros así no se corre ni se cae. Salió y comenzó a descender despacio.
Apoyo los pies en la tierra y soltó la soga. Comenzó a correr, una sonrisa se dibujó en su cara al sentir el frío viento en su rostro.
Derrepente se frena al ver a un lobo blanco. Era enorme, como sus hermanos cuando se transformaban, pero este era blanco.
El lobo se acercó despacio y ella sólo retrocedío. Cerró los ojos con fuerza y se escuchó un disparo.
El lobo se fue corriendo dejándola sola. La respiración de Coraline se tranquilizó y en vez de correr, camino.
Sus pasos fueron lentos y bien marcados, así no rompía el silencio que se formaba en el bosque.
Por el disparo, supuso que habría un cazador dando vueltas, pero eso no era un problema.
Término en el lago, donde se puso a leer el Diario. Habían pasado dos horas y ella no perdía la vista del libro. Era un blanco fácil, como el ciervo que pasta y no se da cuenta que está haciendo acechado.
-Me gusta verte leer princesa.- Dijo Clayton en su oído derecho. Ella se asustó y se dio vuelta enseguida, sonrió al verlo y sus ojos se iluminaron.
-Clayton.- Enredó sus brazos en el cuello de él chico. Él la abrazo con más fuerza. en eso apoya la mano en el hombro de Clayton y siente la sangre correr por su mano.-Estas herido.- Tenía la bala entre sus carnes.
-Estoy bien.
-No, no estás bien. Ven aquí.

Clayton estaba sentado contra un árbol. Se había quitado la remera y la campera. Coraline estaba limpiandole la herida y sacando la bala del cuerpo.
Ella termina poniendo una venda encima para que no se infecte y para que cicatrice bien.
—Listo, se cerrará y no te molestara más. Si se te abre, me consultas y te la vuelvo a cerrar.— Ella comenzó a guardar todo.
—Gracias preciosa.—Se puso la remera y la campera.
Coraline levanta la cabeza por inercia y ve a un enorme Lobo Negro que la miraba fijamente con enojó. Ese Lobo era su papá. Ella comenzó a moverse despacio, lo toco el hombro a Clayton y el la agarró y de subieron enseguida al árbol.
Clayton la tenía acorralada entre el árbol y su cuerpo. Evitando que se moviera.
—No sabía que los hombres lobo se podían aparecer ante los humanos.
—Es que nosotros no somos humanos Clayton. — La voz de Coraline sonaba agitada. Estaba asustada, ya que su padre la había visto y estaría en serios problemas.
<<Tu si que no aprendes más. Tu padre intentando cuidarte y tu como boluda saliendo y haciendote la divergente>> Coraline bufo, la vocecita que le dice que hacer había aparecido. Ella la detestaba.
Su padre se fue junto al lobo Blanco que le pareció extraño.
—Listo, se fue. Podemos bajar o si quieres, nos quedamos.
—Quedemonos.
Se sentaron en la rama y no se dejaban de mirar. El le sonrió y ella elevó la sonrisa. Clayton se comenzó a acercar a ella y Coraline se puso nerviosa. Puso un dedo en los labios del joven y habló.
—¿Qué diablos estas haciendo?
—Nada, olvidalo. Soy un estúpido.
—No,no eres estúpido. Solo querías tener el tacto carnívoro.— El río ante las palabras de Coraline.
—¿Qué es el tacto carnívoro?— Ella se sonrojó.
—Lo leí en un libro cuando era niña y como me daba vergüenza decir beso, lo llamé Contacto Carnívoro o C.C. Es cuendo los labios de una persona quiere tocar los labios de la otra.
Él la miro asombrado y ella se sintió avergonzada, nunca había dicho algo como eso a un chico, ya que según ella, la dejaría en ridícula.
—Eres rara.— Coraline agachó la cabeza, el se la levantó e hizo que lo mirara.— Y lo raro me gusta.
Las mejillas de Coraline terminaron siendo Rojas como manzanas y su sonrisa brillante como las estrellas. Clayton acaricio su mejilla y luego sonrió.
—Conozco un lugar que te encantara, ven.— Ella se bajo del árbol rápidamente y el ya estaba en el suelo. 
La pequeña mano de Coraline agarro la mano de Clayton. Los dos comenzaron a correr perdiéndose entre los arboles. Llegaron a un árbol y lo treparon. Este estaba en el medio del bosque, su tronco era grande y sus hojas eran verdes por a bajo y blancas por arriba. 
—¿A donde me quieres llevar Preciosa?— Ella agacho la cabeza y le sonrió.
—Ya lo veras.—Llegaron a la sima del árbol y ella puso sus manos en los ojos de Clayton. — ¿Listo?— Ella le quito las manos y Clayton quedo maravillado.
Las constelaciones y las estrellas se veían mas de cerca. Pero había algo en ese lugar que lo hacia sentir bien. Raro. Hasta lo hacia sentirse más humano. Miro a Coraline y los ojos de ella brillaban ante la hermosa vista que se encontraba frente a ellos. Ella unió sus parpados y sonrió, elevo la cabeza hacia arriba dejando ver las mordidas que le había hecho el hace unos días atrás.
—Coraline...—Ella lo miro a los ojos. Sus oscuros ojos lo ahogaron en una noche fría y oscura.— Jamás te dejaré sola.— Entrelazó su mano con la de ella y la besó suavemente.— Lo prometo.


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