Capítulo 36

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Coraline estaba haciendo su almuerzo. Puso dos huevos en la sartén y saco la última tanda de papas fritas. Clayton pasó por su lado y le palmeó el trasero, ella río por lo bajó.
Clayton abrío la heladera y sacó una bolsa roja del hospital, puso la sangre en un vaso y comenzó a tomar. Se sentó en la mesada y la mataba.
—Estas hermosa.
—Gracias.— Se sirvió en un plato y comenzó a comer las papas.
—¿Estas mejor?— Asintió.— ¿Cuando te toca ver al doctor?
—Dentro de dos semanas, dijo que estaba creciendo bien y que a mi no me pasaría nada. Lo tendría así no más, como los humanos tienen a sus hijos.
—Bueno, eso está genial.
—Si, lo se.— Se formó un silenció.— Estaba pensando en estudiar para enfermería y hacer la carrera de medicina.
—Y, ¿por qué no vas a la universidad? Aquí hay buenas Universidades. Me parece que la Universidad Bancouber tiene carrera de medicina.— Sus labios estaban rojos y sus ojos la miraban con dulzura. El líquido subía y bajaba por la bombilla.
—El problema es que mis padres nunca me mandaron a la escuela, siempre tube maestra particular porque tenían miedo de que no encajé en la sociedad.— Clayton bufo y la miró serió.
—Coraline, tus padres son raros. Todos tenemos que encajar no importa lo que seamos, te diré un dicho que me lo dijo un filósofo de mi época "Nunca tengas miedo a ser diferente, ten miedo de ser igual a los demás". Ve a la escuela a estudiar, no importa si encajas o no. Tienes que estudiar y conectarte con la gente, te mantuvieron tanto tiempo encerrada que no sabes hablar con alguien que no sea sobrenatural. Además, mereces tu tiempo para ti y yo merezco un momento para mi.
—Si, tienes razón. Me inscribire en la Universidad.
—Si, pero ¿qué hay de tu embarazo?
—Dos meses antes de que naciera te dan una nota que estás en reposo por el embarazo, estará bien.
—Okey.— Se acercó a ella, la agarró de la cintura y le robó un beso. Coraline sonrió y lo besó.— Sabes delicioso.
—Tu sabes a papas fritas.— Rieron.

Dos semanas después...
Bradley y Victoria fueron al pueblo para buscarla, sus hermanos fueron a la manada de Jacob y se juntaron para buscar a Coraline en todos los lugares posibles.
Sus abuelos hablaban con los clanes para saber si la habían visto y todos decían que no. Pero la búsqueda los ayudó a recolectar información.
Tres clanes de Albalulia se juntaron y la mlas lenguas decían que buscaban a la Bruja con la que estaba Clayton para usarla como ayuda para hacerlos sentir vivos de nuevo y usar su sangre para poder pelear contra los lobos sin ser heridos.

Coraline se había anotado en la escuela y le habían dicho que después de que tuviera a su bebé, podía empezar sin problema alguno.
Ambos estaban sentados en la sala de espera del hospital. Todos miraban raro a Coraline porque era la única adolescentes en la sala, ya que los demás eran madres y padres de una edad más elevada. Cerca de los 26 y 39 años.
—¿Ustedes son padres primerizos?— Preguntó una mujer con una bebé en los brazos. Sus ojos eran celestes y su cabello era rubio. Le estaba dando pecho a la bebé y su otro hijo estaba jugando con los ladrillitos. El niño tendría unos 6 años de edad.
—Si, así es.— Dijo Clayton con una sonrisa.
—Son jóvenes, eso es bueno. Yo tube a mi nene a los 28 y a esta la tube a los 38 recién. Tiene 4 meses.
—Ah, genial. Y, ¿es complicado?— Preguntó Coraline. La mujer la miró a los ojos y sonrió.
—Ahora si porque el padre de Ethan se fue y el padre de la bebé también, así que estoy yo con los dos. Tengo a la abuela de la nena que me ayuda, pero si no estaría sola.— Se formó un silenció incómodo.
La mujer estaba pasando por algo complicado. El padre del nene la dejó embarazada y se fue, encontró otra pareja que era el padre de la nena y cuando la bebé nació, él la dejó sola.
Coraline se sintió un poco mal, ya que no quería terminar como la mujer y Clayton lo notó, así que sólo besó su mano y besó su mejilla.
La Señora entró a la habitación con sus dos hijos y ellos eran los que seguían.
—Oye, no te pasará lo mismo, estas conmigo y jamás me alejaré de ti. ¿Okey?— Ella asintió y él besó su frente.— Okey.
La mujer salió despidiéndose de ellos y el doctor los llamó. Ambos entraron a la habitación y vieron al doctor. Era alto, sus ojos eran cafés y su tez era tostada.
Sus ojos se fijaron en Clayton y sonrió, ambos se abrazaron.
—Clayton Marior.
—Marshall Taprisqui, ¿qué haces hermano?— Preguntó sonriendo. Se separaron y se miraban frente a frente.
—Soy doctor viejo, todavía no tengo mi propio hospital pero pronto lo tendré.— Rieron.— Y, ¿qué quieres que haga por ti?— Clayton miró a Coraline y ella se acercó tímida al doctor.
—Ella es la madre de mi futuro hijo. Coraline, él es Marshall, un amigo lejano.— Se estrecharon las manos y Marshall beso sus nudillos.
—Un gusto señorita.
—El gusto es mío.
—Bueno, sientese.— Coraline se sentó y él sacó un estetoscopio. Comenzó a escuchar los latidos.— Inhala ondo. Exhala. ¿Problemas cardíacos?
—Ninguno.
—Ahora, dime. ¿Cómo este bruto puede estar con una mujer tan bonita?— Clayton río al igual que Coraline.
—El no hizo nada, sólo se cruzó en mi camino.— Sonrió al decir eso. Marshall también y asintió.
— Eres una gran chica. Enserio es la correcta hermano.— Clayton sonrió. Coraline se acostó y Marshall pasó el estetoscopio por su panza.— ¿Sigues con el idiota de Lorenzo?
—No viejo, me fui de ahí porque me junté con Coraline y sabes que Lorenzo mata todo lo que es humano.
—Hablando de él, ¿te enteraste que te están buscando para matar a la Bruja que está contigo?
—¿Qué?

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