Capítulo 14

14.2K 1.1K 27
                                    

Coraline se quedó sin palabras. No sabía que contestarle. Ella agachó la mirada y Bradley trataba no salirse de control y asesinar al primero que se le cruce.
-Yo...-Cerro los ojos con fuerza.-Estaria muerta en este momento si el que me mordió no hubiera cambiado de opinión.
Se formó un silencio. Bradley sólo hizo un puño con la mano derecha y luego miró al suelo.
-No te estoy preguntando que pensó el que te mordío, te estoy preguntando quien fue.
Coraline no sabía si mentir o decir la verdad. <<"A los padres jamás se les miente">> Sonaba la voz de su madre en su interior. Ella exhaló y luego habló.
-Ese es el problema, no se el nombre del que me mordió. Sólo se que probó unas gotas y luego se fue, eso es todo.
Su padre bufo y se pasó la mano izquierda por el rostro.
-Te dije que te quedarás en casa y tu te hiciste la rebelde y ahora terminaste mordida y...-Cerro los ojos y los apretó.-Mira Coraline, más te vale que nadie venga a lastimarte o a dañar a alguno de nosotros por la macana que te mandaste. Ahora ve a tu cuarto. No saldrás de ahí por un mes, tu madre te llevará comida y agua, eso es todo y si llegas a escapar...tendré que tomar otras medidas. ¿Fui claro?- Coraline asintió. -Vete a tu cuarto.

<<¿Por qué me pasa esto a mi?>> Pensaba Coraline mientras le seguía llorando a su almohada. El agua de sus ojos caía sobre la blanca tela del almohadón. Apretaba con fuerza las sabanas para no tirar gritos ahogados y su cama se arrugaba con cada movimiento brusco que realizaba la joven en su dolor.
Coraline se paró y se fue al baño. Al mirarse al espejo, vio sus ojos rojos y sus mejillas húmedas. Sus labios temblaban y su cabello estaba alborotado. Se lavó la cara y luego regresó a la habitación, no podía quedarse ahí encerrada por un mes. Tenía que volver a escapar.
<<Esperemos hasta mañana. Luego sabremos que hacer>> Dijo para los espíritus que se escondían en su interior. Ella solía hablar con ellos para que no se sienta sola.
Agarró un libro y se puso a leerlo. Era un libro que había encontrado en una de las cajas viejas que ocultaba su madre en el cuarto abandonado; ese nombre le habían puesto sus hermanos, ya que nadie sabía lo que había adentro. Un día ella había entrado y encontró el libro en una de las cajas grandes que tenían objetos de su abuela con los cuales se quedó, el libro y el anillo de bodas que tenía grabado la frase que le decía Steve: "Nunca te dejaré sola mi Reina".

"Me gustaría que supieras lo que se siente estar en mi lugar. Nos mudamos en otoño de 1876. Había llegado a un pueblo llamado Transylvania. Aunque yo no tenía mucha idea, ya que me vine a vivir con mi abuelo Mino quien vivía de la naturaleza y pretendía que yo hiciera lo mismo."
Así es. Coraline estaba leyendo el diario de Merry. Sus padres no saben quien lo tiene, pero tampoco se tomaron el tiempo de buscarlo.
Ella se había pasado todo el día leyendo el diario, hasta que cayó la noche.
Coraline entro a bañarse, salió y se puso una musculosa blanca, un short negro y unas medias de Rugby que eran de su hermano Jacob. Cerró las cortinas y abrió un poco la ventana chica para que circule aire y no este el olor a encierro.
Su madre tocó y ella abrió la puerta.
-Te traje la cena mi nena.- Coraline la dejó pasar.
Victoria puso la bandeja arriba de la cama de Coraline y ella cerró la puerta.
-Gracias Mamá.
-Ven a comer, no te quedes ahí parada mi nena.-Le pego dos palmaditas a la cama en señal de que se siente. Coraline se sentó y miró la bandeja. Eran huevos fritos con papas fritas. -La cena la hizo Jacob, dice que te gustan.
Sonrió y comenzó a comer. La bandeja estaba enzima de sus piernas que ahora estaban puestas como indiencito. Su madre la observaba y sonreía.
-¿Qué?- Su madre río al escuchar la pregunta de Coraline.
-Nada, sólo que.-Volvio a reír.- Me acuerdo cuando eras una niña. No lo dejabas comer huevos fritos y papas fritas a tu papá porque decias que se iba a poner más gordo de lo que estaba.
Coraline sonrió y negó con la cabeza.
-Mamá, tenía 8 años, era una niña.
-Y aún sigues siendo nuestra niña Coraline.
El rostro de la joven cambio por completo. Pensó que iban a seguir enojados con ella por lo que había hecho.
-Pense que estaban enojados conmigo. Perdón por lastimarte Mamá.
-Se que lo lamentas mi Nena, pero a la que tienes que perdonar es a mi. Fue mi culpa el que seas tan curiosa y aventurera como yo. A tu padre siempre le molestó pero esa sensación de aventura, adrenalina y curiosidad es imparable hija. Así que perdón. -Corrio la bandeja y se abrazaron por un largo tiempo.
-Te Amo Mamá.
-Y yo a ti Coraline, mucho más de lo que imaginas.-Beso la frente de su hija y luego se alejó.- Ahora a dormir, mañana será un día largo. Tu hermano vendrá a darte más clases, viste como es él.- Victoria agarró la bandeja. - Que descanses mi Nena.
-Y tu igual Mamá.
Victoria apagó la luz y se fue dejando la puerta cerrada con llave. Coraline cerró los ojos y cayó en sueño.

Estaba en un campo de batalla. Vio los cuerpos de su familia muertos en el suelo. Observó que su madre estaba intacta y cuando le corrió la cabeza, su cuello estaba ensangrentado y con dos mordidas profundas. Vio que alguien se acercaba y ella comenzó a correr, intento escapar de esa persona. Trepó un árbol y cuando llego a la sima observó. En eso siento unas caricias y una mano le tapa la boca.
—Te encontré Brujita.—Decia una voz masculina.

Coraline se despertó exaltada y su respiración era violenta. Como si hubiera corrido toda una avenida sin parar.  Su pecho subía y bajaba, su cabello estaba alborotado y su cama estaba desordenada.
Vio una sombra y escucha la mecedora moverse. Nunca se había movido desde la última vez que su madre se había sentado para observarla dormir.
En eso mira hacia un costado de la ventana y ve a Clayton apoyado al lado de la pared con un encendedor viejo. Lo prendía y lo apagaba.
—No sabía que conocías a Caroline. Lo que me sorprende es que nunca me dijiste que eras una Bruja, ahora entiendo el porque vi lo que vi después de probar el delicioso sabor de esas gotas.— Hizo una media sonrisa mostrando su colmillo izquierdo.

TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora