Capítulo 4: Pequeño Cazador de Sombras

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Isabelle con furia, se levantó, tomó un serafín de la habitación de Jace, y caminó con fuerza hasta la habitación de Hodge, escuchó unas risas provenientes de esa habitación, y sintió ira, enojo y frustración, porque ellos se divertían mientras Clary se debatía entre la vida y la muerte, la chica a la que él dijo que amaba con toda su alma, y que la amaría hasta la eternidad. Posiblemente estaría revolcándose con esa zorra ahora mismo.

— ¡Jace! ¡Abre la puerta!—. Aporreó con fuerza la puerta, el serafín en su mano. — ¡Jace!

— ¿Qué coño está mal contigo?—. Respondió Jace, abriéndole la puerta. — ¿Qué sucede?

— ¿Dónde está?—. Isabelle lo empujó con el hombro, entrando sin permiso a la antigua habitación de Hodge. —Tú.

— ¿Pasa algo, Isabelle?—. Blaire le sonrió con arrogancia. Isabelle sacó su serafín.

—Lilith.

— ¿Qué putas dices?—. Blaire la miró con confusión, y algo de miedo.

—Eremiel—. El serafín brilló, justo cuando iba a empuñar la espada en el pecho de Blaire, Jace la detuvo.

—Isabelle ¡¿Qué rayos sucede contigo?!—. Le quitó el serafín con fuerza, lo tiró al suelo y la retuvo, Isabelle gritaba y se retorcía. Blaire sólo la miraba.

—Es Lilith, Jace. ¡Es Lilith!

— ¿Qué sucede aquí?—. Alec se asomó, vio el espectáculo, inmediatamente saltó contra Jace, haciendo que él soltara a su hermana. —Jace, Jace ¿qué te pasa?

—Iba a atacar a Blaire, lo iba a hacer, Alec.

—Izzy, ¿es cierto?

—Es Lilith, Alec. Blaire es Lilith.

—No soy Lilith, Isabelle. ¿Quién te dijo eso?

—Eres Lilith, lo eres.

—Izzy, escúchame, Blaire no es Lilith, matamos a Lilith hace unos años atrás ¿no lo recuerdas?

—Los demonios no mueren realmente, Alec.

—Lilith está demasiado débil como para atacarnos, o para siquiera tomar forma humana, sin ninguna señal que nos diga que es un demonio.

—Mejor llévatela, Alec—. Jace miró a Isabelle con una mueca en su rostro, Alec ayudó a su hermana a dirigirse a la puerta, Alec le dio un asentimiento antes de salir con Isabelle.

—No puedo creer que haya pensado que era Lilith—. Blaire se sentó en la cama, Jace dejó el serafín en el viejo escritorio de Hodge. — ¿Quién le pudo haber dicho algo así?

—No lo sé.

—Intentó asesinarme—. Jace la miró, ella miraba el suelo.

—No dejaré que nada malo te pase.

—Lo sé—. Blaire abrazó a Jace con fuerza, él la abrazó de vuelta, sintiéndose erróneo. — ¿Qué sucede?

—Nada—. Mintió él. —Volvamos a dormir.

—Está bien.

Alec se sentó en su cama al lado de su hermana, quién seguía un poco frenética, a los pocos segundos de haberla llevado a su habitación, su madre se acercó, llamándolo a él aparte, le dijo que había escuchado los gritos, que necesitaba saber qué pasó. Él con lentitud y paciencia, le contó lo que su hermana menor había intentado hacer, asesinar a Blaire, ya que ella decía que era Lilith, engañándolos, al igual que la vez anterior, Maryse suspiró negando con la cabeza, su hija nunca se había equivocado en una intuición, pero claramente era imposible que Blaire fuera Lilith.

Cazadores de Sombras: Ciudad de los Corazones Rotos -Pausada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora