Capitulo 10

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Acomodé mis lentes de sol que se me estaban a punto de caer, eran un poco demasiado grandes para mi cara.
Entré al café de la esquina, el mismo que Sebastian me había dicho para encontrarnos. En la puerta busqué con mi mirada su rostro y lo ví sentado solo al lado se una de las ventanas. Me acerque a el segura de lo que estaba haciendo y me quedé parada a su lado mirando su portátil hasta que después de dos segundos levantó su mirada a mí y se levantó inmediatamente.

-Estaba seguro de que no vendrías.-Dijo para luego abrazarme, pasé mi mano por su espalda y la acaricié un poco.

-¿Por qué no vendría?-Le pregunté mientras me sentaba en un sillón blanco individual enfrente de el y apoyaba mi bolso blanco en la mesa de madera.

-No lo se, es bastante difícil tu situación.-Le asentí mirando a mi alrededor, era un lugar muy acogedor, los asientos blancos y las mesas y el suelo de una madera oscura, se parecía en algo a mi casa.

-¿Por qué acá?-Le pregunté.

- Todos los de la empresa vienen acá en su tiempo libre para relajarse un rato.-Se encogió de hombros.

-¿Este es tu tiempo libre?-Pregunté curiosa. El asintió dándome una hermosa sonrisa, sus mejillas estaban un poco más sonrojadas de lo normal aunque siempre estaban rosadas. Pude notar que solo estaba con su camisa y corbata además del pantalón azul de siempre. Hoy era un hermoso día, hacía calor cosa que no pasaba hace mucho tiempo y menos en otoño.

-Ya no hay sol aquí adentro, te podes sacar los anteojos.-Me dijo divertido tocándose el cabello continuadas veces.

-No puedo.-Agache mi mirada.- Mis ojos están hinchados, ya sabes.-Traté de insinuarle que era a causa de mis lágrimas, al instante el entendió y no dijo nada más al respecto.

-¿Un café, latte?-Me Preguntó Sebastian luego de llamar al mesero que se encontraba a solo unas mesas de distancia.

-Un latte, por favor.-Le digo al mesero y el rápidamente anotó en su pequeña libreta, después anota lo que le pide el y se va algo apurado a la cocina, tenía mucho trabajo hoy, el café estaba lleno.

-Bueno, creo que es obvio porque vinistes asique podes preguntar por eso.-Juntó sus manos sobre la mesa y espero a que dijera algo.

-Bueno, em,-Apoyé mi cabeza en mis dos dedos que estaban en mi sien intentando recordar una de todas las preguntas que quería hacerle.- ¿Estas seguro de que era el?, Digo, quizás te pudistes haber equivocado.-El me sonrío levemente.

-Bueno, cuando los ví besándose en el ascensor pude ver que llevaba una corbata bordo puesta, la llevaba aún cuando me pidió unas copias para unos documentos.-Dijo explicándome moviendo sus manos.- No te puedo explicar lo que tuve que aguantar para no golpearlo en ese mismo instante.-Frunció su ceño.

-¿Aún?, ¿Por qué no podría tener su corbata puesta?-Dije apretando mis labios, desesperada por dentro.

-Bueno,-Levantó sus cejas- No quiero decir nada pero fue fuerte ver esa imagen.-Tragué fuertemente e intenté pensar en otra cosa.

-¿Y que hay de la...chica?-Le pregunté con disgusto.

-Bueno, no es la primera vez que la veo.-Dijo sincero.

-¿¡Cómo!?-Me acerqué a el a una distancia algo corta. El me miró y luego de un rato me devolvió la mirada a mis ojos, me alejé al notarlo.

-Pero la primera que lo veo con el.-Dijo un poco distraído. El mesero llegó con un platillo y sos tazas blancas y grandes. Las puso para cada uno de nosotros y luego se retiró.

-Trabaja en mi empresa.-Aseguré, bueno, dentro de muy poco sería mía, luego de que el se jubile.

-No,no.-Movió su cabeza. ¿Entonces que mierda hace en la empresa?- Creo que es hija del señor Lord.-Me callé y tomé un buen sorbo de mi cafe.

Everything You Are || H.S EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora