Capítulo 18

6K 192 17
                                    

  Salí de mi casa muy rápido, el viento helado de la noche chocó en mi cara causando un escalofrío, luego de hacer solo unos pasos estando solo en la casa del vecino, los pasos de Harry y su voz desesperada llamándome se escuchaban casi detrás de mí espalda. Empecé a correr lejos, al sentirme perseguida, sin saber a dónde ir a esta hora, con lo feo que estaba el tiempo y la oscuridad de la noche.

Ya había pasado una cuadra y media y su voz cesó de repente. Me dí vuelta agitada y parecía estar entrando a la casa, con su mirada aún en la calle, pérdida en el asfalto. En una fracción de segundo pensé en que hacer ahora, no iba a ser tan tonta de regresar a casa pero por ahora era la opción más segura.

Caminé arrastrando mis pies por la vereda, ya no estaba segura si esta era una zona segura, no lo creía. Ví a un hombre sentado en el pasto de una casa, tenía una botella de cerveza y su olor llegaba hasta donde yo estaba. Traté de ignorarlo pero su voz incoherente se escuchaba alto.

-Linda, linda.-Me llamaba, era la única en la calle ahora, me estaba llamando a mi. Apure mi paso pero el se levantó del suelo y se acercó a donde yo estaba.- ¿Queres algo de compañía?- Era un muchacho robusto y alto, tan afectado por el alcohol por lo que se me dificultaba escucharlo por la manera en que hablaba.

Y como hace solo unos minutos me encontraba corriendo de vuelta, aunque parecía no estar interesado en seguirme, estaba asustada y lo único que hacía era correr. Me limpié las lágrimas en mis ojos cuando me dí cuenta que la idea de marcharme fue estúpida y sin sentido. No quería llorar pero las lágrimas estaban clavadas en mis ojos y no sabía si se iban a ir.

Podía ser un espectáculo, pero estaba sola y eso no era tan penoso. Me senté en el cordón de la callé vacía, saqué mi celular de mi bolsillo. No tenía señal, ni una línea. Si, tengo muy buena suerte, demasiada. Escuché una bocina de auto sonar 3 veces y una fuerte luz venir hacía mí, me levanté del cordón e intenté alejarme hasta escuchar la voz de mi amiga.

-Sabía que no ibas a ir muy lejos sola.-Dijo Fiorella riendo cortésmente. Me abrió la puerta de su auto y entré al asiento del copiloto.

-Voy a tener un hijo y no me sé cuidar ni a mí misma.-Dije y cerré la puerta de mi lado. Ella empezó a conducir llendo a la misma dirección por la que venía. Volteé a mirarla cuando supe que iba a llamarme a casa de vuelta.- Vamos a tu casa,-Le rogué.- tuve una discusión con Harry, de vuelta, si ya se, nada nuevo no?.

Ella asintió en silencio y dobló a su izquierda, y después volvió a tomar la calle por la que veníamos, sólo que en otra dirección.

-Harry me llamó preocupado, dijo que te fuistes corriendo de casa, se escuchaba asustado.-Dijo sin sacar su mirada de la carretera.

-¿Asustado de que?- Pregunté irónicamente.- No se veía asustado cuando me dejó ir. Ni cuando me gritó con mi padre en la otra habitación.- Bajé mi cabeza angustiada.

-Lo se, es una mierda. Pero es el padre de tu hijo, aunque no lo sepa, pero...-La interrumpí.

-Ya lo sabe, tuve contracciones cuando estaba con el. Se ocupó de llevarme al hospital y ahí se enteró.-Solté un bostezo. No había descansado bien en toda la noche. Cuando iba a dormir su voz me interrumpía el sueño, hablándome de como se llamaría el bebé, me nombró varios nombres, parecía que lo había pensado muy bien todo este tiempo. Eran las conversaciones que más duraban, las que teníamos antes de dormir.

-¿Qué vas a hacer ahora?-Preguntó con su ceño fruncido.

-Que NO voy a hacer.-Me puse derecha.

Quedamos en silencio, mientras que Fiorella manejaba por las calles a buena velovidad. Su celular sonó en el guantero del auto. Se lo agarré para facilitarle el trabajo y el nombre "Harry" llamaba. Trague saliva y ella lo tomó, al ver quien era rodó los ojos. Pensé que había rechazado la llamada pero estaba equivocada, la había aceptado. Se puso su móvil en el oído, sosteniendolo con su hombro.

Veía como se mordía el labios cada un rato, molesta por las cosas que diría el, quien sabe que.

-----------------------------------

Entramos a su departamento, ella vivía en un edificio, un poco más alejado de la ciudad y del tráfico del centro. Entró algo apurada, con las llaves de su auto aún en su mano. No había percatado como estaba vestida. Tenía puesto un vestido rojo, algo corto y ajustado, parecía apretarle tanto el pecho que su escote se veía muy grande, tenía plataformas altas y una campera de cuero cobriendola del frío de la noche, aunque no creía que la ayudaría mucho.

-¿Va a algún lado, señorita?-Le dije pícaramente. Ella sonrió notoriamente al escuchar escucharlo y se sentó rápido a mi lado en la cama que había preparado para mí el cual en realidad era un sillón. Si, chillaba cuando me sentaba arriba pero era cómodo.

-Conocí a un chico.-Sonrió entusiasmada, mientras movía sus manos frenéticamente.- Muy alto, inteligente y apuesto. Te contaré cuando regrese.-Me dió un beso en la mejilla de despedida y se levantó. Me acomodó el vestido y su cabello.

-Estas hermosa.-Le sonreí dándole confianza, nunca tuvo un novio oficial al que haya presentado a sus padres e incluso a pocos amigos. Le encantaban las fiestas, salir a la noche y hacer, locuras. Muchas veces juntas, pero ya no pasaba, no desde que estoy con Harry.

-Gracias.-Hizo una una mueca nerviosa.- Voy a apurarme, voy diez minutos tarde.-Me reí. Salió por la puerta y la cerró fuerte. Me acerqué a la puerta y la cerré ahora con la llave que había dejado para mí.

Me quedé sentada mirando a mi alrededor, conocía su departamento a la perfección. Era pequeño, pero todas las paredes estaban pintadas de blanco haciendo el espacio más grande. Mi panza gruñó fuerte. Tenía hambre y sueño, que pesadilla. Fuí a la heladera y ví que tenía. Habían varias botellas de agua y gaseosa, y muchas latas de cerveza, no me parecía extraño. En el cajón había sólo verduras y no podía hacer nada con eso pero había una porción de pizza suelta sobre un plato de plástico. Era suficiente, total nunca dije que venía a comer. Espero que esa no haya sido su cena.
  Tomé la fría porcion de pizza con mi mano derecha y me la metí a la boca dando un gran mordisco. Podría podido haberla puesto en el microondas, al menos así tendría algo más de gusto, pero no iba a meter lo poco que quedaba de esa pizza en ese aparato, no valía la pena.

Me apoye de espaldas a la mesada de su cocina que también era su comedor y sala principal. No podría vivir así, no se como mi amiga lo hace. Ví algo rojo en toda la comoda blanca que ocupaba la mitad de toda la pared a sólo unos pocos metros de mí, era una especie de trapo o tela. Limpié con una servilleta que estaba en la mesa del comedor mis manos y me acerqué. Cuando estuve enfrente del mueble abrí el cajón del cual salía esa tela. Estaba abajo de unos papeles, parecía escondida. La saqué con rapidez al darme cuenta de que ella no podía tener esto. Era una corbata roja, un rojo Borgoña, igual al que mi suegra le regaló a Harry, si ese no era tenía que ser una copia idéntica. Recordé que sus corbatas tenían bordado un H detras. Lo dí vuelta y si, había una H bordada en dorado, en una letra cursiva. Me agarré la cabeza, ¿Qué explicación me podía dar Fiorella? ninguna. No podía creer que tenga eso, ni de equivocación.
¿Y si estuvieron juntos?, Ahora no la veía como una opción. O eso pensaba.

Everything You Are || H.S EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora