31 de Junio de 1839
Un chico de largos cabellos negros oscuros como la noche se encontraba recorriendo ese estrecho y espeluznante pasillo de la mansión. Se movía lenta y perezosamente ya que le habían llamado pero no tenía muchas ganas de ver a nadie, no estaba de humor. Al final del pasillo se encontraba una enorme puerta roja, llamo a la puerta y una vez que le dejaron pasar se sentó en la silla que se encontraba delante de una gran mesa donde se encontraba un hombre.
La habitación era bastante grande la pared era de color blanco con algunos toques de negro, había un sofá y dos pequeños sillones de color rojo, al fondo de la habitación había una gran ventana que dejaba que entrara la luz de afuera, una lámpara de araña en mitad de la habitación la iluminaba también había una chimenea y la gran mesa se encontraba en el centro de la habitación.
En la habitación reinaba el silencio y el chico empezaba a perder la poca paciencia que le quedaba, no aguantaba que él le llamara y se quedara callado. No podía aguantar más hasta que exploto.
— ¡Habla de una vez maldito viejo, no estoy de humor!—Grito desesperado—Para que me has llamado, contesta.
—A mi no me grites Luka, soy tu padre y debes respetarme, ¿entendido?—Contesto con un tono amenazante y a la vez indiferente.
Su padre era un hombre bastante alto y de piel muy blanca, sus ojos eran negros como la noche al igual que su pelo. Era delgado y bastante atractivo.
—Como si fueras el rey, me da igual te hablare como me dé la gana, dime ya para que me has llamado que no estoy de humor—Dijo ya algo más tranquilo, pero en la mirada aun se veía que estaba por explotar.
—Qué raro, tu de mal humor—decía con ironía su padre—Lo que necesito de ti es que consigas en alma de un humano, antes de que digas algo o te quejes te lo explicare todo.
—Habla ya antes de que cambie de idea y me largue de aquí—Contesto mientras se levantaba de la silla y se dirigía al sofá para tumbarse. —Te escucho viejo.
—Su alma es única...--No pudo terminar de hablar ya que Luka le interrumpió.
—O sea de alguien que ha sufrido mucho y se ha vuelto alguien carente de sentimientos, etc., etc. —Termino de decir.
— ¿Cómo sabias lo que iba a decir?—Pregunto curioso su padre.
—Como dices es especial, solo las personas así tiene almas especiales y mucho más sabrosas—Contesto— ¿Por qué tengo que conseguir yo el alma si terminaras comiéndotelo tu? No le veo el sentido.
—No va a ser fácil, es un chico joven, y no confía en nadie por eso quiero que vayas y te hagas pasar por un mortal y te hagas su amigo y cuando te ganes su confianza y os hagáis amigos me traigas su alma ya que aparentas tener la misma edad que el. —Le explico mientras caminaba por la habitación.
—Solo lo hare porque no tengo nada mejor que hacer así que no te hagas ilusiones viejo—Contesto mientras se levantaba del sofá y se dirigía a la puerta. —Antes de irme por lo menos dime quien es.
—Lo sabrás cuando le veas—Eso fue lo único que le respondió antes de que le echara de la habitación.
Luka se encontraba caminando por las calles de Haworth, un pueblo. En su estructura y edificios, se nota la época en la que se encuentran. El pueblo se encuentra situado en los Penines, el Oeste de Yorkshire. Tiene calles estrechas y magnificas vistas de los valles. Estaba harto de recorrer las calles solo para buscar a alguien al que después le robaría el alma para que otro se lo comiera, estaba por dejar de buscar y volver, pero algo o mejor dicho alguien le llamo la atención. Se trataba de un chico, no se le podía ver bien ya que estaba tirado en el suelo malherido, solo se veía su blanca piel y su corto y alborotado pelo café rojizo. No sabía porque pero se dirigió hacia él para ayudarlo, se agacho e intentó despertarlo pero no reaccionaba así que decidió cargarlo en brazos y llevarle hasta algún médico cercano.
Abrió los ojos de golpe, miraba extrañado a su alrededor ya que recordaba estar en un callejón malherido, y ahora se encontraba en una pequeña habitación y sus heridas estaban tratadas y vendadas, no sabía que es lo que había ocurrido, estaba en sus pensamientos hasta que escucho la puerta abrirse.
— ¿Te encuentras mejor?—Le pregunto con una sonrisa una enfermera—Menos mal que él te encontró, estabas en muy mal estado.
—Si—Respondió con un tono de voz cortante mientras miraba el techo.--¿Quién es él?
—Él es el que te trajo aquí—Contesto mientras se dirigía a la puerta—Si necesitas algo toca ese botón y vendré.
—No necesitaba tu ayuda—Le dijo a Luka mirándole con cara de pocos amigos.
—Por una vez en mi vida que hago algo bueno así me lo pagan—Comento Luka con sorna. —Por cierto soy Luka, ¿y tú?
Se quedo callado hasta que decidió responderle ya que no dejaba de mirarle, era una mirada penetrante y profunda, le estaba poniendo de los nervios.
—Edward— respondió desviando su mirada hacia la ventana.
ESTÁS LEYENDO
Amor infernal
RomanceEl amor nos llega a todos, ya sea tarde o temprano, pero nuestros protagonistas nunca se imaginaron que se enamorarían y menos de quienes lo harían y menos todo lo que tendrían que pasar.