relato XII

24 0 0
                                    

Ahora lentamente comencé a morirme en la profundidad de tu mirada carente de sentimientos y con tus silencios que me que me llevan a cada instante. Creo qué eso fue mas hiriente la falta de palabras al igual que las expectativas y sueños que poco se fueron desvaneciendo en mis manos.
Yo creia creerlo, me negaba a aceptarlo a pesar que ya sentía el frío en mi cuerpo y mis huesos y lo mas triste de todo es que nunca nunca fuiste capaz de decírmelo, hasta faltaron las palabras mas tristes y desgarradoras, simplemente te fuiste desvaneciendo como si de pronto te hicieras con el aire que respiraba...
Nunca quisiste admitir la razón, y eso crei hasta hoy en día me sigo  preguntándome si de verdad yo tuve la culpa, pero hoy en día hé decidido que el culpable fuiste tú por tu inmadurez y tu poca capacidad de decir las cosas como son. Tu silencio y tu intermitencia fueron desde el inició y las pocas veces que nos contábamos era solamente cuando si tenías ganas de besarme.
Ya no podría ver mas de ti que eso...
Y me fui cansada de todo y solo esperaba ya el momento que por fin te quitaras esa máscara y me mostraras tu verdadera cara y poder comprenderte y darnos cuenta que si eramos el uno para el otro porque nadie además de mi podría entenderte, ayudarte y aceptarte tal como eras! Fui una ilusa e ingenua.

Al fin quise dejar ir tu recuerdo tu presencia y tu esencia y a no formar parte de mi hacia ya tiempo.
Y creo que comprendí que el amor no puede ser obligado ni pasivo ni eliminado y por esa misma razón es por lo que entiendo que lo que nosotros tuvimos, no fue una relación de amor..
Lo único que puedo hablar de amor es el amor propio creo que es esa misma conclusión a la que han llegado muchos antes que yo.
Amarse a si mismo nunca pasara de moda, antes que amar a otros.

RelatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora