relato XI

30 0 0
                                    

Papá:
No sé cómo te llamas ni quiero saberlo ya que no me vale de nada.
Seguro piensas que en esta carta te diré que fuiste un mal padre y que deberías estar arrepentido por la forma en que me dejaste.No es de eso que se trata.
Quiero decirte en este día que te perdono. Por no haber estado conmigo cuando te necesité porque gracias a eso ahora soy más fuerte como persona,valiente e independiente. Cuando era niña en la escuela celebraban el día del padre y llevaba a mi abuelo.
La vida me dio otro padre, una segunda oportunidad. Él nunca me habló mal de ti a decir verdad, simplemente porque nunca fuiste parte de nuestras vidas. De él aprendí a que debo ser agradecida por lo que tengo. Me enseñó a no rendirme, a no sufrir por nada ni por nadie y a no creer que por no tener un padre soy menos que los demás o debo ser tratada diferente.
Mi abuela me enseñó a ser respetuosa y confiable, a no faltarle el respeto a los demás. Nunca fue débil al castigarme si era necesario.
Te perdono porque no quisiste ser un padre para mí, porque gracias a eso mi madre estuvo en tu lugar. Ella se sacrificó por mí, salió adelante con dos hijos, consiguió un trabajo y nos mantuvo. No pudo darnos lo que de verdad quería porque no podía pero estaré agradecida mi vida entera. No tenerte no ha definido mi éxito, al contrario, me motivó a buscarlo y a salir adelante no para demostrártelo a ti sino a mí misma.
Te perdono porque al abandonarnos sentí tanto dolor que ahora soy invencible.Realmente espero que hayas encontrado la felicidad, así como yo lo hice.
Y te perdono por ser el hombre que me creó, pero no me quiso.

Atentamente, tu Hija"






Lei la carta en un blog y me senti muy identificada. Por eso decidi publicarla.
Pronto seguire publicando en vendetta spietata.

RelatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora