Cita

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La tarde se le hizo infinitamente larga a Alexander, aunque para su buena suerte obtuvo más propinas que de costumbre, Isabelle y Jace por supuesto recibieron mucho más que Alec, pero ya no tenían una competencia, los tres estaban colaborando para cubrir sus necesidades.

Alec no les había mencionado nada a sus hermanos respecto a Magnus, puesto que sabía que lo molestarían o Isabelle lo obligaría a probarse la ropa de Jace para que luciera mejor, pero en realidad luciría como un tonto ya que la ropa de Jace le quedaba demasiado pequeña.

Alec había empacado en la maleta de Jace uno de sus viejos suéteres raído y un par de vaqueros que también eran un tanto viejos para cambiarse y no ir a su encuentro con Magnus con su uniforme de trabajo, era un elegante atuendo, pero era demasiado formal para una primera cita.

Alec se sorprendió antes ese pensamiento.

¿En realidad era una cita? ¿O un simple cuento en el que Magnus le agradecería a Alec por haberlo ayudado?

Alec no lo sabía, pero estaba dispuesto a averiguarlo.

El ojiazul estaba esperando en la puerta principal del hotel un tanto nervioso, se iba a encontrar de nuevo con el moreno, pero esta vez Magnus no estaba completamente ebrio, o al menos eso esperaba Alec, sería muy extraño salir con un borracho, pensó, aunque dudaba seriamente que el chico se presentara borracho a su cita, porque era una cita...

Alec negó con la cabeza alejando todos esos pensamientos de su mente, era muy estúpido que pensara en eso precisamente cuando esperaba al chico, Alec había tenido que decirle a sus hermanos que su cabeza lo estaba matando y que necesitaba despejar su mente, por lo cual daría una larga caminata hacia el parque, Isabelle había aceptado tranquilamente al igual que Jace y le habían dicho que no llegara tarde a la casa.

No podría decirle a sus hermanos que iba a salir con Magnus, no porque le avergonzara el chico, en realidad Magnus era bellísimo, pero sus hermanos lo molestarían en exceso y no estaba dispuesto a lidiar con eso, no todavía, además no era nada serio, había visto al chico sólo una vez y éste había estado completamente borracho, apenas sí recordaba a Alec.

- ¡Ey chico lindo! ¿Esperas a alguien? -preguntó una voz masculina que Alec ya reconocía.

Magnus estaba de pie junto a un lujoso carro y se veía completamente sexy.

Tenía una camisa blanca la cual estaba completamente desabrochada, sobre ella tenía un gabán que también estaba abierto. Alec se quedó en shock al mirar en pecho del moreno, estaba marcado, musculoso y se veía completamente suave, Alec se sintió completamente extraño cuando sus manos comenzaron a picar, quería acariciar ese suave pecho, tragó grueso intentando alejar ese pensamiento de su mente.

¿Qué demonios me está pasando? se reprendió mentalmente vamos Alec compórtate.

Ahora Alec se fijó en los pantalones que Magnus traía puestos, eran ajustados, lo cual hacía que las piernas de Magnus se vieran largas y fuertes.

También tiene un trasero deseable pensó Alex e inmediatamente se sonrojó ¿demonios qué me pasa hoy? se regañó.

-Creí que me dejarías plantada -confesó Alec con timidez.

Magnus sonrió abiertamente mostrando una deslumbrante fila de dientes relucientemente blancos.

-Jamás haría eso Alexander y mucho menos a ti -respondió agnus antes de guiñarle el ojo al chico.

-Bueno... ¿qué quieres hacer? -pregunto Alec con timidez.

-Si no te molesta, me gustaría que fuéramos en mi casa, he preparado una cena allí, ya sabes por privacidad y todo eso.

Mi dulce desconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora