- Hola princesa -. Beatrice se dio parcialmente la vuelta con un vaso de ponche en la mano para ver a la persona que le hablaba. Era Cardin, traía una radiante y falsa sonrisa junto con una mirada lobuna que rápidamente Beatrice interpretó cómo mala. - ¿Te gustaría bailar?
Dante se había distanciado de ella unos minutos, de echo desde donde estaba aún lo podía ver hablar a través de su scroll. Melissa acababa de llegar a Atlas y Dante no sabía si agradecerle por haberlo llamado y hacerle saber que estaba bien o echarle una pequeña reprimenda por no estar ya durmiendo.
Beatrice cambio el peso de su cuerpo y le daba un sorbo a su bebida comprobando que no le gustaba.- No, gracias -. Dejo el vaso sobre la mesa para ver como Cardin se ponía delante de ella con persistencia. Beatrice arrugó el entrecejo y apretó sus puños, nunca le había caído bien este líder. Ni el ni su equipo parecían ser cazadores o tener en mente lo que significaba ser uno, de echo representaban lo contrario, hacían daño a los faunos, pegaban y humillaban a los débiles.... - Apartate de mi camino.
- Hey princesa, tranquila, solo es un baile -. Subió parcialmente las manos hacía arriba y luego se inclinó sobre su cara para mirar sus ojos verdes llenos de veneno. Cardin sonrió cómo si el echo de que le estuviese negando y mostrando algo de ferocidad lo incitase a continuar. - Vamos, seré el primer alumno que baile con tigo.
Beatrice miró por encima del hombro de Cardin para ver a su hermano caminando decididamente hasta ellos. Los gemelos sabían perfectamente cuando uno de ellos estaba en problemas era como un detector interior que llevaban dentro desde el mismo día en el que nacieron, si tenían problemas lo sabían e iban en la ayuda del otro. Al final los aprietos en los que se encontraban algunos de los gemelos era camuflado con los problemas que ellos mismos creaban al defender a uno de sus hermanos.
- ¿Te gustaría bailar? -. Le preguntó a Beatrice cuando estaba cerca y ella asintió con fuerza. Pero Cardin que no se había apartado de ella, levantó una ceja molesto.
- ¿Es que no ves que va a bailar con migo? -. Se giró y alzó ambas cejas sorprendido al ver a su gemelo. - Pero si es Azariel. - Se acercó a el y susurró. - ¿Me prestas a tu hermana un rato? Ya sabes... Ese cazador a estado toda la noche con ella... ¡No comparte!
Azariel cogió aire con fuerza mientras endurecía su mirada y apretaba sus manos a ambos lados de su cuerpo.
- Mi hermana no es un objeto que puedas coger cuando quieresWinchester -. Cardin se encogió de hombros pasando de la actitud desafiante y mortal que tenía Azariel en su rostro para volver a centrarse en Beatrice. Ella por su parte era incapaz de desviar la mirada de su hermano sabía que si Cardin seguía de ese modo las cosas acabarían mal para todos los que estaban allí dentro, separó su mirada de la de Azariel para buscar a Ozpin o a Glynda sin resultados.
- ¡¿Dónde están cuando se los necesita?! -. Gritó mentalmente. Cardin seguía hablando intentando convencerla sin resultado, procuraba hablar con un par de palabras largas y complicadas que Beatrice se imaginaba que no sabía lo que significaba. No le importaba Cardin y tampoco le intimidaba en algún aspecto, era un matón grosero y violento y no estaba dispuesta a darle la atención que una persona normal debería recibir.
- Vamos princesa ¿Y tú educación? -. Tomó la muñeca de Beatrice por encima de su cabeza tirando de ella con tanta fuerza que tuvo que cerrar los ojos durante unos segundos por el dolor. Como auto reflejo la semblanza y el aura se habían activado separando sus manos, adrede o no acababa de mostrar que podía quitárselo de encima porque su muñeca había dejado de ser física.
Cardin abrió sus ojos incrédulo por ver como durante unos segundos estaba sujetando la nada y luego la mano de ella volvía a ser la misma. La apuntó con un dedo mientras ella sujetaba su muñeca con fuerza.
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El Concepto De Caballero
FanfictionEllos mismos escogieron seguir el camino de los cazadores y cazadoras para proteger el mundo de Remnant, muchos siguen la estela que sus padres o las personas que admiran dejaron con el paso del tiempo. La vida en la academia no podría ser más norma...