Capítulo 30

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Azariel apretó más aún el papel arrugado en su mano deseando desintegrar lo hasta que no quedasen restos de su existencia pero en ese momento de ira recordó que había un cazador a sus espaldas se giró para mirar en su dirección sin preocuparse por esconder ese semblante oscuro que solía adoptar en ocasiones donde, como en esta ocasión, sabía que su hermana había quedado herida.

- Ya te puedes ir -. Le dijo mientras caminaba pasando de largo junto a él.

- Espera ¿Dónde están tus padres? no creo que sea buena idea que estén los dos en esta casa a solas.

- ¿ Y porqué no? -. Se quejó en voz alta Azariel. El tono de voz no era para nada agradable, caminaba a prisas recorriendo los pasillos sin detenerse a esperar a su invitado.

- Por el amor de dios Azariel, están rodeados por bosques y los indicios de vida están mínimo a una hora en nave-. Dante intentó ponerse junto a él pero notaba como el chico se las apañaba de algún modo para que cada vez que conseguía estar a su altura este se adelantase o el mismo Dante se atrasara.- Si los atacan estarán solos.

El tono molesto de Azariel estaba haciendo frente a un calmado y sereno Dante que solo provocaba que el alumno estuviera más irritado de lo que ya estaba. Azariel suspiró y puso una mano en el puente de su nariz.

- Mira -. Se giró con fuerzas y lo señaló . - Me parece muy bien que te hagas el caballero con mi hermana -. Sacudió su cabeza, obviamente el toque de ironía se había marcado esta vez con un mayor rintintín que el de costumbre . - Pero llevamos viviendo en esta casa el tiempo suficiente como para saber defendernos si se diera el caso ¡Además! no debo darte explicaciones-. Estiró su brazo señalando las puertas que daban a los jardines, unas vidrieras que dejaban pasar toda la luz . - Gracias por traernos, ahí está la puerta.

Se volvió a girar y caminar más rápido aún que antes. Dante parpadeó y miró a su alrededor estaba completamente desconcertado no hacía más que unos segundos estaba en mitad del salón que llevaba a la sala de música y ahora prácticamente estaba en la calle.

- Azariel -. Lo llamó a pesar de que ya se hubiera casi perdido en la distancia. - Puedo ayudar...

El chico se detuvo y se rió incapaz de poder disimular.

- No, no puedes -. Movió su cuerpo parcialmente, estaba apretando sus puños pero los aflojó al llevar la vista a el suelo y luego estirar un brazo para señalar en dirección a las escaleras que llevaban a la segunda planta. - Mi hermana debe de estar en su habitación debajo de las mantas de su cama abrazando a Destiny y llorando a el mismo tiempo mientras la loba lame las lágrimas, no puedes ayudarnos con eso porque yo tampoco puedo.

Dante apretó sus mandíbula e intentó caminar en dirección a el alumno de Beacon pero sintió que por mucho que caminase las distancias jamás se cerraban, optó por mantenerse en su sitio.

- Podría quedarme aquí.

- No.

- Y traer a mi hermana.

- Oh no gracias, para eso traemos a Ki-. El que puso mala cara esta vez fue Dante, jamás Azariel había visto ese semblante frío de él por lo que en vez de mirar a otro lado sonrió aguantando la mirada. - Puede que tengamos más en común de lo que pensaba -. Tapó la sonrisa con el dorso de la mano. - Protegemos a nuestras hermanas cueste lo que cueste ¿no?

Dante asintió pero aún así le tomó bastante tiempo volver a su rostro normal y cariñoso que siempre solía llevar.

- Esta casa es lo suficiente grande como para que nos acojan.

- No -. Se cruzó de brazos el gemelo.- ¿En serio vas a atreverte a traer a tu hermana a un lugar tan peligroso?-. Pronunció en tono de burla.

- Si yo estoy aquí no pasará ningún Grimm-. Respondió confiado el cazador y a pesar de la distancia que los separaba Azariel pudo ver que no vacilaba.

El Concepto De CaballeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora