VODKA

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Título: vodka.

Anime: K-project.

Pareja: Suoh Mikoto x Munakata Reisi (MikoRei).

Género: humor, romance, lime.

Notas: está narrado bajo el POV de Mikoto.  






  No lo entiendo.

De verdad no entiendo por qué razón estoy en estos momentos tan relajado en la casa de Munakata, bebiendo en su sala de estar. Él ya debe estar algo borracho, porque lejos ha quedado esa imperturbable calma suya que me resulta tan molesta; ahora mismo lleva ese yukata azul claro que suele usar cuando no está en el trabajo, pero lo lleva totalmente desarreglado, puedo ver sin problemas una buena parte su pecho desde aquí; no sé dónde habrán quedado sus gafas, sólo su cabello se mantiene de la misma forma que siempre.

— Umh...— le vuelvo a mirar sujetando el vaso entre mis dedos— ¿No has bebido demasiado, Munakata?

Él me devuelve una mirada desafiante, me quita el licor y se lo bebe prácticamente de un trago; después suelta un muy largo suspiro que ha sonado como un sonoro 'haaaaa' en el silencio de la casa. Me mira una segunda vez dejando el vaso en la mesa, esta vez sonriendo.

— ¿Qué pasa si te digo que sí?

— Nada realmente, pero no me hago responsable de la resaca que tendrás mañana.

Es bastante extraño escuchar la risa de Munakata, pero es todavía más extraña esa carcajada que ha soltado cuando le respondo; le miro un tanto curioso, fijando mis ojos en los suyos, no ha dejado de mirarme durante todo este tiempo... sé que algo andará tramando.

— Es desagradable verte tan alegre. — le digo sacando uno de mis cigarros, me basta chasquear los dedos para hacer que se encienda y empezar a fumar.

— Tú también pareces feliz ahora. — alzo la mirada viéndole tambalearse y gatear hacia mí -curiosa es la vista que tengo con las telas del yukata deslizándose por su cuerpo-; estira su mano y me quita el cigarrillo, apagándolo desde que lo sumerge en el vaso de licor.

— Hey, ¿qué haces?

— No fumes ahora, Suoh.

Sé que sonreí cuando se acerca del todo a mí y me besa... un Munakata bajo los efectos del alcohol no está tan mal. Me inclino continuando con el beso, puedo saborear el regusto dulzón del licor que se esconde en su boca, y mi sonrisa se repite con sus manos trepando por mi camisa hasta que quedan rodeando mi cuello, no quiere que me vaya ahora, ¿cierto? Oh bueno, tampoco tengo intenciones de irme a ningún lado esta noche.

— Suoh...— de hecho suspira mi nombre al separarnos -realmente mi apellido, Munakata nunca me ha llamado por mi nombre, dudo que alguna vez lo haga.

Pero claro, apenas logro parpadear y se ha lanzado de nuevo contra mí, ahora le tengo totalmente pegado a mi cuerpo, está arrodillado sobre mi regazo mientras muerde o besa mi cuello... no puedo negar lo excitante de la situación.

— ¿Impaciente, Munakata? — más que preguntar, lo afirmo dejando a mis manos retirar lentamente el yukata por sus hombros, la molesta tela queda ahora en su cintura y mis dientes pasan a marcar su piel.

Siendo tan pálido, esa marca roja que ahora lleva en su hombro derecho es más que visible, y tentadora pues pienso hacer más. Con ese objetivo voy hacia su cuello, le escucho jadear mientras deslizo mi lengua por la zona para acabar con otro mordisco; de nuevo está mi apellido presente en su jadeante voz... es estimulante.

De repente sus manos recobran la fuerza y se apoyan en mi pecho, logran separarme bastante de él; le miro un tanto confundido, no comprendo por qué ha agachado ahora el rostro... ¿está sonrojado? Tanto rubor en las mejillas no puede estar causado únicamente por el alcohol, ¿cierto? Mi mano derecha aclara mi duda, me basta tocar su entrepierna para sentir lo caliente -y algo duro- que está aquí abajo... ¿en serio, sólo por un par de besos y mordiscos? Supongo que no es mentira eso de que uno se vuelve sensible con el alcohol.

— Suoh... no puedes pasar de aquí. — murmura tras suspirar debido a mi apretón en ese lugar tan sensible.

— Estás de broma, ¿no?

— No bromeo, — alza el rostro apartando mi mano, eso sí me ha tomado por sorpresa— no puedes pasar de aquí.

— ¿Por qué? — siento decir que mi voz ha sonado bastante seria ahora.

— Porque no. — aparta la mirada mientras habla, no es para nada normal esta actitud en él.

— Munakata, mírame.

Duda antes de obedecer, me confunde pero es divertida esa expresión enfurruñada que lleva ahora.

— ¿Por qué no puedo pasar de aquí?

— Ya te he dich-

— Ésa no es una razón. — le interrumpo viendo cómo se sobresalta, mi mano ha vuelto a acariciarle, pero esta vez me entretengo por su muslo.

— Porque no puedes, Suoh...

— No me convences si usas esa voz, Munakata. — me acerco sonriendo a su oreja, la mordisqueo un poco escuchando de nuevo sus suspiros— No quieres que me detenga, ¿no es así?

— No...— otro suspiro escapa de su garganta, mi mano ha avanzado hasta colarse bajo su ropa interior— Tienes que parar, Suoh, en serio...— pero sujeta mi muñeca y logra apartarla, incluso se remueve para separarse de mí; empieza a molestarme con eso.

— ¿Por qué? — repito la pregunta, creo que mi voz ha vuelto a sonar igual de seria.

— Porque...— me mira, viendo sus ojos huidizos me tengo que preguntar por qué parece que en cualquier momento vaya a echarse a llorar— porque... cuando lo hacemos se siente demasiado bien, Suoh... no sé qué hago, mi mente se nubla por completo y no me deja razonar mis propias acciones...

Oh, esto se vuelve interesante.

— Por eso... no sigas. — al fin clava su mirada en la mía, le ha costado bastante por lo que veo— Todo es malditamente embarazoso... esa clase de comportamiento...

Quizá debería emborracharse más a menudo, me gusta esta sinceridad suya.

— Así que...

No dejo que termine este curioso discurso y le vuelvo a besar, admito que me preocupa un poco este irrefrenable impulso de poseerle que ahora parece dominar mi cuerpo.

— ¡Suoh, he dicho qu-!

— Incluso tú puedes ser adorable de cuando en cuando, Munakata. — me entretiene ver su rostro confundido mientras repito el beso.

Él por supuesto patalea por soltarse y liberarse, cosa que no consigue; de hecho ha llegado a gritar cuando su espalda acaba en el suelo. Umh, ahora está aún más ruborizado que hace un momento al 'confesarse'... está bien, comenzaré por admitir que me parece adorable esa expresión.

— ¡Para de una vez, Suoh!

— No pienso hacerlo.

— ¡¡Suoh...!!— ha sido divertido ver su cuerpo entero temblar bajo mí cuando muerdo su pecho, esta vez ha gemido a medida que mis mordiscos continúan— Suoh... de verdad, para...

Si me parece adorable cuando jadea, diría que es excitante cuando gime de esa manera tan desesperada.

— Es normal que te avergüences cuando ya estás tan duro... apenas estamos comenzando. — ¿esto lo he pensado o lo he dicho en voz alta?

Me basta mirar su expresión, ahora notablemente más afectada, para darme cuenta de que lo he dicho en viva voz... aah, quiero molestarle todavía más.

— Es preocupante que sólo por un par de mordiscos ya estés 'en guardia'. — le miro y sonrío con esa mirada tan avergonzada que me dedica.

— Para... Suoh, para ya.

— Qué ruidoso, si no vas a decirme de nuevo lo mucho que te gusta hacerlo conmigo, mejor cállate, Munakata.

Esa botella de vodka que viene hacia mí me confunde.

Una pena no haber reaccionado antes, lo que puedo sentir a continuación es un fuerte golpe en mi cabeza, escucho un CRASH junto a mi oído, algo húmedo y frío me empapa la cabeza, y mi vista se vuelve totalmente negra; creo que también puedo escuchar algún grito o insulto por parte de Munakata, aunque me es imposible entenderlo, estoy perdiendo el conocimiento.

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Vuelvo a abrir los ojos con una dolorosa, una MUY dolorosa, punzada en el lado izquierdo de mi cabeza. Muevo mi mano frotando la zona y puedo sentir que hay un chichón ahí, ¿por qué huele mi cabello a vodka?

— ¿Estás despierto? — ah, esa voz tan "amable" es la suya— Llevas toda la noche ahí, pensé que estabas muerto... una pena que vuelvas a respirar.

Le miro con mi cabeza totalmente adolorida, vuelve a ser el Munakata de siempre; lleva el mismo yukata, pero perfectamente ajustado al cuerpo, las gafas al rostro y está bebiendo té arrodillado tras la mesita.

— ¿Piensas pasarte el día de esa manera? — me mira acomodando sus gafas, entonces me doy cuenta de que estoy acostado en el suelo, no sé dónde está mi chaqueta y camisa, bueno, no sé dónde está mi ropa en general, ¿por qué sólo llevo los pantalones?

Miro a Munakata y pienso en preguntarle, pero dudo mucho que me vaya a responder.

— Suoh, al menos date una ducha, es repulsivo ese olor a alcohol que desprende tu cabello.

— ¿De quién crees que es la culpa, Munakata? — me incorporo frotando mi cabeza, maldición, duele como el infierno.

— No esperes una disculpa por mi parte, — me devuelve la mirada y alzo una ceja al ver su sonrisa algo burlona— fue totalmente en defensa propia.

— Se me ocurre un buen sitio donde mandaros a ti y a tu 'defensa propia'. — me pongo en pie con esa horrible punzada en la cabeza, bueno, no es para menos, me ha estallado una botella de vodka en ella.

Suspiro echándome a andar por la sala, quiero una aspirina... no, mejor pensado, quiero dormir. Desvío mis pasos hacia la habitación de Munakata, no me molesto en escuchar lo que anda diciendo desde donde estaba y me lanzo al colchón. No habré tardado más de 2 minutos en dormirme.
Pero claro, el dueño de la casa no iba a dejarme dormir en calma.

Desperté siendo aún de día y con ese doloroso pinchazo taladrando mi cabeza desde el lado izquierdo; la única diferencia es que ahora me cubre una manta y estoy apoyado en algo que no es el colchón, esto no es tan blando.
Bostezo restándole importancia, quiero dormir y olvidarme del dolor al menos por unas horas... pero claro, de nuevo su molesta voz me habla, ¿qué pasa ahora?

— Suoh. — me llama pero no respondo— Suoh. — así que vuelve a llamarme, y sé que seguirá haciéndolo hasta que no hable.

— Quiero dormir.

— ¿Te duele? — suspiro, ¿no es algo obvio?

— He dicho que quiero dormir.

— Per-

— Munakata. — abro los ojos entre suspiros, entonces me doy cuenta de que mi cabeza yacía en su regazo. Me muevo hasta acostarme al otro lado de la cama, no quiero que siga hablando, quiero silencio— Sólo cállate y déjame dormir.

Oculto el rostro en la almohada sintiendo algo de movimiento a mi espalda, supongo que Munakata se estará acomodando ahí... es agradable la sensación de dormir a pierna suelta, todavía con la incesante molestia en la cabeza, aunque espero que se alivie para cuando despierte.

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Me sorprende ver que así es, bostezo mirando sin ganas por la ventana, ¿ya está atardeciendo? Me siento en la cama rascándome la cabeza, buscando con mi mano el chichón, lo encuentro después de unos segundos de búsqueda; mi bostezo se repite mirando mi ropa, ni rastro del olor a vodka, ¿pero cuándo me he puesto yo la camisa? Hace un rato llevaba sólo el pantalón, ¿cierto?

Durmiendo a mi derecha está el culpable de ello. Siempre me echa en cara que está desbordado de trabajo o que no tiene un solo segundo que malgastar, entonces me gustaría que me explicara por qué lleva todo el día aquí durmiendo sin separarse de mí. Le tengo que mirar un momento para descubrir que entre sus brazos hay algo, y parece que lo sujeta con fuerza.

Increíble, le avergüenza acostarse conmigo pero no le avergüenza dormir aferrado a mi chaqueta... no entiendo a este hombre.

— Suoh, — me mira con una expresión totalmente adormilada mientras me habla— ¿te vas?

— Supongo que debería. — me es imposible apartar la mirada ahora, es más, acabo volviendo a acostarme en la cama; esta vez de lado y mirando a Munakata.

— No te vayas... — me pide avanzando hacia mí.

Acaba bien acomodado frente a mí, mirándome, se las ingenia para que mi brazo izquierdo quede sobre él, pareciendo que le abrazo, ¿por qué me muestra ahora esa sonrisa tan relajada? Sigue sujetando mi chaqueta contra su pecho, se aferra a ella como un niño a su peluche favorito; y tras un rato alza sólo una de sus manos hasta acariciar mi mejilla, todo ello sin borrar esa ligera sonrisa de su rostro.

— Quédate un poco más.



De verdad, no entiendo a este hombre.
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||One Shots|| [MikoRei]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora