Capitulo 3

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Leo salió de la casa como todos los días, con paso lento y mirada pensativa, lo tomo por sorpresa ver que a su lado caminaba Dulce con la mirada clavada en el suelo, le intrigaba tanto que no pudo resistir preguntarle la razón.

- ¿Pasa algo Dulce?

- No, nada, ¿Por qué lo dices?

- Es solo que nunca caminabas conmigo a la escuela a pesar de estar en la misma escuela

- Hoy decidí hacerlo ¿Tienes algún problema con eso?

- No, para nada, solo es extraño, pero es lindo tener compañía de camino a la escuela

Las palabras de Leo hicieron recordar a Dulce aquellos días en los que solían jugar juntos y llevarse de lo mejor entre ellos, esos recuerdos se veían tan lejanos pero hicieron que Dulce sonriera mientras veía al cielo visualizando la imagen de su hermano llevándola en su espalda a casa cuando se lastimaba.

Los pensamientos de Dulce se vieron interrumpidos abruptamente por dos de sus compañeros de clase que cruzaron la avenida se pararon justo frente a ellos.

- Hola dulce

Dijo uno de ellos.

- Hola chicos

- Acaban de abrir una tienda de videojuegos en el centro de la ciudad ¿Quieres ir?

- Pero tenemos que llegar a la escuela

- Nos saltamos las clases, vamos

Esas palabras inmediatamente despertaron el interés de Leo que los miro con desaprobación algo que los chicos notaron.

- ¿Quién es este gorila? ¿Tu guardaespaldas?

Leo ahora los miraba con odio.

- Dale una banana, creo que se molesto

El tono del chico ahora era de burla.

- Es mi hermano, idiota, mejor lárgate

Las palabras de Dulce estaban llenas de desprecio.

- No seas amargada, ven con nosotros

El chico tomo el brazo de Dulce haciéndole daño.

- Dijo que no

Leo tomo la mano del chico con tal fuerza que debió soltar a Dulce.

- Déjalo imbécil

El segundo chico tomo impulso mientras cerraba el puño derecho para lanzarle un golpe pero Leo con su mano libre logro interceptar el golpe rodeando con su mano el puño del agresor, cuando lo tuvo sujeto cerro su mano imprimiendo la suficiente fuerza para que el chico no tuviera otra opción más que inclinarse por el dolor que le causaba.

Dulce contemplaba la escena sin decir una sola palabra, en sus ojos se podía ver una mirada de admiración mientras veía el rostro de Leo repleto de furia.

Los chicos observaban con terror el rostro de Leo.

Al ver las caras de los chicos los ojos de Leo cambiaron de una total furia a un incomprensible miedo, súbitamente los soltó y llevo sus manos a los bolsillos de su pantalón.

- Lo siento chicos, pero dijo que no, es mejor que se vayan

Ellos no podían comprender el cambio tan brusco en la actitud de Leo.

No pude evitar amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora