La noche transcurría pero Dulce no podía dormir, no sentía cansancio, sueño o ganas de dormir. En su mente solo estaba el plan que debía seguir para estar con el hombre que amaba, nada se interponía entre ellos y tanta emoción y sentimientos desbordándose le impedían cerrar los ojos y pensar en la ocasión que pudo ver a Leo tumbado en su cama, quería verlo de nuevo. Se puso de pie de un salto, todos dormían, salió de la habitación en total silencio, se dirigió donde dormía Leo, quería verlo y sabía que cuando lo viera en su ropa para dormir podría ir a la cama y dormir.
Abrió la puerta con mucho cuidado de no hacer ruido alguno y así no despertar a Leo, si lo despertara no sabría que hacer o decir. Cerro la puerta detrás de ella, se acercó a la cama de Leo para poder verlo con claridad pero su sorpresa fue enorme al notar que no estaba en su cama.
"Seguramente no escuche cuando se levantó y tal vez este en casa, debo salir de aquí inmediatamente"
Dando media vuelta para llegar a la puerta y huir del lugar pudo ver como la puerta se abría por sí misma, entre la penumbra de la noche la figura de Leo apareció mientras encendía la luz de la habitación.
Leo sostenía en su mano izquierda un vaso de cristal con agua dentro. Ambos estaban sorprendidos por encontrarse en esa situación. Leo como era su costumbre no llevaba playera, solo los pantalones de la pijama, al ver su abdomen descubierto Dulce se sonrojo, dicha reacción le provoco una sonrisa a Leo.
- Ponte algo de ropa pervertido
Mientras decía eso Dulce se cubrió el rostro con sus manos para evitar que Leo viera su cara sonrojada, pero era muy tarde.
- Tú entraste a mi habitación sin hacer ruido ¿Y yo soy el pervertido?
El tono de Leo tenía un tono bromista.
- Cállate idiota
Dulce intento huir corriendo hacia la puerta detrás de Leo pero la detuvo con su brazo libre y la atrajo a su pecho.
- No te vayas
Su voz había cambiado por un tono de quien pedía algo de manera amable y que en verdad necesitaba.
Leo dirigió a Dulce a su cama mientras dejaba el vaso sobre su escritorio. Dulce no sabía qué hacer, solo unos segundos atrás había decidido escapar pero las palabras de Leo derrumbaron sus intenciones, quería quedarse y averiguar la razón por la cual le había pedido que se quedara con él.
Leo se sentó a un lado de ella y después de unos segundos de silencio total fue Leo quien decidió hablar mientras se recostaba en la cama con su hermana a un lado de él.
- Perdón por pedirte que te quedes pero solo será un momento
- ¿Por qué me lo pediste?
- Solo no quiero estar solo
- ¿Pesadilla?
- Si, ¿Cómo lo supiste?
- Estos últimos días has estado teniendo pesadillas mientras hablas entre sueños
- Pero como lo sabes
- No te molestes, pero al escucharte vine aquí y te acariciaba el cabello hasta que te calmabas
Dulce no sabía porque le decía eso a Leo pero se sentía muy bien por fin poder confesarle que entraba a su habitación sin su permiso. Leo sonreía tranquilo al enterarse que algunas noches había tenido una intrusa pero que solo para que el pudiera dormir tranquilo, eso le parecía amable y lindo de su parte.
- Gracias entonces
- No tienes por qué agradecer
Ella tomo su cabeza y la poso sobre su regazo mientras acariciaba su cabello. Leo cerro los ojos disfrutando la sensación de las delicadas manos de Dulce que pasaban entre su cabello largo y desarreglado. La cara de Leo expresaba mucha tranquilidad y a Dulce le provocaba una sensación muy agradable saber que era ella la razón por la cual tenía esa expresión.
Dulce quería quedarse acariciando el cabello de Leo toda la noche si era posible, le gustaría disfrutar de la sensación de su cabello pasando entre sus dedos una y otra vez. Presa del sentimiento que el momento le brindaba se inclinó un poco para besar la mejilla de Leo y después su frente, posando sus labios por unos segundos sobre su piel.
Leo abrió los ojos después de que la sensación de sus labios se alejó y con una enorme sonrisa en él le hablo a Dulce.
- Ojala no fueras mi hermana
- ¿Por qué lo dices?
- Porque así podría verte como mujer
El corazón de Dulce se detuvo un momento por las palabras de Leo, había esperado tanto tiempo por escucharlo decir esas palabras y ahora que las había escuchado no sabía que decir, no sabía cómo reaccionar, se preguntó a si misma si no estaba soñando.
- Pues hay algo que tú no sabes hermanito
Dulce quería decirle todo a Leo y que supiera que no tenía por qué verla como una hermana, que podía verla como una mujer, que ella lo veía como un hombre, que si querían ambos podrían estar juntos sin miedo a nada, pero no se podía permitir decirle la verdad, no en ese momento, no podía ser tan egoísta y pensar solo en ella, después de todo era adoptado y no sabía cómo reaccionaría ante tal noticia, podía tomarlo bien o tal vez lo tomaría mal, de cualquier modo no podía ser ella quien se lo dijera, no tenía el derecho de hacerlo, al menos no en ese momento.
- ¿Qué es esa cosa que no se?
Con todo su esfuerzo se obligó a evadir el tema y dejarlo para otro día.
- Nada, olvídalo
- Dime
- No es nada, después te diré
Sabía que tenía que salir de ahí antes de que dijera algo de lo que pudiera arrepentirse. Paso su mano entre el cabello de Leo por última vez y se inclinó una vez más para besar su mejilla tomando aún más tiempo que la vez anterior.
- Descansa hermanito
Dulce intento levantarse pero sintió la mano de Leo que la atraía hacia él y le daba un beso en la mejilla muy lento como si degustara con sus labios la mejilla de Dulce, pero ella sintió como una parte de sus labios se tocaron por un momento debido a la corta distancia entre sus bocas.
- Gracias hermanita
Dulce salió corriendo de la habitación, tocándose la parte donde Leo la había besado.
Entro a su habitación a toda velocidad y abrazo su almohada. Aún tenía la sensación de los labios de Leo posándose en la comisura de los de ella.
"¿Se habrá equivocado? ¿Lo habrá hecho apropósito? ¿Si no lo fue, también se habrá dado cuenta?"
Dulce solo quería pensar que lo hizo con la intenciónde besarla en los labios, quería creer que se había atrevido a besarla, perotambién tenía que obligarse a pensar que solo había sido una casualidad por lasituación y la posición en la que se encontraban. Pero eso no impedía que sesintiera feliz por recibir aquel pequeño roce de sus labios, solo esa pequeñaparte era suficiente para sentirse volar.
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No pude evitar amarte
RomansaEl amor es un sentimientos que no puede ser detenido, no importa los obstáculos que tengas enfrente. Dulce debe encontrar el camino para llegar al corazón de su amado.