Capitulo 8

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Las clases habían terminado y los alumnos salían por la puerta principal de la escuela entre bullicio y multitudes. Leo estaba acompañado de April mientras caminaba rumbo a la salida, en la entrada estaba Dulce esperando por su hermano.

Se sintió muy molesta al ver a Leo acompañado de April mientras le tomaba el brazo justo como ella lo hacía en la mañana. Cuando estuvieron frente a ella les hablo con un notorio tono de molestia y sarcasmo.

- Gracias April, por acompañar a mi hermano, pero ya puedes irte

April no parecía molesta y respondió con un tono divertido.

- Parece que alguien esta celosa, está bien, me voy

Dulce tomo el brazo de Leo y comenzó a caminar con el mientras lo jalaba. April no podía irse sin antes recordarle algo a Leo. Se acercó a él y le susurro unas palabras que Dulce no pudo escuchar. Solo pudo escuchar la respuesta de Leo.

- Claro, mañana nos vemos

Dulce aún más molesta que antes acelero su paso sin soltar ni un solo momento el brazo de Leo. Avanzaron unas calles sin decir ni una palabra hasta que Dulce fue vencida por la curiosidad.

- ¿Qué te dijo April antes de irse?

- Solo que mañana comiéramos junto

Dulce sentía que Leo le ocultaba algo.

- ¿Eso es todo?

- Sí, es todo

- No te creo

- En serio es todo pequeña

Leo acaricio el cabello de Dulce pensando que esas palabras la tranquilizarían y para su suerte su plan resulto. El gesto de Leo y la palabra "pequeña" le resulto muy tranquilizante, tanto que olvido por un momento que un segundo antes intentaba averiguar si Leo le ocultaba algo.

- Hace mucho que no me llamabas así

- ¿Y te desagrada?

- No, para nada

La sonrisa de Dulce estaba llena de demasiada ternura como para que Leo lo soportara y solo se limitó a darle un fuerte abrazo.

- A veces puedes ser tan dulce

El abrazo congelo a la pequeña joven y no supo que hacer, por reflejo aparto a Leo de ella, no porque le desagradara ser abrazada por él, sino porque en realidad no supo cómo reaccionar.

- Suéltame tonto

Dulce salió corriendo y no se detuvo hasta llegar a casa al igual que Leo, quien la seguía muy de cerca.

Leo no pudo alcanzar a Dulce y cuando entro a la casa ella ya había subido a su habitación, no dejaba de pensar que podía estar enojada por haberla abrazado, tal vez interpreto mal y después de todo no eran tan cercanos como creía.

Con todo eso en la mente solo tomo una fruta de la cocina y se fue a su habitación.

La noche llegaba y Leo aún seguía pensando en la posible razón de la reacción de Dulce. Dentro de sus pensamientos una idea surgió en su mente "nunca sabré la verdadera razón si no lo intento averiguar por mí mismo".

Esperó por el momento adecuado para ir a la habitación de Dulce. Decidido a saber qué pasaba en la mente de su hermana salió de su habitación y entro a la de Dulce sin hacer ruido, camino despacio hasta llegar a un lado de la cama donde dormía, se puso de rodillas y le susurro unas palabras esperando poder despertarla.

No pude evitar amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora