Capítulo 3

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Una vez que el tarado del chófer aparca en el estacionamiento de la Universidad, hace de nuevo una acción que me enfurece, pues en  en lugar de abrirme  la puerta a mi primero, va y abre la puerta del lado de Alexa y por si fuera poco, él empieza a hablar con ella de forma amistosa olvidando que yo estoy ahí. Sé que lo hace al propósito así que no espero a que abra, pues no lo necesito, así que lo hago yo, tomo mis cosas, cierro y comienzo a caminar hacia ellos, Alexa me ve y enseguida se aleja apenada, me acerco a él lo más tranquila que puedo.

-Parece que tu pequeño cerebro no entiende lo que debes hacer, me pregunto si en verdad estás capacitado para servirme, porque no lo parece... creo que debo repetirte las cosas y lo haré lentamente para que tu cerebro lo capte...la que importa aquí soy yo... ok... así que cuando yo salga... tú maldito asno... debes tener el auto listo para mí... dos... yo no me deslizo nunca... tres, aunque tenga invitados en el auto... tú pedazo de animal, me abres a MÍ la puerta no a mi invitado... 

-Así que te crees superior a tus amigos... -dice sarcástico- vaya persona más mezquina que eres, no piensas...-no lo dejo terminar y lo abofeteo

-Tú no sabes nada de mí ni de mis amigos, así que cierra la boca, tú estás aquí para servir no para opinar, así que espero que cuando yo salga de mis clases estés aquí con el auto ya listo y espero además que hayas entendido cual es tu deber aquí... tú eres sólo un sirviente y es mejor que vayas captando que de los tres, tú obviamente eres el eslabón más débil y estás en el nivel más bajo de la cadena social...- dicho eso, me giro y camino hacia la escuela furiosa y una parte de mí se siente muy mal, no por abofetearlo, si no por perder el control y dejar a Alexa...

-¿Ey princesa a dónde vas tan enojada?-unos brazos me envuelven y esa misma persona me sopla en el oído, me retuerzo y me río.

-Hola Dante- él me suelta, volteo a verlo y ahí está, él chico más listo y sexy de la Universidad, pasa su mano por su cabello rubio, sus ojos azules reflejan picardía y no puedo evitar notar su abdomen y sus brazos, ya que la playera que usa hoy es bastante pegada y sin duda lo favorece. 

-Hola, Dayami -me dedica una media sonrisa, la cual provoca que yo igual sonría -y... a ¿dónde vas tan enojada?

-No es obvio... voy a mis clases- cruzo mis brazos- y usted señor me está deteniendo

-Ya no te tengo agarrada -me guiña un ojo y yo volteo los ojos -y dime nena, ¿quién te hizo enojar tanto? -suspiro de forma dramática

-¿Podemos ir a clases primero y luego te cuento? - él asiente y entrelaza su mano con la mía, volteo hacia donde estaba Alexa y veo que ella y el chófer no se han movido del estacionamiento, y aunque debería de enojarme, por alguna razón me siento mal pero por ser grosera con Alexa. Sin embargo sigo mi camino con Dante. 

Ya en el aula, que por cierto llego justo a tiempo para no perder mi récord, Dante y yo nos sentamos al final, y mientras el profesor prepara su clase e inicia una proyección, le cuento a Dante la bendita y genial idea de mi padre, él me mira divertido y en una parte de la historia se ríe

-¿En serio hizo eso? Y ese chico debe ser en serio un retrasado, mira que tratarte así... me alegra que lo abofetearas se lo merece, eso y más... aunque, la cosa aquí, es por qué nuestro honorable general, decidió de la nada contratar un chófer y uno tan impertinente

-No lo sé... supongo que cree que pasó mucho tiempo con...

-Neithan - termina él 

-Sí 

-Tal vez no quiera que te sigan viendo con él y prefiere contratar a alguien que odies para así no levantar rumores ni nada

-Tal vez... pero prefiero mil veces que contratará a un anciano o uno gordito

AtrapadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora