CAPÍTULO 15

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Sus rostros se desmoralizaban completamente al ver el vasto territorio desértico que se encontraba delante de ellos, y aunque no habían salido aún a éste, el calor que sentían ya era abrumador.

- Deberíamos llenar los bultos que encontró Neit con la mayor cantidad de comida que se pueda. (Dice Fía con voz dulce)

- Sí, tienes razón. (Dice Dilan mientras le acaricia suavemente la cabeza)

Tras este corto intercambio de palabras los cuatro hacen lo ya mencionado, y una vez terminado empiezan a caminar hacía el desierto.

El sonido de la puerta desbloqueandoce hace eco en la habitación, haciendo que las dos personas dentro de esta volvieran a ver.

- Me mandó a llamar Doc?

- Oooh Ridick me alegra que estés aquí.

- Me necesitas para algo Doc?

- La verdad es que si, el proceso ya está llegando a las etapas finales y por lo tanto tengo un trabajo para ti, Mía entregale a Ridick su trabajo.

Mía camina lenta pero firmemente hacia un escritorio lleno de papeles ubicado en una esquina de la habitación, toma un folder color blanco, camina en la dirección en la que se encuentra Ridick y le entrega el folder.

Ridick abre el folder y empieza a leer detenidamente su contenido. Luego de unos minutos termina de leer, cierra el folder y coloca su mirada fijamente en el hombre mayor sentado en la silla de ruedas, su boca se encuentra cerrada, sus ojos ligeramente cerrados y sus cejas se encuentran fruncidas, no se necesita pensar mucho para deducir que se encontraba molesto.

- Pasa algo Ridick? (dice Mía con un tono un poco molesta)

Al escuchar esto el hombre se gira y mira fijamente a Ridick, y tras unos segundos de silencio este contesta.

- La verdad es que sí.

- Tienes algún problema con el trabajo que te estoy dando? (Le pregunta mientras lo mira fijamente)

- Como ya dije la verdad es que si, no lo pienso hacer, no estoy para nada de acuerdo con lo que me estás diciendo que haga.

- Ridick!

El levantar la voz hace que su salud se degrade un poco provocando que empezara a toser de manera brusca.

Mía rápidamente corre hacia el botiquín más cercano y se trae consigo una mascarilla y un tanque de oxígeno, colocandolo de manera rápida y efectiva. En su rostro se podía ver como la ira tomaba lugar, sus finos y dulces aspectos faciales habían desaparecido, y en su lugar había un rostro completamente amenazante.

- Como te atreves a contestarle con un “no” a la persona que te dio una vida!

- Pero es que no…

- Cállate!, Si no quieres que yo misma te mate en este momento con mis propias manos será mejor que te calles, en ningún momento se te está preguntando tu opinión, sabes muy bien que lo que diga el profesor es ley y sabes muy bien lo que pasa cuando se desobedece, no creo que tu quieras terminar como tú patética familia o si?.

La precisión de esas palabras lo abrumaron por completo, la gran y poderosa presencia que irradiaba normalmente había desaparecido, pero en su rostro apareció la ira, tanto por lo que le estaban diciendo que hiciera como por los recuerdos que se le vinieron a la mente.

El ambiente era muy tenso y el enojo se lograba ver en ambos rostros, pero tras unos segundos de silencio Ridick da media vuelta y se empieza a ir.

-A dónde crees que vas Ridick?

- A diferencia de ti, yo tengo un trabajo que hacer.

Su rostro comienza a relajarse y sus delicadas acciones faciales volvieron a ser hermosas nuevamente, la tensión en el ambiente desapareció cuando Ridick se fue de la habitación.

CAMINO SIN RUMBODonde viven las historias. Descúbrelo ahora