3: No es una semana, son siete años.

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Llegué a mi casa y lo primero que hice fue tirarme en la cama, a seguir llorando. Ya no era sólo Natsu, era todo. Después de lo que le hice a Lisanna, no creo que Mirajane ni Elfman me vuelvan a hablar jamás. ¿Y cómo habrán reaccionado los demás? ¿Creerán que soy un histérica que pegué a una amiga por amor? Quizás sí, y no me importaba, porque así era.

Sin exagerar, pasaron un par de horas. Harta de estar llorando, me levanté y me lavé la cara. Cogí una chaqueta y bajo la fría noche, fui hasta el gremio. Ah estas horas ya no habría apenas nadie por allí, ya todos estaban durmiendo o en misiones nocturnas.

Entré y me dirigí directamente al tablón. Nada, no había nada que me interesase.
Caminé por los oscuros pasillos del gremio hasta llegar al despacho de Makarov. Después de tocar, entré.

-Buenas noches maestro. -dije con la cabeza agachada. No me extrañaría que se hubiese enterado del accidente de hoy.

-Hola, Lucy. -dijo girando su silla. Tenía un rostro serio.

-Me gustaría ir a una misión.

-En el tablón podrás encontrárlas. -me dijo, mientras ojeaba unos papeles.

-No quiero esas misiones, quiero una misión de rango S, y cuanto más larga, mejor. -le dije seria. Él, algo sorprendido, alzó la vista.

-No puedo darte ése tipo de misión Lucy, no eres una maga de clase S.

-Lo sé, y entiendo, pero por favor, haga una excepción. Necesito hacerlo.

-¿Natsu irá contigo? -preguntó.

Vaya, después de todo, parece que no se enteró de lo que había pasado hace pocas horas.

-Iré sola. Desde ahora, no creo que vuelva a hacer alguna misión con Natsu.

-Vaya... Entiendo... -musitó.

Se levantó y salió del despacho.

-Acompáñame. -dijo ya fuera.

*

Al llegar a la segunda planta del gremio, otro tablón se encontraba allí. Todas las recompensas eran el triple, como mínimo, que las normales.

-Estas son las misiones que realizan los magos de clase S, -dijo señalándolas. -Elige una.

Empecé a mirar, y la mayoría pedían asesinar a algún tipo de mago extrafuerte. Aunque entre todas esas, pude distinguir una, un tanto especial.

''Se requiere un mago sin cargas familiares para realizar un largo entrenamiento en el reino de Pergrande. Permanecerá allí durante 7 años.''

-¿Qué quiere decir ésta? -pregunté señalándola. -¿Pagan por entrenar?

-Mmm... Lo que quieren enseñar en ésta misión es algún tipo de magia prohibida, magia que pocos quieren aprender. Por eso mismo pagan, para que alguien se atreva. Además necesitan a un mago capaz de eso.

-Me quedo con esta. -dije sin pensarlo dos veces.

-Lucy, ¿estás segura? No es una semana, son siete años. Quizás cuando vuelvas todo habrá cambiado.

-Éso es lo que quiero, que las cosas cambien Maestro.

-Entonces, respetaré tu desición. Avisaré desde ya a un barco del puerto, mañana partirás hacia Pergrande.

Asentí y después de éso, regresé a mi casa para hacer el equipaje.

Supuse que no necesitaría mucho, por eso mismo, cogí una mochila, la llené de mudas de ropa, todo el dinero que tenía, y guardé mi cuaderno, acompañado de un bolígrafo.

Aunque, antes de cerrarla, arranqué una hoja de la libreta, y dejé una nota sobre el escritorio.

''No sé quién leerá esta nota, de hecho, no se si alguien lo hará, pero cuando lo hagan, yo estaré ya lejos de aquí. No quiero que nadie me busque, porque no volveré, no hasta dentro de 7 años. Por eso, antes de dejar Magnolia, quiero decir que os quiero, a todos los que estuvisteis a mi lado en todo momento, y jamás jugasteis con mi amistad. Gray, Juvia, Levy, Wendy, Gajeel, Cana, Makarov, Erza... os quiero. Hasta pronto. ♥''

Lucy Heartfilia.

Dejé las cosas sobre la mesa, y me acosté en la cama, intentando descansar algo, antes del comienzo de una gran aventura.

¿Sabes, Natsu? Te amo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora