Capítulo 32: ¿Segunda cita? y sueño...

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-¡Casi morimos!

-Eres taaaaaan exagerada.-bufó con exasperación.

En camino a casa, se hicieron presentes mis dramáticos gritos. Walter se irritaba y eso me hacía sentir mejor. Un poco de diversión era lo que necesitaba, para despejar mi mente de mi miedo a las alturas.

-¡¿Exagerada yo?!-Exclamo y trato de calmarme.- Sí, puede ser.

Mi bipolaridad lo toma por sorpresa. Me mira fijo para descifrar en lo que pienso, pero eso no es posible.

-Kaily, me asustas.- dice siguiendo con su caminata.

Al llegar a casa, un olor a galletitas inunda nuestras fosas nasales. Respiro el aroma y suelto el aire en un suspiro. Entramos en la cocina, en donde se encuentra mamá, los gemelos y Abraham.

Me encaminó al lado de mi novio y esté me sonríe. Me siento a su lado y estampa sus labios con los míos en un beso, mientras mamá saca las galletitas recién horneadas y sirviendolo en un plato.
Apenas las coloca en la mesa, los gemelos pelean por quién agarra una primero.

-Oh, no los había visto.-dice mamá sacando sus guantes de cocina.- ¿Cómo les fue el salto en Bongie?

Miró a Walter, quien sonríe con una galletita en la boca. De sólo recordar como caiamos desde una altura demasiado alta, mi estómago se revolvía.

-Estuvo genial, más la parte en la que Kaily casi vomita.-declaró mi estúpido amigo.

Lo fulmino con la mirada. Es increíble que casi hago algo tan vergonzoso adelante de un chico.

-Cállate, nunca quise ir en primer lugar.- confieso en general. Siento como Abraham se inclina en su silla y me mira confundido.

Y es ahí donde me doy cuenta de mi error. Prácticamente, le había suplicado en ir con Walter a mi pesadilla (estoy exagerando). Él no tenía idea de mi miedo a las alturas y pretendía que no lo supiera.

-¿No querías ir? ¿Por qué fuiste?- preguntó en un tono serio, nada propio del Abraham que conozco.

¿Qué se supone que le tengo que decir? ¿Qué fui por qué soy demasiado orgullosa para mostrarme débil? Es creíble pero eso lo enfadaria más o no.

-Fui porque...-pensé mejor en mi respuesta- una amiga fue y la quería ver.

Eso sonó poco creíble.

Una risa abandona los labios de Walter y ambos lo miramos desconcertados. Abraham más bien, lo miraba como si lo quisiera matar ahora mismo. Los gemelos salen corriendo de la cocina con el plato que mamá acababa de servir. Mamá parece desaparecer de la cocina por la incómoda situación que se formó.

-Tranquilo amigo, no toque a tu chica ni nada parecido. Pero entérate que le asustan las alturas.-me señala antes de abandonar por completo la cocina.

Dejándonos los dos solos en un silencio profundo. Miró a Abraham, me mira de una forma rara que no puedo explicar. Una mueca aparece en cortos segundos pero desaparece.

-¿En qué piensas?-me atrevo a preguntar con un hilo de voz.

Su mano derecha se acerca a mi rostro, hasta terminar en un mechón de mi corto cabello, lo coloca tras mi oreja. Su mano se aparta.

-En que no tenía idea de eso y probablemente no tenga idea de muchas más cosas sobre ti.

Una sonrisa triste curva sus labios. Verlo triste me hacía mal, él siempre llevaba esa característica sonrisa carismática y alegre.

-Entonces... tengamos una segunda cita.- sugiero con una sonrisa para animarlo.

Está vez sonríe y eso hace que yo también lo haga más.

-¿Estas invitandome a salir?- alza una ceja con diversión.

¿Desde cuando hago estás cosas? Dios... esto de tener novio me está afectando. Pero no cambiaría mis sentimientos o arrepentirme de tratar ser romántica. Después de todo, todos pueden cambiar, aunque en el pasado hallan dicho lo contrario.

-Sí Mateo, te estoy invitando a salir. ¿Aceptas?- suelto lo que nunca creí decir alguna vez.

-Claro, Lobita.

[...]

Un lugar oscuro y sombrío, con muchas cosas extrañas, una luz se presenta. La cortina roja del lugar donde leen el futuro, se hace presente en mi campo de visión.
¿Qué hago aquí?
Me acerco a pasos lentos e inseguros hasta la cortina. No hay ruidos, ni presencias. Hasta ahora.

Corro la tela roja de terciopelo, asomó la cabeza. Todo está igual que siempre, sin cambios de lugar de alguna cosa o mueble.
Se hace ver a la bruja en dónde particularmente la había visto la última vez. Sentada en la silla, frente a la mesa. Su expresión es neutra.

-Nos volvemos a ver, niña.-dice dirigiendo su mirada a mí.

-Supongo... Espera, ¿Acabas de llamarme niña?- la miró indignada y algo confundida.

Me acerco y me siento en la respectiva silla, que debería ser mía.

-Eso no importa.-toma mis manos entre las suyas- Valla...

-¿Qué?

Sus ojos que estaban cerrados, se abren y me penetra la mirada. Un pozo profundo se forman en sus pupilas y me estudia todo el rostro.

-Alguien se quiere interponer en tu relación.-dice retirando sus manos de las mías. La miró confundida y sorprendida a la vez.

-¿Quién?- pregunto.

-Tu amigo Walter.

Mis ojos se abren y dejan ver el techo de mi habitación. Fue un sueño. Otro sueño de una predicción. Eso quiere decir que es verdad.

Walter...

-¿Una pesadilla?- una voz masculina se hace presente. Me sobresalto en mi lugar con el corazón latiendo muy rápido.

-¿Qué haces aquí Walter?

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Viernes de capítulo 🎉

Macareno les dedica una canción de celebración😜:

🙈🙉🙊

SHIRLEY❤

La Predicción. ||Abraham Mateo||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora