2. ¿Estás Ebrio?

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-Tranquilo viejo. No sabía que ella estaba reservada. Igual, sólo somos amigos.

-Qué amigos ni que coña. Ella no puede tener amigos. Hannah te amo, casate conmigo-se levantó, se arrodilló y se puso en esa posición que se ponen para pedir matrimonio.

-NO. ¡Entiende de una maldita vez!, no soy tuya ni de nadie.

-¡Auch!, lo siento campeón-le dijo West a Jase.

-Bueno, ¿qué tal si vamos a comer? -le pregunté a West-, ya son las 12pm, es mi descanso, por desgracia, sólo de 1hora.

-Para mí es bastante-dijo Hudgens.

-Pues para mí es muy poco.

-Bueno, vayamos a comer-tomó mi mano-. Te invito algo.

-No, yo te invito algo.

-Pues......quién compre primero-corrió hasta donde una mesera y le pidió comida.

-Gané-dijo entregando el dinero a la mesera.

-Tonto-hice un puchero. Nos sentamos en la mesa 6 y........

-Aún sigo aquí, ¿recuerdan?-dijo Jase.

-Perdón-me disculpé-, siéntate.

-Ó sea quieres estar conmigo-apartó a West y se sentó junto a mí-. Sabía que te gusto.

-Ugh-puse los ojos en blanco.

-Aquí está su comida-dijo una de las meseras.

-Oye.........nunca mencionaste tu apellido-dijo Jase.

-Ah, es que no tengo apellido, talvez alguna vez lo tuve, pero no lo sé, soy adoptada y.......bueno, no soy precisamente parte de esa familia, ni quieren mencionarme.

-¿Quién te adoptó? -preguntó West.

-La Sra. Collins, Lucy Collins, la dueña de este restaurante.

-Pobrecita-dijo Jase.

-¿Por?

-Es la Sra. Collins, la bruja del país.

-Ó sea vives con.......Derek Knight-dijo West-, el prometido de Katherine.

-Sí, parece odioso.

-Y lo es-siguió Jase.

-Pero, ¿por qué se comprometió con Katherine?

-Por dinero-dijo West-, Katherine y la Sra. Collins necesitan dinero, están en la quiebra y por eso está con Derek.

-¿Y Derek por qué aceptó?-pregunté.

-Su padre aceptó-contestó Jase.

-Ah.

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Era medianoche, West y Jase se habían quedado conmigo, me estaban ayudando.

-¿Te llevo a casa?-preguntó West.

-No, yo la llevaré a casa-dijo Jase.

-Tranquilos, puedo ir en mi skate.

-Pero es muy tarde y debes estar cansada-dijo West.

-Y tú igual, debes ir a la Universidad mañana.

-Anda, por favor, no tengo ningún problema en llevarte-suplicó West.

-Bien-me rendí-, adiós Jase.

-Adiós.

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No Soy Tu Cenicienta  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora