Carta a mí misma.

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Hola, ¿qué tal, amig@(s)? Aquí Carmen F. de nuevo, saltándose a piola su sección, escribiendo sobre lo que le da la gana y sintiéndose bien por ello (y porque me dejan las demás)😂. Bueno, espero que os guste esta entrada, y espero releerla muchas veces, cuando esté de bajón, y cuando sea vieja.

•Querida yo del futuro:
Me gustaría saber si todo el esfuerzo que hago está sirviendo de algo. Quisiera conocer si seré feliz, e incluso si vivo. ¿Está sirviendo de algo? Quiero saber si conseguí llegar a ser todo lo que quiero ahora, siendo una adolescente indecisa y quizá algo caprichosa. ¿Es como lo imagino ahora, como tú misma lo imaginabas? Si no lo es, quiero que me digas si me arrepiento de algo que no hiciera. Si me lo dices, lo haré sin más y no me arrepentiré nunca por no haberlo hecho. Puede que me arrepienta por hacerlo, pero, ¿qué pierdo? ¿Sigo sintiéndome insegura? ¿Sigo teniendo miedo escénico? 

Te estoy acribillando a preguntas, pero supongo que es normal, querida yo del futuro. No me quiero arrepentir por no hacer todo lo posible por cumplir mi sueño. Si tengo que empeñarme más, lo haré. Si tengo que dormir poco, no me importa. Si tengo que estudiar como un animal hasta que se me cierren los ojos inyectados en sangre, no pasa nada. Hay cosas peores. Querida yo, ¿es el mundo adulto tan malo como parece, o es glamuroso como creemos de pequeños que es? Si es tan frío y calculador... ¿Conseguí estudiar en Polonia? Oh, tierra que vio nacer a Chopin, pero que por desgracia no lo vio morir. Y sigo viviendo en España, ¿no?

Qué ingenua soy. Pero supongo que no te quiero hablar de mí, porque, a fin de cuentas tú eres yo. Recuerda que a mi edad fue cuando te empezaste a sentir bien contigo misma, cuando sentiste que encajabas en algún sitio, y que, aunque fueses una pianista rarita, al menos la gente te apreciaba. Recuerda que no te dejaste hundir a pesar de las críticas de los demás, que seguiste a tu bola, y que fue lo mejor que decidiste hacer. Acuérdate de las tardes de lectura ávida, que espero sigan existiendo. Recuerda esos días en los que te sentiste infinita al llegar del conservatorio, sabiendo que era lo tuyo. Espero que sigas sintiéndote infinita. Recuerda los días con tus amigas haciendo el tonto (espero que sigas con ellas, las quiero demasiado). Recuerda los planes de universidad, las tardes de risas en el conservatorio. Que no se te olviden los agobios, las lesiones y las cosas malas, de ellas se aprenden.

Recuerda esas noches llorando cuando a tu madre casi la dejan sin trabajo, llorando a solas para parecer fuerte delante suya, cuando en realidad te rompías por dentro al verla llorar a ella. Recuerda todo esto. Acuérdate del mes sin tocar ningún instrumento por el dedo roto, y de la epicondilitis que te causó abusar del estudio pianístico. Recuerda esas sesiones de fisio de las que salías como nueva. Espero que sigas haciendo eso de imaginarte que hay un cielo estrellado en el techo de la habitación, y que sigas teniendo la puerta de la misma empapelada con fotos de Harry Potter. Recuerda tus miedos, y dime si los venciste. Recuerda lo que te dijo Narciso, animándote a ser músico profesional. Recuerda cuando te pitaba el clarinete y decías como excusa que la caña estaba muy dura (aunque fuese mentira). Recuerda lo bueno que te ha dado siempre la música.

Acuérdate de las tardes cantando en el coro y disfrutando de lo lindo. Y acuérdate de que la música te dio muchas cosas malas, pero, que si seguiste, te dio el quíntuple de cosas buenas y excelentes. Y ya paro. Sólo quería volver a hacerte sonreír. Sigue sin rendirte ante el rencor y las envidias, y no sucumbas ante nadie. Ten en cuenta que la ambición es buena. No seas demasiado bondadosa, porque si no harán de ti una desgraciada. Aprendiste muy pequeña que había que ser fuerte ante los obstáculos que pone la vida, y espero que lo sigas sabiendo.
Tu mini-tú, que te quiere (hay que tener amor propio).

Carmen.

¿Y vosotros? ¿Qué le diríais vosotros a vuestro yo del futuro? ¿Qué cosas le recordaríais? ¡Espero que os haya gustado!

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