Parte 1

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Jennifer estaba feliz. Volver a Vancouver, volver a ver todos sus compañeros de Once Upon a Time, y volver a grabar la serie que tanto amaba eran hechos que la hacían feliz. Vancouver era como su segunda casa y sus compañeros su segunda familia. La serie estaba recibiendo una hermosa respuesta de los fans, incluso se había formado un club de fans dedicado a ella llamados "uglyducklings" y eso la hacia sentir la hacía sentir realizada porque había personas que la reconocían y admiraban por su trabajo.

El primer día que se reunían en el set para comenzar la lectura de los libretos de los primeros capítulos, Jennifer se quedo dormida. Tuvo que salir prácticamente corriendo de su departamento para no llegar tarde. Ni siquiera tuvo tiempo de parar en starbucks a comprar café, algo que acostumbraba y amaba hacer.

Al final no haber parado por su café no le sirvió de nada, porque cuando llego a la sala de reuniones no había nadie. Ya que todavía no había nadie, fue al hall común a sacar un café de la maquina. Puso el billete y eligió el café más grande que ofrecía la maquina. Pero la maquina se trabó, y lo único que hizo fue largar sonidos extraños. Jennifer intentó darle un par de golpes y patadas, pero nada la hizo funcionar. Frustrada de que iba a tener que soportar toda su mañana sin un café, se dio vuelta dispuesta a volver a las sala de reuniones, pero al hacerlo chocó con alguien.

Definitivamente iba a caer al piso y no había nada más vergonzante que eso, pero los brazos de ese alguien la sostuvieron. Ese alguien era un hombre, el hombre más hermoso que Jennifer había visto en su vida. Quizás estaba exagerando, efecto de estar afrontado el comienzo del día sin café. Pero mirando el cabello oscuro todo desordenado que él tenía, sus ojos azules tan brillantes que parecían de mentira, y los músculos de sus brazos; se dio cuenta que no estaba exagerando.

- Lo siento. – Se disculpó ella, saliendo del agarre de él para volver a sostenerse por si misma.

- No hay problema Emma Swan. – Comentó él con una sonrisa.

- De hecho soy Jennifer Morrison. – Aclaró ella, dedicándole una mirada curiosa.

- Lo sé. – Asistió él, sus mejillas poniéndose un poco coloradas por un instante. – Es que miro la serie y me encanta tu personaje, o mejor dicho me encanta lo que estás haciendo con el personaje. – Dijo algo nervioso.

- Gracias. – Agradeció ella con sinceridad, siempre se sentía bien cuando las personas apreciaban su trabajo. – Y gracias por no dejarme caer. – Agregó con algo de humor ante su torpeza.

- De nada. – Contestó él. - ¿No pudiste sacar café? – Preguntó observando la maquina y luego a ella.

- No, no funciona. – Respondió ella, suspirando frustrada al recordar su falta de café.

- Ten el mío. – Dijo él entregándole el café grande de Starbucks que llevaba con él.

- No, gracias pero no puedo aceptarlo, yo no... - Comenzó a protestar ella, sorprendida ante el gesto de él.

- No te preocupes, yo ya tomé café antes de salir de casa. Sólo compré este porque mi amigo insistió en que compráramos café antes de llegar. – Explicó él con calma. – Seguramente lo necesitas más que yo. – Insistió para convencerla.

- Bien. – Aceptó ella agarrando el café. Era raro aceptar un gesto así de lindo de parte de un extraño, pero por alguna razón en vez de sentirse incómoda se sintió bien.

- ¡Jennifer! – La voz de Ginny desde lejos los interrumpió.

- Ve con tu amiga, nos vemos. – Dijo él.

- Gracias. – Agradeció ella con una pequeña sonrisa. – Adiós. – Saludó.

Jennifer fue a reencontrarse con su amiga. Se saludaron con un abrazo y juntas fueron a la sala de reuniones, donde también se reencontró con Adam, Josh, Jared y Lana. Jennifer bebió el café que el extraño le había dado y sonrió al notar que era exactamente como a ella le gustaba, negro con a penas un toque de crema. Miró el vaso y vio que el nombre del desconocido que le había regalado el café era Colin. Por un momento deseó volver a encontrarlo y poder conocerlo mejor. De a poco todos fueron llegaron. Beverley, Eddie, Emilie, Megan, Robert, y varios actores y actrices desconocidos que iban a ir apareciendo como nuevos personajes a lo largo de la temporada.

Y de repente ahí estaba él, Colin. Él era uno de los nuevos actores que iba a estar presente en la serie. Se sentó del lado frente a ella, a un par de asientos de distancia. En un momento sus miradas se encontraron y él le guiñó el ojo de manera cómplice. Jennifer bebió el último sorbo del café que él le había dado y sonrió. Ahora solo quedaba ver si sus personajes iban a compartir escenas juntos.


AN: A pedido de varias lectoras decidí escribir una historia de Colin y Jennifer. No sé que tan seguido vaya a poder actualizarla, ni que tan continuos vayan a ser los capítulos unos de otros (quizás solo sean one shots sueltos, todavía no lo decidí). ¡Que lo disfruten! Y recuerden que esto es simplemente ficción (mi respeto a Helen). 

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