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Parte 18

Colin tenía una sonrisa dibujada en su cara. Ver a su hijo jugar era una de las cosas que lo hacía sentir más feliz. Evan estaba jugando con su primo, ambos correteaban de un lado para otro entre risas. Colin amaba a su hijo y amaba verlo jugar con otros niños y niñas. Mientras miraba a los niños jugar recordó su infancia, recordó lo lindo que fue tener un hermano y crecer juntos. Su hermano Allen era una de las personas más importantes del mundo para él. Y ahí, en ese momento, se dio cuenta que quería lo mismo para su hijo. Quería que su hijo tenga el placer de tener un hermano o una hermana. 

Después de cenar junto con su hermano y su cuñada, se despidieron y se fueron a su casa. Helen acostó a Evan, mientras él preparó unos tragos para que puedan disfrutar juntos. Después de unos minutos, su mujer entró a la cocina y él le ofreció el trago que había preparado para ella. Mientras bebían en silencio, Colin sonrió pensando e imaginando como iba a ser la reacción de ella ante su idea.

- Quiero que tengamos otro hijo. - Dijo él de repente, sin poder aguantar más la ansiedad que le daba aquella situación.

- ¿Qué? - Preguntó ella sorprendida.

- Que quiero que tengamos otro hijo, me gustaría que Evan tenga un hermano o una hermana para que crezcan juntos. - Reafirmó él lo que quería. 

- No. - Dijo Helen bruscamente.

- ¿No? ¿Por qué no? - Cuestionó él sintiéndose confundido y desilusionado, ya que pensó que ella se iba a poner feliz y entusiasmar al escuchar la idea.

- ¡Porque nuestro matrimonio está corriendo peligro de romperse, y no puedo creer que en medio de eso se te ocurra agrandar nuestra familia! - Exclamó ella enojada.

- ¿Romperse? ¿De qué estás hablando? - Continuó cuestionando él, empezando a sentir un poco de pánico porque jamás había pensado que ellos puedan llegar a romperse, él creía que estaba todo bien entre ellos y se amaban.

- ¿Me estás engañando con Jennifer? - Preguntó ella seriamente, mirándolo a los ojos con una gran intensidad que expresaba dolor y bronca.  

- No, por supuesto que no. - Respondió Colin con sinceridad, shockeado ante aquella pregunta. - Jennifer y yo solamente somos amigos, ¿No confías en mi? - Pidió saber, dolido ante la idea de que su mujer pueda creer que él era capaz de engañarla.

- La verdad es que ya no se que creer. - Dijo ella disgustada. Dejó la copa en la mesada, y emprendió camino para irse. Lo mejor era que siguieran la conversación en otro momento, porque en ese estado de enojo podían llegar a decir cosas de las que iban a arrepentirse.

- ¿Puedo saber al menos de dónde sacaste esa ridícula idea? - Preguntó él, antes de que ella se fuera.

- Tus fans, deberías ver las redes sociales todo lo que tienen para decir de cómo tú me engañas. - Contestó ella y se fue.

Escuchar eso lo calmó un poco, aunque no le gustó para nada la pelea, ni la desconfianza de su esposa. Pero los fans solían inventar historias de él con Jennifer, él ya lo había visto, incluso ya había descubierto lo que significaba Colifer. Sacó su celular del bolsillo, entró a su twitter y empezó a ver los cientos de menciones que tenía. La mayoría de las menciones, sin embargo eran todos mensajes de odio hacia Jennifer donde la acusaban de rompe hogares y de ser rápida con los hombres. Los mensajes en contra de él, donde lo despreciaban por engañar a su mujer, realmente eran muy pocos en comparación. Eso lo puso triste, Jennifer no se merecía ese odio. No entendía porque los fans de los distintos ships en los que estaba Jennifer parecían siempre agarrársela en contra de ella. Las swan queen, las holin, las morrilla, las colifers... al parecer siempre culpaban a Jennifer de las cosas que sucedían. ¿Quizás por eso últimamente Jennifer había estado rara? Casi nunca le respondía los mensajes, y si lo hacía era de manera bastante cortante. Él había pensado que era porque estaba intentando disfrutar sus vacaciones y descontarse de todo, pero ahora que sabía de todo esto le daba para sospechar que su alejamiento venía por este lado. Él sabía que a ella le afectaban esos mensajes, aunque en general siempre se mantenía fuerte.