Las vacaciones fueron difíciles para Colin. A él siempre le había gustado volver a Irlanda, ver a sus amigos y a su familia, pero esa vez parecía distinto, esa vez se sentía vacío. Extrañaba Vancouver, o mejor dicho extrañaba a Jennifer. Ellos siempre se habían mantenido en contacto aún cuando estaban lejos, pero esa vez después de todo lo que había pasado entre ellos habían decidido que lo mejor era distanciarse por un tiempo. Ambos lo necesitaban. Colin sabía que había lastimado a Jennifer con todo, y casi se odiaba por eso. ¿Sería por eso que la extrañaba tanto? ¿Sería que el hecho de que fuera un imposible hacía que le atrajera? ¿Sería que estaba confundiendo los sentimientos de su personaje con los de él? No, Colin sabía que no era eso. Para Colin Jennifer era la mujer más maravillosa que había conocido en su vida, y finalmente se había dado cuenta que tenía sentimientos fuertes por ella. Pero la verdad es que no se había dado cuenta de lo que sentía por ella hasta que la besó, y ahora que llevaban dos meses sin hablarse podía confirmar que esos sentimientos eran muy cercanos a lo que la gente llama amor.
Pero Colin tenía una vida, y tenía que seguir con ella. Mientras estuvo en Irlanda intentó mantenerse siempre ocupado, pasar el tiempo con Evan, visitar a su familia y amigos. Dos semanas antes de regresar a Vancouver Helen cumplió los tres meses de embarazo, por lo que decidieron contarlo a la familia. Hicieron una cena en la casa de los padres de Colin. Todos los felicitaron y se pusieron feliz de que la familia se agrande. Y Colin realmente quería emocionarse, porque él quería a Helen y una vida siempre que tenía que ser motivo de felicidad, pero no podía dejar de evitar preguntarse qué habría pasado si su mujer no estaría embarazada, si él habría llegado a plantearle las dudas de sus sentimientos.
- Gracias por ayudarme cariño. - Agradeció Mary, su madre, al entrar a la cocina y encontrarlo lavando los platos.
- Siempre es un gusto ayudarte. - Dijo él y le dedicó una pequeña sonrisa
- ¿Estás bien? - Preguntó, mientras comenzaba a secar los platos que ya estaban limpios.
- Si. - Asistió él.
- ¿Seguro? - Insistió ella. - No te note muy animado hoy. - Comentó dando cuenta de que a su hijo le sucedía algo.
- Estoy feliz con el embarazo si es a lo que te refieres ma. - Dijo él, algo defensivo.
- ¿Pero? - Pidió saber ella, presintiendo que había algo más.
- Hace tiempo que no estamos muy bien con Helen, tenemos algunos desacuerdos y estamos distanciados. - Explicó él la situación. - Y con todo eso, no sé si este era el momento ideal para tener otro hijo. - Se animó a confesar uno de sus miedos.
- Ojalá este hijo sirva para volver a unirlos y conectar. - Deseó ella con esperanza.
- Ojalá. - Coincidió él.
Al regresar a Vancouver Colin se sintió feliz. Volver al set y volver a ver a sus compañeros de trabajo le hizo sentir que había regresado al lugar donde pertenecía. Sabía que era algo un poco ridículo de pensar porque la serie iba a acabar en algún momento, pero mientras la serie continuara el sentía que allí estaba su lugar. Ver a Jennifer otra vez fue emocionante, escuchar su voz y su risa... Ahora que estaban devuelta no la iba a extrañar tanto. Solo esperaba que en algún momento puedan retomar la fuerte amistad que tenían. Los primeros días terminaron de grabar el capítulo del mundo de los deseos, y como Colin sabía que Jennifer odiaba ese capítulo siempre que estuvieron juntos se encargó de hacer chistes para hacerla reír.
- ¿Qué hay de nuevo Morrison? ¿Cómo estuvieron las vacaciones? - Preguntó él
- Bien, pasando tiempo con la familia, los amigos, y trabajando un poco. - Respondió ella.

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BackStage
FanfictionDicen que las mejores historias de amor comienzan con una gran amistad.