Hold My Heart

Wait!

Emma

No podía acabar así. No después de todo lo que habíamos luchado.

Si Cora me quería, tendría que luchar. Pero si ella tenía el corazón de Regina...

-¿Y mamá?- La vocecita de Henry llamó mi atención.

-Eh...- Me arrodillé a su altura. -Cora tiene su corazón... Es probable que la obligue a hacer cosas malas mientras lo tenga con ella, pero voy a recuperarlo.-

-Eso dijo ella cuando te quitaron el corazón...- Suspiró. -Supongo que ahora te toca a ti salvarla a ella...-

-Puedo hacerlo, Henry...-

-Lo sé...pero estoy empezando a perder la fe en los finales felices...- Dijo cabizbajo. -Siempre van a haber villanos que se interpongan, y son todos iguales...incluso los héroes...-

-¿Lo dices por David y Mary Margaret?-

-Ya no sé diferenciar a los buenos de los malos... En los libros era todo más fácil, y yo me lo creí...Me lo creí tanto que llegué a pensar que mi madre no me quería...-

-Ey...- Le levanté la barbilla para que subiera la mirada. -Tu madre te quiere, lo sabes.-

-Claro que lo sé...Pero a lo mejor ella no sabe que yo la quiero...- Insistió. -Y si pasara algo...-

-Lo sabe.- No le dejé continuar. -Y no va a pasar nada, chico...Yo me encargaré de eso...-

Necesitaba magia para localizarlas. Magia que Gold podía proporcionarme.

*

Regina

Yo seguía sentada en el tronco cuando mi madre volvió. Ya era de día.

-Secate esas lágrimas.- Ordenó.

-No lo hagáis...- Cogí aire y limpié todo rastro de lágrimas. -Si aún os resta algo de aprecio hacia mi, madre...os lo suplico, no sigáis adelante con esto...-

-Comportate como una reina por una vez.- Frunció el ceño. -Deja de suplicarle a la gente, es muestra de debilidad.-

-Os lo ruego...-

-¡Ya basta!- Me dejó sin habla otra vez. -Llévame hasta ella.-

No me atrevía a parpadear, pues acumulaba demasiadas lágrimas y se escaparian todas. Bajé la mirada porque sabía que no podía controlarme y ambas nos envolvimos en una nube morada que nos transportó hasta la tienda de Gold.

-¿Qué hacemos en la tienda de Rumpelstiltskin?- Preguntó mi madre.

-¿Regina?- La inconfundible voz de la sheriff se clavó en mi espalda.

Yo me giré hacia ella y con mi magia la estampé contra la pared.

-¿Qué hace la Salvadora en la tienda del Ser Oscuro?- Rió mi madre.

-Alguna estupidez, seguro.- Sonreí. -Es lo único que sabe hacer.-

-Regina...- Se extrañó la rubia.

*

Emma

-¿Qué? ¿Acaso esperabas que corriera a tus brazos?- Rió la alcaldesa.

Cora tenía una mano metida bajo el abrigo, como si sujetara algo.

-No eres tu quien habla...- Dije en voz alta. -Ella tiene tu corazón...-

-La verdad, me decepcionas.- Aseguró Regina. -Pensé que a estas alturas ya habrías huido, como siempre haces.-

-No huiré de ti.-