De fin a inicio

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Y es que por ti haría lo que fuera, por el hecho de tenerte para mí bailaría alrededor de una fogata con el símbolo de Satanás. Pero tú y yo sabemos que no existes y que eso es lo único que me ata a la cordura. Tan perfecto que serías ... Si tan sólo pudiera con mis dedos recorrer tu cuerpo sentir tu piel templada, blanca y suave, introducir mis dedos en tu cabello marrón un poco despeinado por lo largo que ya está. Que tus ojos marrón obscuro me miren con exitación, enojo, deseo, locura, amor, pasión, tristeza, desesperación.
Apuesto a que tenerte frente a mí haría que pulsera una cara de boba y tú sonreirías de una manera divertida burlona y sensual mostrando tus perfectos blancos dientes. Soltarias un suspiro que llegaría detenerse en mi cara y yo pudiera suspirar ese aroma exquisito. Bajaría la mirada admirando tu cuerpo muy bien trabajado sin exageración.
Estoy maldita, soy una maldita, una maldita loca, loca pero que no le teme a nada.

(...)

Sin ganas bajé del camión y detrás de mí otros estudiantes más, ir a la prepa no me emocionaba en lo absoluto pues no me gusta ni me interesa pero mis padres esperan lo mejor de mí y a decir verdad antes las vacaciones eran lo mejor para mí pero éstas no lo fueron y mucho menos cuando me diagnosticaron trastorno depresivo mayor ahora tenía pensado el poder solucionar eso y distraerme. Ya llegaba 3 minutos tarde. Cuando entré al salón el maestro aún no llegaba Mateo Collins alza la mano y me hace señas para que me siente a su lado.
- Hola ¿qué tal pequeña?- su vos se nota más ronca.
- Hola hmmm todo bien ¿Qué hay de ti?. - hace una mueca algo graciosa.
-¿ hmmmm? Dime porque no confío en tu "todo bien".
Siempre tiene que saber cuando algo esta mal por algo se hace llamar mi mejor amigo, tal vez seria bueno hablar con alguien de mi problema... Estaba a punto de abrir la boca para contar todo lo que había pasado esas vacaciones pero el maestro Ramiro entro a clase y llamo la atención pidiendo silencio y orden.
Minutos después de que Mateo sólo me viera con curiosidad y yo solo podía responderle con bonitas sonrisas el maestro puso una actividad. Esta clase era de ingles y aunque era buena hablándolo, por alguna razón cuando Ramiro entraba hablándolo todo mi conocimiento se iba y no entendía absolutamente nada.
-Tenemos que escribir para que sirven estos materiales.- me explico Mat.- Aquí.- dijo señalando unas líneas al lado de unas imágenes. Supongo que hizo eso al ver mi cara de tonta a lo cual me ofendí.
-¿Y tu que vas a poner?.-pregunte asomandome a su libro, él solo lo abrió mas y giro hacia mi para que pudiera copiar, lo hice de pura maldad.
-Debería ser tu asesor.- soltó.
-Si, pero no tengo dinero.- alzó una ceja.
-Yo no te iba a pedir dinero Carver.- abrí los ojos en forma de sorpresa.
-¿Entonces que querías a cambio Collins?.- él sonrió de lado.
-Nada, el que pudieras sacar buenas notas.- reí.

(...)

Las horas anteriores no habían sido gran cosa, Mat había platicado de sus vacaciones y yo solo me había limitado a reír y escuchar de sus travesuras. Ya era la ultima clase y tocaba Ética.
Estábamos comprando dulces en la cooperativa habíamos puesto $5 cada uno para comprar 20 bolitas de picafresa, eran nuestras favoritas.
-Muy bien... Extiende tus manitas.- las extendi.
Me dio 5 bolitas.
-Listo, todas tuyas.- lo mire sería.
-Dame las bolas.- él se rio y me dio los otros 5 dulces que faltaban.
-Gracias.- dije entusiasmada.
Caminando directo al salón nos encontramos con Alexander Miller, se detuvo en cuanto vio a Mat.
-¿Que hay viejo?.- Hicieron su saludo con un chocalas para que luego Alex me mirara...
-Hola Alex.- dije sin saber si era buena idea. Alex y yo eramos buenos amigos hasta que conocí a Mat que se hizo mi mejor amigo, y no tenia la culpa, él me entendía en todo y siempre estaba para mi además de ayudarme a solucionar cualquier problema que se me presentara, cuando lo ví por primera vez me dio ternura sus ojos grises y su alocado cabello castaño, tenía una bonita nariz y usaba brackets. Después de conocerlo y hacernos mejores amigos, Alex y yo habíamos intentado ser algo mas que solo amigos pero no funcionó... Es muy celoso y al verme todos los días muy apegada a Mat creyó que lo engañaba,  así que fue con una tal Sofía Vander y en una fiesta se dieron unos cuantos besos además de perder su virginidad ahí. Él seguía mirándome con esos ojos de color miel profundo. -Hola Grace...- volvió su mirada a Mat. - me tengo que ir viejo, nos vemos. -Se fue.
Solté un suspiro.
- Solo dime de cuando acá ustedes se llevan tan bien.
-Fueron las vacaciones, te conté sobre el viaje a teocelo y las cabañas,  pues de pura casualidad él se hospedaba ahí.- lo decia como algo bueno, yo probablemente me hubiera vuelto loca, tener a Alex a mi alrededor era como tener una rata, y no porque estuviera feo, si no que me ponia muy nerviosa.
-Tranquila Grace, él ya no siente nada por ti. - puse los ojos en blanco.
-Vaya Collins tienes la habilidad de hacerme sentir mejor.
-Lo dije en el buen sentido Grace...
Llegamos al salón y comenzamos a comer los dulces, entro la maestra Concepción. Esta clase nos tocaba con Alex, Sofía y Aranza mi mejor amiga.
-Abrete Mat .- él revoleo los ojos para luego correrse un asiento y que Aranza se sentara en medio de nosotros.
-Ahora si no tienes escapatoria Carver, ¿por que no me hablaste todas las vacaciones?  Ni siquiera atendiste mis llamadas.- Tome un suspiro ondo.
-Deja de asfixiarla Aranza. - se quejo Mat, y di gracias por ello.
-Aun no me contestas Grace...- dijo ignorando al comentario de Mat y mirándome sería y molesta, con las piernas y brazos cruzados, moviendo un pie, y sus gruesas cejas estaban un poco alzadas.
-Aranza... Tal vez si le hubieras hablado con un 'Hola amiga que tal tus vacaci...
-Callate Mateo Collins .- lo interrumpió Aranza, y seguia mirandome con los ojos muy abiertos, pero luego se volvio hacia Mat. - Me dices todo esto por que a ti ya te contó ¿ no es así?, osea yo tu amiga, Grace, tu amiga de ¡AÑOS! Y este nerd de hace meses ... No Grace eso duele ¿pero sabes que...?
-Ara, calmate .- dije por que con tanta agresividad y discusión entre ella y Mat no me había dado ni tres segundos para responder algo.
-No, ya olvídalo. - me dijo más molesta.
-Podras ser de más años pero no sabes. - Maldito Mateo que demonios piensa para armar otra discusión entre ellos... Si ya se que se odian en verdad solo se soportaban por mi.
-¡Silencio señor Collins!, ¿Señorita Wigley hay algo que quiera compartir con la clase?.-
Joder no me habia percatado de que la maestra habia estado intentando callarnos.
Mat suspiro,  yo solo miraba a Aranza con ganas de ahorcarla. Pero al menos asi logró callarse.
-Si eso creí... -dijo Concepción cuando Aranza no respondió.- Carver hasta atrás, Collins al frente, Wigley a detención.
Joder nos jodimos, y todo por su maldita curiosidad. Tome mis cosas y me fui directo hasta la ultima fila. Alex estaba enfrente de mi. Ohhh la vida me odia. Me sente, puse la mochila sobre mis piernas y subi mis pies a la parte baja de la banca... Esa donde pones los libros. Alex se dio cuenta y jalo su banca hacia delante, haciendo que mis pies dieran un azoton. Me volteo a ver con su estupido gesto burlón. Estaba rodeada de cinco chicos, cuatro de ellos se rieron bajito.
-Estúpido.- comenté.
Alex en seguida se volteo y me miro fijamente,  senti un agujero en el estomago y mi corazón de acelero, tuve miedo, Alex era calificado por sus super celos y su manera de perder el control agresivamente.
-¡Maestra! Carver solo esta jodiendo aca atrás.
Me sorprendí cuando escuche aquello pues no provenía de los labios de Miller, ni de los otros cuatro chicos que se habian burlado antes si no de otro chico, del serio de la clase que solo hablaba con una chica que tampoco era sociable. Tenia su cabello blanco con ojos azules y tez clara casi beige.
Me voltee para verlo con la mirada de asesina mas fuerte que tenía.
-¿Pero que demon...?. - la maestra me hizo señas hacia la puerta. Vaya dioses... Este día es unico y malo.
Me pare y camine a la puerta pero antes le di una última mirada asesina desde el fondo de mi corazón a ese tonto. Subi un piso y recorri el pasillo, no había nadie, imaginaba que me encontraria con Aranza ahi y de nuevo sus agresivas preguntas me atormentarian.  Entre y habian al rededor de diez personas entre ellas se asomaba la cabellera cafe oscuro de Aranza.
-Bienvenida. - me dijo,  apenas me sente a su lado.
-Bien... Aqui voy... Me deprimi.- se quedo sería mirándome como si hubiese sido el mayor chiste sin gracia que le hubiesen contado.
-Y la depresión se hizo humana y te escondió el teléfono pero primero te encerró en tu cuarto.-ese si era el mayor chiste sin gracia que había escuchado. Puse mala cara .
-Ummm ...- fue lo único que pude contestar.
-Ok ya lo siento, ¿Se puede saber por que tu depresión?.- ahora quería saber, ahora no le quería decir.
-No quiero hablar de eso.
-Bien, ya sera en otro momento.
Seguíamos cumpliendo la detención.

(...)

Saliendo del aula me tope con Mat, me daba mucha alegría verlo ahí parado recargado en la pared con sus brazos cruzados y sus ojos cerrados. Se me ocurrió acercarme silenciosamente y darle un beso en su mejilla, joder es que se veia tan antojable de esa manera. Me acerque poco a poco y note que su respiración se aceleraba mientras hacia un raro gesto, me acerque mas y ya estaba a solo un paso para llegar a él cuando su cabeza se inclino hacia adelante.
-¡Achuuu!.- sentí un golpe horrible y me hizo balancear hasta caer de espaldas.
-¡¿Pero que demonios?!, oh Carver lo siento lo siento tanto, quien te manda a ponerte delante de mi.- me decía mientras me levantaba.
Me tomó por la cintura, me lleve la mano a la cabeza, sentí húmedo y levante la cabeza para mirar el techo, tal vez una gotera.
Mire a Mat y no pude evitar reír con fuerza tenía un tremendo chichón.
-Dioses lo tienes del tamaño de una bola de golf.
-¡No inventes!.- su grito me desconcertó.
-¡¿Que?!.- me hizo gritar a mi también
-Nada tranquila... Ven vamos.- me metió al baño de hombres.
Me llevo hasta el lavabo y abrió la llave haciendo que el agua cayera en sus manos. Hizo una cuna con estas y junto agua.
-Ven.- me acerque.-Agachate.- no entendía, me le quede viendo con cara de duda. Levante la vista al espejo y entonces vi que de mi cabeza escurrían gotitas de sangre, me asuste y lo voltee a ver. Me sonrio de una manera tranquila, así que pensé que eso era lo mejor solo calmarme, me agache y deje que me limpiara.
Término y me examine frente al espejo, solo había una pequeña abertura como de 1 cm pero si algo ancha.
-Tranquila, nada que no se pueda solucionar.- reí un poco, a decir verdad ahora quería llorar por que tenia miedo a la agujas pero tenía que ser fuerte enfrente de Mat.
Salimos del baño pero al abrir la puerta habían 4 chicos queriendo entrar y entre ellos estaba el chico de cabello blanco.
Nos miramos y puso una idiota sonrisa, le revire los ojos.
-Por cierto ¿quien es ese idiota?.- le susurré a Mat señalando al chico.
-Ese es Zeir.
-¿Zeir?.
-Si, Zeir Burner.
-¿Que clase de estúpido nombre es ese?.
Mat soltó una estruendosa risa.
Seguimos caminando hasta la salida.
-Oye que bien que no traes a Aranza pegada como una verruga.- me rei.
-¡Miren quien llego!.- Aranza apareció con sus brazos extendidos hacia arriba y haciendo una rara pose.
-Ash...la verruga.
-¿La que?.- ya comenzaba todo de nuevo. Aranza le dio un zape.
-¡No me pegues!
-¡Te hago lo que quiero por que eres mi perra!
-¿Ah si?
Yo solo soltaba una que otra risa por sus expresiones y sus tontos insultos.
Los últimos minutos habíamos caminado hasta la parada del autobús.
-Ya Mat aceptalo, eres gay.
-Que no soy gay mierda.
Mat ya estaba rojo, no se si por el enojo o vergüenza.
Tome el camión a casa y deje a Mat y Aranza en la parada. Me iba durmiendo así que di pequeñas palmaditas a la bolsa de la falda para comprobar si tenía una bolita más. Y por suerte si, la abrí y me la metí a la boca. Llegue a casa, estaba mi papá en el negocio en la cochera de la casa, era veterinario, lo salude y entre, mi mamá estaba en el sofá con Petite, mi perra bulldog francés.
Se retorcía como gusano de la emoción. Deje mis cosas y subí a mi cuarto, podía sentirlo de nuevo, su presencia, esta vez debo decir que me producía un cosquilleo en la parte del cuello, me voltee de golpe porque ahí fue de donde sentí esa penetrante mirada pero una vez mas, no había nadie.

el chico de cabello blancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora