La biblioteca.

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Después de varios días hemos estado viéndonos los cuatro, a veces somos 5 con Alex pero solo viene por aburrimiento, se podría decir que ponemos como pretexto el que ellos vienen a vigilar como sigue eso del ente, cuando en realidad vienen a pasar el rato con nosotras. Vemos películas o salimos a la alberca, debo admitir que estar con ellos es divertido y me hace sentir mejor.
Este día esta soleado, hace mucho calor, no paro de sudar como cerdo, mi hermana y yo estamos acostadas en mi cama dejando nuestra cabeza colgando y los pies pegados en la pared que esta un poco fresca, el ventilador solo sopla aire caliente.
Hoy es sábado y estamos aburridas además de muertas de calor, mis padres no están en casa pero ya no es raro, últimamente se la pasan de fiesta en fiesta, ayer no llegaron a dormir.
-Creo que iré a la biblioteca.- no se me ocurre algo mejor que hacer.
-No inventes, ¿a la biblioteca?...pero es sábado, podríamos salir a otro lado sabes.
-Tranquila no tienes por que venir conmigo, te puedes quedar en casa.
-Ash.- se levanto de la cama y se fue a su cuarto.
Yo comienzo a buscar entre mi ropa, encuentro un short y una camisa a cuadros, decido ponerme unos tenis grises.
Toco la puerta de mi hermana.
-Katia...-no contesta.-ya me voy, no tardo mas de 2 horas.
Bajo las escaleras, tomo las llaves, le pongo seguro a la puerta y salgo. La biblioteca no esta tan lejos de casa, queda como a 10 cuadras de la mía. El sol es intenso el calor hace que sude mucho pero mucho en verdad. Llegue y por suerte tenían el clima prendido.
*Ahh fresco*
Como siempre, en la biblioteca solo hay al rededor de cuatro personas y no mas.
Me registro en una libreta, me dirigió hacia los estantes y comienzo a leer los títulos.
*Un día de verano, quince minutos, noche de calor, mi vida de rubia... No ... Ese ya lo leí...ese también... Hmm... ¿La biblia de los caídos?... Interesante...*
Lo tome y comencé a leer.
Se trataba de un señor que le llamaban el gris, no tenia alma y encontraba a una ayudante para realizar sus siguientes casos aunque ella hubiera pensado que era una leyenda, y conoce a otros ayudantes, todo ese mundo me parece tan interesante.
De pronto un libro atrás de mi se cae. Me levanto para alzarlo pero por el espacio que el libro ha dejado puedo ver las piernas de Sofia Vander enredadas en la cadera de un hombre, los mire fijamente solo por que mi maldita curiosidad quería saber quien era el hombre. Darriel.
*Y la curiosidad mato al gato.*
Me quede impactada en primero por que ahora me sentía una mas y además por que era Sofia, y en segundo por que tan solo creí que a lo mejor en lo lejano podría ocupar a Zeir para llegar a él, si debo admitir que lo de aquella noche para mi fue gloria y quería que volviera a suceder.
-¿Grace?.- la voz chillona de Sofia me saco de mis pensamientos.
Puse el libro en su lugar, el que yo leí lo cerré y deje en un estante, firme donde había anotado mi nombre, salí de la biblioteca y me eche a correr, me faltaban al menos tres cuadras pero sentía que alguien me seguía así que de vez en cuando volteaba a ver si eran ellos.
Saque las llaves y abrí la puerta, subí las escaleras me dirigí a mi cuarto, me quite los tenis y camine al cuarto de mi hermana, sobre su cama se encontraba una toalla de color azul rey y su ropa de hace rato regada por el suelo.
*Alberca.*
Baje y me fui al patio, mi hermana estaba acostada en la cama de sol, en la alberca estaba Mat que estaba preparándose para su siguiente clavado, Zeir estaba recargado en la orilla hablando alegremente con mi hermana y Alex estaba con su teléfono en una esquina.
Me acerque a ellos.
-Hola hermanita, espero no te moleste, los chicos han venido por que estaba sola...ya sabes precaución.
-No, no me importa, todo esta bien.- Alex levanto la mirada.
-Esta enojada.- y volvió a su teléfono.
-Claro que no.-me cruzo de brazos y entre cierro los ojos.
-¿Como lo sabes?.- No puede ser que Zeir le siga la corriente.
-Años de tener que adivinar su estado de animo, estudie todas sus expresiones, y esta es de que algo le molesta.
-Uy si según tu.-me siento una niña pequeña tratando de ocultar algo obvio, pero es que ¿estaría bien decirle a Zeir sobre su hermano?, de hecho...¿estaria bien decir esto sin afectar a Alex?.
-A veces pienso que debería hacerte un meme...pero de los feos.- Zeir y mi hermana se ríen del estúpido chiste de Alex.
-Vi a tu hermano, Darriel.-Zeir volteo a verme sin esa sonrisa de hace unos segundos ahora estaba serio.-Con una chica.-volvió a sonreír.-¿De donde le vez lo gracioso?.
-Creo que es adulto Grace, que haga de su vida lo que quiera.
Un momento de silencio.
-¿Que quien esta celosa?.- Mat se secaba la cara con una toalla de color crema. Cuando termino tenia un sonrisa.
-¿Estas celosa Grace?.
-Como voy a estarlo, es tu hermano. Además el ya es grande que haga lo que quiera con la estúpida de Sof.
Todos voltearon a verme.
-¡¿Con quien?!.- Alex se había exaltado.
-Con nadie. Tengo sed, iré por unas sabritas.
Camine directo a casa pero podía sentir sus miradas en mi espalda.
Me recargue en la mesa y tome aire, me serví agua y busque algo que comer.
-¿Estas bien?.- Mire a Zeir.
-¿Yo? Preguntale eso a Alex, soy una tonta no debí decir eso.
-Tranquila... Era mejor que se enterara ya.
Nos miramos y supe que su expresión era de que lo había arruinado mas.
-¿Tu ya lo sabias?
-No.
Me acerque a él.
-Bueno si. Pero no son mis asuntos.
-Osea que no te importa Alex ni sus sentimientos, vaya que amigo.
Hizo una mueca.
-¿Entonces a ti tampoco? Digo por que por lo que me dices no planeabas decirlo.
Me trabo.
-A mi me importa un comino Alex.
Sonrió se veía satisfecho.
-¿Que mosco te pico Zeir?
-No se...un mosco llamado odipuc.
-Oh vaya...dime que no es contagioso.
-No, pero trataré de pegartelo.
Se acercó a mi y me comenzó hacer cosquillas.


el chico de cabello blancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora