Cap 2 Captura
Despertó algo mareado no reconocía nada a su alrededor, de pronto comenzó a sentir su cuerpo entumecido sin duda por la incómoda posición, su corazón dio un salto en su pecho al percatarse de la posición en que estaba, completamente desnudo con sus muñecas atadas a su espalda. Trato de concentrarse recordar que había pasado, lo último en su mente era ese muchacho pelirrojo y aquella sonrisa demente, vio con mucha más atención el lugar en donde se encontraba la iluminación era pobre por no decir casi nula, aquello parecía un vieja bodega abandonada el techo de lámina alto y lleno de agujeros, las vigas de madera mohosas y pudriéndose, algunos fierros oxidados, todo a su alrededor lleno de polvo y telarañas, el colchón sobre el que estaba era igualmente viejo algunos resortes se clavaban en su espalda, intento moverse despacio tratando de deshacerse de las cuerdas en sus muñecas.
-Por fin despiertas.
Era el chico pelirrojo pero algo en su mirada había cambiado, había fuego en ella furia y excitación, pronto unió las piezas del rompecabezas.
-¿Quién eres?- cuestionó su voz sonaba molesta.
- No te traje para que habláramos.- se acercó desabrochándose el pantalón Lee retrocedió lo cual provocó una cruel sonrisa en su rostro. Lo acorralo rápidamente separando sus piernas bruscamente alzándolas desmesuradamente dejándole en claro la frágil posición en la que estaba, miraba atentamente aquellos ojos negros buscando el miedo o la vergüenza pero sólo vio desafío. Paso su lengua lentamente sobre su labio superior aquel juego vaya que lo estaba excitando. Lo penetro de un solo golpe, el pelinegro bajo sí gritó dulcemente mientras arqueaba la espalda en un ángulo tan increíble que pensó se iba a quebrar, su cabeza completamente enterrada sobre el colchón, sus mejillas encendidas y los ojos fuertemente cerrados mientras las lágrimas humedecían sus pestañas.
Era la imagen que recordaría toda su vida, así que se permitió un minuto para observarlo detenidamente, cuando su víctima volvió a recargar su espalda sobre el colchón comenzó a embestirlo rudamente, golpeando su pelvis contra la de él rápido y fuerte. El otro gemía, gruñía y se retorcía sin cesar, era de esperarse el chico luchaba incluso en esa posición pero ¿acaso no se daba cuenta que sólo incrementaba su placer? Dios hasta ese rico agujero luchaba apretándose rechazando la invasión. Empujaba con más fuerza sintiéndose cada vez más cerca del final.
-¡Aaaaaaaaaaaahmmmg!- gimió completamente satisfecho alcanzando el orgasmo dejándose caer sobre aquel delicioso cuerpo. Espero unos minutos a que se regulara su respiración. Miró el rostro del muchacho y lo que vio lo descoloco. Esperaba ver miedo, esperaba ver dolor incluso esperaría el shock pero no. La mirada azabache continuaba desafiante clavándose es sus propios ojos. Salió de su interior y se dirigió hasta un maletín acercándose con una jeringa en su mano.
-Suplica por tu patética vida- amenazó con la jeringa sobre su cuello.
-No.
-Esto es un poderoso tranquilizante, la dosis correcta no hace más que ponerte a dormir pero un leve error puede hacer que no vuelvas a despertar.- habló casi en un murmullo acercando la aguja a la suave piel hipnotizado por aquella imagen. –Suplica pídeme compasión.- sonrió fijando nuevamente su mirada en aquellos negros ojos.
-No.
-Te haré suplicar-. Afirmó apretando los dientes al no ver complacido su capricho, alejó la jeringa y se levantó lentamente, su víctima intento hacer lo mismo pero atado y adolorido como estaba sus movimientos fueron torpes y lentos. Al regresar junto a él lo tomó por el cabello y lo arrojó al suelo, luego volviendo a tomarlo del cabello lo obligo a ponerse de rodillas y pateó su estómago dejándolo sin aliento. El pelinegro cayó de frente al suelo el demonio de arena apretó su rostro contra el piso y tomando lo de la cintura lo hizo levantar la cadera. Lee continuaba luchando pero atado como estaba no podía ni separar el rostro del suelo. Gaara estaba extasiado el chico de las cejas pobladas respiraba agitadamente seguramente esperaba ser penetrado de nuevo, en lugar de eso utilizó unas de las viejas vigas de maderas del lugar.
-¿Qué? ¡Aaaaaaaaaaaah!- gritó al sentir un duro golpe que hizo que su piel ardiera.
-Sigue gritando, juro que quebrare tu voluntad.- susurro agachándose sobre él para lamer su oreja mientras continuaba golpeándolo. Su respiración se aceleraba y su miembro se volvía a endurecer con cada golpe que daba, Lee era increíble trataba de acallar todos sus gritos y continuaba retorciéndose tratando de escapar, mientras el dejaba caer aquella madera con más y más fuerza. Golpeo su glúteos, sus muslos, sus piernas, sus brazos, su espalda, regresaba a sus glúteos y volvía a empezar, su piel estaba completamente enrojecida y aquel dulce trasero comenzaba a sangrar. Decidió que ya era suficiente así que volvió a penetrarlo igual de duro y salvaje que la primera vez, con la diferencia que esta vez las manos en su cintura lo atraían hacía a él cada vez que lo embestía arrebatándole los gemidos más dulces que jamás había escuchado, pudo ver las lágrimas cayendo al suelo y la sangre y el semen que se escapaban de aquella gloriosa entrada. Al derramarse dentro de él suspiró más que satisfecho y lo arrojó al suelo nuevamente boca arriba.
-Suplica.- ordenó una vez más apretando su garganta dificultándole el respirar.
-No.- articulo como pudo sin dejar de mirarlo.
Gaara lo miró frustrado era claro que estaba adolorido y humillado, a pesar de ello la voluntad en su mirada seguía intacta, no entendía que pasaba ahí ¿por qué no había miedo en su mirada? ¿Por qué no había odio? Sólo fuerza, era como si estuviera concentrado en su fuerza interior en su propia voluntad para no dejarse vencer.
-Lastima hubieras sido el mejor.- afirmo enfadado tomando nuevamente la aguja clavándola sobre su pierna derecha, notó como el otro se removió por un instante antes de perder la conciencia. El pelirrojo lo observo sin decidirse a inyectarle el resto del líquido. Se alejó de él caminando a su alrededor, era tan sencillo, sólo tenía que inyectarle el resto, podía quebrarle el cuello o aplastarle el cráneo inconsciente como estaba no se defendería, entonces ¿por qué no podía hacerlo?
Se arrodillo frente a él y acarició cada musculo de su pecho, su respiración era tranquila al igual que el gesto en su cara. No, no podía matarlo no por el momento. Limpio los restos de semen y sangre de su entrepierna con su desgarrada ropa interior y cargo tanto con el pelinegro como con la prenda.
Al muchacho lo llevo a la parte trasera de la vieja camioneta que conducía mientras que arrojo los boxers verdes cerca del callejón donde acorraló a su presa.
No sabía muy bien que estaba haciendo, pero no le importaba mucho después de todo con Lee había tenido que hacer todo diferente. Simplemente jugaría con su presa un poco más.
Continuara......................
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Obsesión
FanfictionLo que para su víctima sería un agonizante final para él se convertiría en un dulce recuerdo que lo ayudaría a sobrevivir hasta encontrar otra víctima más. GaaLee