Capítulo 6 Enigma
Seguía sin poder contar los días en aquel obscuro lugar pero él calculaba que había pasado un día o dos sin que el demonio rojo lo tocara salvo para atender sus heridas, estaba desconcertado. Nunca sabía que esperar de él pero que pasara tanto tiempo cuidándolo lo ponía nervioso, normalmente le habría preguntado qué quería de él pero temía que si lo hacía volvería al ritmo anterior de las violaciones. Estaba sentado sobre la cama observando todo a su alrededor lo había dejado con solo una cadena atada de su tobillo izquierdo a una de las patas de la cama, gracias a ello se había podido parar a caminar alrededor de la habitación algunas veces. Como lo había imaginado desde un principio estaba en un sótano lleno de cachivaches viejos, ahora llevaba puesta una bata corta de seda verde la primera prenda que había usado en mucho tiempo. La relativa calma le había dado tiempo suficiente para darse cuenta de que estaba aburrido, es decir había pasado tanto sin hablar con otro ser humano, porque definitivamente las pocas veces que había intercambiado alguna palabra con su captor no contaban para nada pues el tipo se limitaba a responderle con monosílabos si siquiera se dignaba a contestarle, y la verdad era que no le interesaba entablar una relación con aquel sujeto. Lo vio llegar con unas charolas de unicel al destaparlas el aroma que lleno la habitación era fácilmente reconocible se trataba del curry extra picante de la abuela Genma. Sus ojos se abrieron de par en par mientras que el rostro frio del demonio no cambio, le entrego su charola y sus palillos y enseguida se puso a comer sentado junto a él.
-¿Por qué?- murmuro observando la comida frente a él.
-No es tu ultima cena si es lo que quieres saber.- respondió brusco -¿Vas a comer o no?
-Gracias- dijo de manera apenas audible antes de disponerse a comer, la hora de la comida fue extrañamente tranquila y al terminar le llevó su cepillo de dientes y un vaso con agua, el sujeto era estricto con su higiene personal desde el principio siempre procuraba bañarlo y le facilitaba los medios para cepillarse tanto el cabello como la boca, suponía que no le gustaría besarlo si tuviera aliento a cebolla y especias, una media sonrisa cruzó su rostro.
-¿Es él? El maldito castaño ¿No es así?- preguntó amenazante el pelirrojo apretando su mandíbula fuertemente con la mano derecha obligándolo a mirarlo de frente. – ¡Responde!
-Pensaba que te gusta el sabor a menta.- contestó tranquilo el chico de ojos negros.
El demonio de arena lo soltó despacio, Lee no sabía mentir y sus ojos eran sinceros comenzó a levantar la basura y se llevó el cepillo y el vaso dejando a su víctima a solas por unas horas.
Cuando el pelirrojo regreso lo encontró en el suelo haciendo abdominales.
-No puedes quedarte quieto.- le habló colocando la lámpara sobre un viejo buró. Enseguida Lee se sentó. –No te detengas por mí, continua.
El deportista no dijo nada sólo se levantó e instintivamente fue a sentarse en la cama en donde se quedó observándolo en silencio.
-Vamos sé que estas ansioso por entrenarte.
-¿Cuánto tiempo ha pasado?
-¿Desde qué te cogí?
-Desde que estoy aquí.
-¿De qué te serviría saberlo?
-¿Por qué estás aquí?
-¿Disculpa?
-No has venido a curarme, por alguna extraña razón parece que tampoco has venido a obligarme y no has venido a contestar mis preguntas entonces ¿qué haces aquí?
-Quería verte.- respondió irónico el de ojos aqua.
-Bien.- bufó molesto el chico de las cejas pobladas y acomodándose en la cama cruzó piernas y brazos mirando a un punto al azar en la obscuridad. Tras unos minutos de silencio su captor rompió el silencio.
-¿Estas ignorándome?- el pelirrojo esbozo una sonrisa y camino hasta Lee lo tomo por la nuca con la mano derecha y lo besó obligándolo a corresponder apretando su miembro con la mano izquierda, claro que Lee lo empujó y pateó pero terminó por recostarlo dejando caer su peso encima. – Lee.....- suspiro entre besos recorriéndolo despacio.
-¡Bas....ta! ¡Deja...me! Mmnh.
-Aún no.....Lee.....
¿Qué rayos estaba pasando? El genio del trabajo duro continuaba tratando de alejar a aquel sujeto, pero el tipo no actuaba como siempre. En otro momento ya lo habría golpeado para sacarlo de combate o lo hubiera penetrado procurando acabar sin importarle el dolor que le causara pero nada de eso estaba pasando. En aquella ocasión el sujeto iba despacio recorriendo su cuerpo con calma procurando escucharlo gemir parecía como si tratara de hacerle el amor.
-No..mmmnh noo...- se removió inquieto al sentir los labios de su captor acariciando sus testículos y pene su lengua también jugaba libremente haciéndolo suspirar. El muchacho deportista colocó sus manos sobre los hombros del pelirrojo tratando de separarlo. –Aaamnh espe...aaah no lo ha aah
-Gaara.- murmuro sonriendo sobre el miembro erecto del indómito muchacho que increíblemente se resistía a sentir el placer que le brindaba. –Mi nombre es Gaara.
Lee se detuvo por un instante sin creerle por completo a sus oídos, es decir acababa de recibir información de aquel tipo, de inmediato el demonio se acercó nuevamente a sus labios besándolo suavemente.
-Di mi nombre- gimió sobre sus labios acomodándose entre sus piernas colocándolas sobre su cintura.
-No aaammmnh.
El muchacho de ojos aqua acariciaba su entrada con los dedos mientras se introducía lentamente en él, su cabeza giraba de un lado al otro sobre la almohada sintiendo como el pelirrojo iba llenándolo al tiempo en que besaba su cuello y hombros acariciando sus pezones haciéndolo gemir de puro placer. Cuando por fin estuvo completamente dentro besó sus labios y espero a que se acostumbrará a él.
Comenzó a moverse muy despacio observando cada gesto, cada suspiro procurando que el otro experimentará el mayor placer posible y parecía estar lográndolo pues el cuerpo bajo sí vibraba, sus embestidas aumentaban poco a poco su velocidad su mano izquierda bajó hasta su entrepierna masturbándolo al tiempo en que aceleraban sus caderas.
-¡Bas..ta..! Ya no mmnh ¡GAAAAH....RAAA!- gritó al correrse en su mano.
El aludido sonrió y tras un par de embestidas más se derramo en su interior. Cayó sobre él respirando pesadamente. Al recuperar su respiración miró directamente a esas perlas negras ambos se miraban expectantes tenían muchas interrogantes por responder.
Continuara.................
ESTÁS LEYENDO
Obsesión
FanfictionLo que para su víctima sería un agonizante final para él se convertiría en un dulce recuerdo que lo ayudaría a sobrevivir hasta encontrar otra víctima más. GaaLee