Capítulo 7 Desconcierto
Cada día se sentía peor, cada vez que creía entender un poco la situación en la que estaba aquel demonio le complicaba nuevamente las cosas. Al principio era sencillo, había sido secuestrado por un maldito maniaco que disfrutaba de violarlo, entonces sabía que lo único que tenía que hacer era ser lo suficientemente fuerte y astuto para escapar de ahí cuando se le presentara la oportunidad, sabía que debía rechazar todo lo que viniera de aquel sujeto, sabía que no era nada para el otro nada excepto un objeto y el demonio no era tampoco nada para él. Entonces era sencillo porque cuando llegaba a sentir placer debido al otro sabía que era algo indeseado y obligado, en cambio ahora. El maldito incluso lo hacía rogar, así era él Rock Lee la bestia verde del instituto Konoha le había pedido a su secuestrador que lo llevará hasta el final.
Se sentía humillado, sucio, pero más que nada confundido y fuera de lugar. Estaba tumbado sobre la cama mirando hacia el techo de aquel obscuro y viejo sótano pensando en todo aquello mientras el tipo pelirrojo descansaba junto a él. Acaban de hacerlo y su mente temblaba ante la idea de que lo había disfrutado como nunca.
Gaara, así le había dicho que se llamaba había bajado hacía tal vez una hora y le había atado las manos cruzando sus brazos sobre su abdomen, como si hubiera tenido una camisa de fuerza. Luego lo había observado durante varios minutos y estando ahí desnudo y atado frente a esa escrutadora mirada había escuchado como su propia respiración se aceleraba al pensar en todo lo que podía continuar. El demonio rojo se sonrió y a continuación se recostó sobre él recorriéndolo por entero entre besos y caricias hasta que logro que su virilidad comenzará a endurecerse, con calma se alejó dejándolo nervioso, insatisfecho y sin saber que pensar.
Fue cuestión de un minuto o dos para que regresará colocando un espejo de cuerpo completo frente a la cama, Lee no sabía exactamente que esperar pero sus dudas fueron pronto aclaradas cuando el pelirrojo se sentó detrás de él con las piernas abiertas dejándolo a él entre ellas, enredando sus piernas con las de él evitando que pudiera cerrarlas obligándolo a verse reflejado, a pesar de la poca iluminación, en una posición por demás comprometedora. De inmediato su captor comenzó a acariciarlo, su pecho jugando son sus pezones hasta endurecerlos, sus piernas acercándose lentamente al interior de sus muslos, besando su cuello y espalda, haciendo a su cuerpo reaccionar.
Y todo era visto por Lee a través de ese estúpido espejo, había tratado de acallar sus gemidos pero aquel maldito sádico estaba acariciándolo tan lentamente, tan profundamente que no parecía estar dando resultado. Podía ver claramente el temblor en su cuerpo y un extraño estremecimiento lo recorrió al tiempo en que veía esa cabellera rojiza entre su hombro y cuello. Su secuestrador mordió fuertemente su hombro haciéndolo sollozar. Trató de apartar la vista pero el pelirrojo sostuvo su rostro mientras le susurraba.
-Puedes decirte a ti mismo que no lo deseas pero esa imagen no miente.
-No mmnh mmnh Aaamnh.- suspiro al sentir como la mano del de ojos aqua acariciaba sus testículos cerrándose después sobre su miembro, masturbándolo lentamente luego acelerando hasta que estaba a punto de llegar al cielo y después deteniéndose por completo para pasados unos minutos volver a aquella increíble tortura.
-¿Quieres correrte?
-Yo mmn sí... aamnh..
-¿En verdad lo quieres?
-Amnh Sí
-Entonces dilo.
-No ammnh.
-Bien.
Lo siguiente que supo fue que aquel demente coloco un anillo sobre su pene evitando que pudiera venirse para luego arrojarlo de frente al colchón y levantando sus caderas penetrarlo de golpe. Su rostro sobre la cama y sin mucha posibilidad de moverse sentía como aquel loco comenzaba a moverse dentro de sí parecía como si estuviera buscando.
-AAAoommmnh.- gimió el pelinegro estremeciéndose al sentir aquel punto en su interior que había descubierto unos días atrás gracias al pelirrojo.
-Bien- sonrió de medio lado el demonio de arena al encontrar uno de esos puntos que hacían a Lee gemir incontrolablemente.
Después su captor lo besó, lo acarició y embistiéndolo suavemente lo hizo llegar al orgasmo, pero no podía correrse era ese maldito anillo.
-Aaaaaaaanh yaaaaa aaaggnh.
-¿Qué mmnh su... cede Lee ammnh?- habló el pelirrojo continuando con el vaivén procurando dar en ese punto especial.
-Diooos pa....ra aaammnh.- Quería correrse era todo en lo que podía pensar, todo lo que deseaba y aquel maniaco continuaba arremetiendo fuertemente contra él y de pronto aquel lugar que lo hacía llegar a la gloria le estaba llevando a la desesperación, le dolía demasiado. Deseaba correrse en verdad que era lo único que deseaba.-¡Aaaaaaaaaaaaaaah!- gritó al sentir como llegaba una vez más. -¡Gaaa.....raaaaaa!
-¿Ne...cesitas mmnh algo?
-Déjame venir....me.
-¿Eso es todo? Claro pero pídelo adecuadamente.
-Por favor Gaa..ra quiero aamnh venirme.- susurró sintiéndose humillado y traicionado por su propio cuerpo. Al menos consiguió que el otro saliera de su cuerpo, pensó que le quitaría el anillo en ese momento pero lo que hizo fue llevárselo junto con él sentándose en la orilla de la cama con el espejo frente a ellos.
-Adelante quieres correrte, tienes que ganártelo.- murmuró sobre su oído, ayudándolo a sentarse sobre su regazo penetrándolo lentamente, llegando tan profundo en su interior que Lee no pudo contener algunas lágrimas.
Luego el pelinegro lo hizo tan bien que Gaara tuvo que morderse los labios para no decir alguna estupidez de tantas que se acumulaban en su cabeza, el deportista subía y bajaba en un ritmo desesperado, gemía incontrolable y el dolor por no poder venirse lograba que su ano se apretara cada vez que un nuevo orgasmo se acercaba a él.
-¡Aaaaaamnh! ¡Gaaaaaa....raaaah!- gritó el deportista al poder eyacular libre, dios aquello era la gloria –No te de....tengas por favor.- gimió sintiendo como su secuestrador seguía moviéndose realmente quería dejar todo salir explotar como nunca antes. Algo de lo que dijo afecto al demonio rojo pues enseguida lo arrojo sobre la cama y le dio tan duro que Lee llegó al orgasmo por enésima vez sintiendo todo su cuerpo palpitar.
-Aaaaammmmnnnnh ¡Leeeeeeeeeeee! Me en... aaaaaammhhg- gimió al llenarlo con su semilla cayendo exhausto sobre él.
Ambos tardaron varios minutos para recuperar el ritmo de su respiración. Gaara hizo que se girara para desatarle las manos. Luego simplemente se quedaron así justo como estaban en ese momento recostados uno al lado del otro encerrados en sus propios pensamientos. Fue su captor quien rompió el silencio.
-Te traje algo, debes aburrirte aquí solo así que.- dijo levantándose al llegar junto a él le entrego un dvd portátil con varias películas, se sorprendió al ver como la sonrisa del pelinegro iluminaba la habitación al ver unos títulos.
-Woow ¿podemos ver esta?- habló emocionado levantando "Puños de furia"
-Sí claro- Gaara estaba sonriendo y su corazón acelerado sus manos comenzaron a sudar y no hubiera sabido cómo actuar de no ser porque Lee se movió para hacerle un lugar en la cama invitándolo a sentarse junto a él. No podía creerlo él era Sabakuno Gaara "el demonio de arena" matar no le representaba ningún problema había violado al chico frente a él varias veces y a pesar de ello ahí sentado junto a Lee se sentía inquieto. -Imagine que eras admirador de Bruce Lee.- afirmó mirando al pelinegro entusiasmado con los creiditos iniciales. Lee no respondió al menos no con palabras simplemente le sonrió y Gaara supo estaba perdido.
Continuara...........................
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Obsesión
FanfictionLo que para su víctima sería un agonizante final para él se convertiría en un dulce recuerdo que lo ayudaría a sobrevivir hasta encontrar otra víctima más. GaaLee