Capítulo 11 Tarde
No tenía idea de en dónde estaban pero había tenido unas horas increíbles Gaara y él habían tenido sexo tranquilo y dulce por un largo rato, luego se habían metido juntos a la ducha y al salir habían cocinado juntos, todo sin que Lee estuviera atado de ninguna forma y por primera vez en no sabía cuánto tiempo llevaba un pantalón deportivo y una playera. Claro que la puerta del que por sus dimensiones pensaba sería un penthouse estaba perfectamente cerrada y la llave no se veía por ningún lado. Aun así tenía una vista hermosa desde ahí a las orillas de alguna ciudad la carretera a sus pies y las primera estrellas en el cielo como nunca antes las había visto.
-No imagine que pudieras cocinar tan bien.- habló Lee al pelirrojo sentado al otro lado de la mesa tomando otro bocado de Lassagna. –Como te la pasas comprando comida chatarra.- El otro sonrió.
-Sé cocinar no me gusta hacerlo, además siempre estoy de paso. No le veo el sentido a tener una cocina.
-No me has dicho en dónde estamos.- dijo el deportista recordando quien era el pelirrojo.
-En tu nuevo hogar.
-Gaara no puedes tener una relación unilateral, ambos debemos desearlo.
-Sé que no te soy indiferente.- sonrió de medio lado lamiendo el tenedor en su boca.
El corazón del genio del trabajo duro salto al ver aquel gesto.
-¿Qué pasaría si grito en este instante que me tienes secuestrado?
-¿Por qué no lo has hecho?
-¿Alguien me oiría?
-No.
-¿Mataste a todos los habitantes del edificio?
-No. El lugar es mío y lo mantengo vacío.
-¿Mataste al dueño del edificio?
-No yo soy el dueño.
-No entiendo.
-Nací en una familia adinerada, tengo los recursos suficientes para matar por diversión y si tengo algún inconveniente Kankuro seguirá pagándole a la policía.
-¿Kankuro?
-No tiene importancia. – dijo firme levantándose de la mesa llevó su plato hasta el fregadero y de regreso tomó a Lee fuertemente por el brazo izquierdo llevándolo hasta la cama en donde lo lanzó sin mucho cuidado.
- Aaah ¡Basta! ¿Cómo lo sabes?- cuestiono el pelinegro intentando resistirse pero al ser tomado de aquella vieja herida no lo logró.
-Fue antes del campeonato estatal Kinimaro estaba molesto porque le arrebataste su lugar en la selección de Judo, así que te acorralo junto con tres compañeros más y te dieron una golpiza en la cual te rompió el brazo izquierdo con un bate. Él fue expulsado del colegio pero todos pensaron que perderías tu beca deportiva, sin embargo, te recuperaste del todo. O eso les hiciste creer a tus amigos.- murmuraba sobre su piel levantando la playera sobre su pecho mordiendo suavemente sus pezones, bajando su mano derecha metiéndola dentro del pantalón apretando sus glúteos.
-¿Cómo? Mmnh aamnh- gimió Lee al sentir como le arrebataba el pantalón y el pelirrojo se colocaba entre sus piernas separadas rozando con su miembro erecto su entrada.
-Soy bueno en lo que hago.- afirmó besando su abdomen, el pelirrojo continuaba restregándose contra él sin entrar escuchando los ansiosos gemidos Lee debía estar deseando ser penetrado tanto como él deseaba entrar en él, aun así se detuvo y lo que hizo fue bajar lentamente besando la morena piel hasta llevar su boca aquel delicioso manjar que tenía entre la piernas el pelinegro.
-¡Aaaamnnh! ¡GAARA!- al deportista le encantaba cuando Gaara se la chupaba al principio lo hacía tan lento, tan suave sensibilizando todo su cuerpo. Llevó su mano izquierda hasta su boca en donde mordía ligeramente sus propios dedos mientras la derecha se colocaba sobre esa caballera roja.
-Mmmmnh ¡Lee!- murmuro sobre el duro pedazo de carne, dios el olor de su sexo lo volvía loco la manera en el líquido pre seminal comenzaba a mojarlo y el rostro lleno de placer de la única persona que consideraba suya era increíble. La necesidad de acelerar el ritmo se hizo pronto presente pero sucedió algo que tomó por sorpresa al demonio de arena, con una fuerza increíble Lee lo separo de él logrando que el pelirrojo quedara sobre su espalda para luego sentarse sobre sus caderas penetrándose a sí mismo yendo tan rápido que Gaara tuvo que sostenerse fuerte de su cintura.
–Mmmnh espe...ra Lee des.. pa..ci..ommnh.
-Más mmnh du...ro.... Así mmn- gimió lleno de frenesí, el chico bajo de sí sonrió de medio lado el pelinegro suspiro aunque tratara de negarlo le encantaba esa sonrisa irónica, y pronto sintió como rodaba en la cama nuevamente quedando de espaldas se besaron desesperados como si la vida se les fuera en ello, como si cada respiro fuera el ultimo y el único oxigeno disponible fuera el aliento del otro, pronto sus caderas chocaban con violencia arrebatándoles la razón. Se corrieron casi al mismo tiempo compartiendo un grito de placer.
-Ahora que sabes que tengo el poder suficiente para cumplir lo que te dije sobre darte lo que quieras ¿Escaparías conmigo?
-Sabes que mi respuesta sigue siendo no.
-Mmnje lo sé.- besó su frente acomodo sus ropas y dejó que Lee se volviera a vestir después de un rato de ver la televisión se quedaron dormidos. La noche era tranquila.
-¡No puede ser!- Gaara despertó sobresaltado al escuchar la alarma del piso inferior. -¡Demonios! Gritó frustrado al ver un coche de lujo estacionado a las afueras del edificio.
-¿Qué sucede?
-Levántate tenemos que salir- dijo tomando un cuchillo de la cocina, enseguida un ladrido y el golpe que intentaba derribar la puerta.- Olvídalo ya es tarde.- aseguró levantándolo frente a él y colocando el cuchillo sobre su cuello.
Continuara..............
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Obsesión
FanfictionLo que para su víctima sería un agonizante final para él se convertiría en un dulce recuerdo que lo ayudaría a sobrevivir hasta encontrar otra víctima más. GaaLee