II

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— ¿De nuevo? —preguntó alguien poniéndose detrás de Jisoo.

— ¿Qué? —dijo mientras se daba la vuelta para mirar quien era— Ah, si. Aún no sé quien es.

— A mi también me gustaría saber quien es, nunca puedo verle la cara.

— ¿Lo has visto?

— Varias veces, pero no hace mucho —aclaró su amigo— Solo pega la nota y se va.

— ¿Es una chica o un chico? —preguntó intrigado.

— No lo sé, siempre que veo esa escena la persona tiene el gorro de su hoodie puesto.

— Hmmm....

— Bueno, será mejor que nos vayamos.

Jisoo y su amigo se encaminaron hacia quién sabe dónde, mientras hablaban de varias cosas y miraban el paisaje a su alrededor.

El clima era perfecto, las nubes podían observarse, el cielo estaba de un color celeste que era bonito de ver y no hacía demasiado calor. La ciudad también se veía bonita, a pesar del tráfico y la gente apurada que corría de un lugar a otro, los parques tenían una buena vista y la gente allí parecía feliz, tanto niños como adultos.

— ¿Quieres tomar un helado antes de llegar a casa?

— ¿Tienes dinero?

— Espera —dijo mientras revisaba su billetera— tengo para uno.

— Entonces no, gracias.

— No te preocupes, es para tí, no para mi.

— Estoy bien, enserio. No hace falta que lo compres.

— ¿Estás seguro?

— No —rió.

— Iré a comprarte uno, no puedes rechazarlo.

Jisoo bufó y siguió a su amigo, el cual entró corriendo hacia la heladería. Al entrar se frotó los brazos un poco, ya que el aire acondicionado estaba muy alto, se puso al lado del chico y esperó a que llegue su turno mientras revisaba su teléfono.

— Buenas, quiero un...

El chico no sabía que elegir y Jisoo no le prestaba atención, ya que quería que él lo adivinara. Siguió así por unos segundos más hasta que se lo dijo.

— Frutilla con leche condensada, por favor.

— Eso, eso —decía mientras sonreía.

— ¿Nunca recuerdas?

— Cómo si tú fueses a acordarte el mío.

— Bombón —dijo sin importancia volviendo a mirar su teléfono.

El chico bufó y luego rió, tomó el helado en sus manos y se lo dió a Jisoo, él lo tomó encantado, guardó su celular y abrió el plástico, y colocó el helado en sus labios.

— ¿Cómo te puede gustar eso? —preguntó el chico cuando ya salieron de la heladería para volver a caminar.

— ¿Cómo no? Si es delicioso ¿Quieres probar?

— No gracias, estoy bien.

— ¿Estás seguro?

— Seguro.

— Como quieras —se encogió de hombros y volvió a poner el helado en su boca.

El celular de Jisoo vibró en su bolsillo trasero, haciendo que se sobresaltara un poco y también avisando que alguien lo estaba llamando. Al mirar la pantalla de su celular vio que era un número desconocido, así que no decidió atender. Pero tan rápido como cortaron la llamada, volvieron a llamar.

— ¿Quién es? —preguntó el chico curioso mirando la pantalla.

— No lo sé —dijo mientras ponía la pantalla frente a la cara del chico

— Dame, lo atenderé por ti.

El chico tomó el celular en sus manos, aceptó la llamada y puso el teléfono cerca de su oreja para poder escuchar quién llamaba a Jisoo.

— ¿Ho...?

— Guapo.

El chico un poco desconcertado puso la pantalla frente a sus ojos, tratando de asimilar lo que había pasado, un segundo después comenzó a reír.

— ¿Qué pasó?

— Parece que tienes un admirador.

— ¿Porqué lo dices?

— Atendí la llamada y todo lo que dijo esa persona fue "Guapo" ¿Esto suele pasarte?

— Me pasó sólo una vez, pero fue muy intenso.

— Creo que me lo habías contado ¿El que dijo que estaba observándote?

— Si, ese —dijo mientras saboreaba su helado.

— Ufff...

Los chicos llegaron hasta un edificio de apartamentos, el cual no era muy alto, pero tenía un poco de anchura. Entraron al edificio y se subieron al elevador, marcando el piso 7.

— ¿Necesitas que te ayude con algo hoy? —preguntó Jisoo.

— No, hoy me tomaré un día libre de estudiar.

— Igual si tienes problemas al hacer tarea o algo, puedes venir junto a mi. Mi puerta siempre estará abierta.

— ¿Y si te roban?

— ¿Robar?

— Dijiste que dejarías la puerta siempre abierta.

— Pero no de esa forma —dijo sonriendo.

El chico se despidió de Jisoo yendo en dirección contraria, Jisoo tomó las llaves de su departamento y abrió la puerta. Al entrar observó que todo seguía ordenado como lo había dejado esta mañana.

Se dirigió a la cocina para prepararse algo de comer, en lo cual era todo un éxito.

Al terminar de cocinar, llevó su plato a la mesa. Eran las cuatro de la tarde y él recién estaba almorzando, no era de sorprender ya que normalmente siempre llegaba a esa hora a su casa, pero lo que era inusual era que había almorzado. Normalmente Jisoo solo se hacía un café y tostadas, pero al parecer hoy había cambiado la dieta.

Tomó su celular, que estaba al lado del plato y antes de comer le sacó foto al almuerzo que había preparado, el cual le había salido exquisito.

Jisoo: ¿Qué te parece?

Seungcheol: Cuanto te odio

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Seungcheol: Cuanto te odio

Seungcheol: ¿Aún queda?

Jisoo: Puedes venir si quieres

Jisoo: Hay para un plato más

Seungcheol: Voy para allá.

A los segundos Seungcheol ya se encontraba frente a la puerta de Jisoo, tocó y Jisoo se encaminó para abrirle la puerta.

— Dijiste que la puerta siempre estaría abierta.

— Ya deja eso, está en la cocina.

— ¡Gracias, Jisoo! —dijo mientras corría hacia allí.

Notas 》JihanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora