123 ¡Probando!

J Mas que una Cita

15. J. Más que una cita.

Cuando me levante al día siguiente, fue extraño, como si... despertara en un mundo perfecto, no lo se fue extraño, ¡Incluso me levante temprano! Ese día fue horrible, como si fuera un a barrera que me alejaba de ella, pero estaba más feliz, incluso le hicimos una broma a la morsa de Slurghon, hasta Lils se reía... Y cuando salimos afuera, ahí estaba el indeseable número uno, esperándola... Decidí seguir caminando, después de todo, no quería que ella se enojara conmigo por hacerle una escena de celos, no, la cita estaba muy cerca...

¡Hey Sirius espera! – Le grito a mí amigo Jacky, cuando se acerco se besaron.

Puaj – Dije yo tosiendo con fuerza.

Cuando lo hagas con el tomate no te voy a poder decir nada – Dijo y en ese momento se desencadeno en mí una serie de imágenes donde yo me besaba con Lils - ¡HEY CORNAMENTA! – Me grito Sirius.

Perdón, ¿Qué decías?

Yo decía – Me dijo Jacklyn – Que le esta diciendo a Charles que tiene una cita contigo...

Por alguna razón eso me hizo feliz, saber que ella prefería estar conmigo que con el...

Y por fin llego el sábado, ese día me quede en mí habitación, no quería ver a nadie, y es que solo podía pensar en ella, como se vestiría, como se peinaría, como olería, si olería como siempre, a durazno y pera... ¿Cómo sabría Lils? ¿Tendrá sabor a Pera, o a Durazno? Tenía muchas ganas de besarla y averiguarlo, pero al ser la primera vez seria mejor ir por lo seguro y no besarla, porque, si encima ella no quería el iba a quedar como un patán. Si, mejor SIN beso. Cuando llegaron las tres de la tarde, vi como mí buen amigo Sirius y Jacklyn se acercaban a mí (esta última había subido a nuestra habitación).

Pásala bien – Me dijo mí amigo guiñándome un ojo.

No hagas nada que ella no quiera – Me dijo Jacky, y me dieron millones de consejos más que no escuche...

Me bañe, rápido, quería estar listo a tiempo, me vestí lo más normal que pude, un Jean, unas zapatillas y un buzo azul oscuro, me perfume y baje, eran las... cuatro menos cinco, seguro debería esperar mínimo quince minutos, pero no, ella bajo puntual, estaba hermosa, con ese Jean ajustado, esa remera rosa fuerte y sus zapatillas haciendo juego, era una diosa...

Hola – Le dije

Hola – Me dijo aspirando con fuerza.

¿Vamos? – Propuse yo.

Claro –

Por suerte no hacia frió, caminamos hasta los carruajes con tal lentitud y tranquilidad que un caracol estaría celoso de nosotros... Cuando subimos fuimos solos, porque la mayoría ya estaba en el pueblo o los que se quedaban estaban muy lejos de allí... Cuando llegamos al pueblo simplemente nos paramos a la entrada...

¿A dónde quieres ir? – Le dije después de haber mirado la masa de gente que iba y venia.

Mmm ¿Podrías confiar en mí? – Es una dulce, claro que podría confiar en ella, aunque me llevara a un precipicio, es tan adorable...

Claro que si – Entrelace mis dedos con los de ella, y es que no podía evitarlo, no quería dejar de tocar su piel.

Vamos – Dijo comenzando a caminar arrastrándome a mí atrás.

Caminamos por un largo rato, yo solo me dejaba llevar por ella mientras (creo que ella nunca se dio cuenta) acariciaba su mano con lentitud, quería sentir su piel, era tan hermosa, pero cuando doblamos una esquina pare, el olor a frutas inundo mí nariz, era delicioso, y allí entramos, a ese local pequeño peor muy bien iluminado... Había teteras y platos por todos lados que hablaban, me gire a mí derecha cuando un plato le pregunto al hombre de que quería el pie.