2. Una copa y... ¿algo más?

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No podía ser una groupie. Antes de que pudiera contestar o levantarse, ya estaba entrando a la fiesta otra vez.

-¿Qué pasa?- me preguntó Kate al verme tan acelerada.

-Casi me tiro a Kimmich ahí mismo- le susurré y me miró sorprendida.

-Deberías, es rubito y está bueno. Justo tu tipo.

-No así, no soy una groupie.

Rodó los ojos pero no dijo nada, sabía el miedo que tenía a acabar como una. Al rato se unió al pequeño grupo Kimmich y se puso a mi lado, pero no dijo nada por suerte.

-Siento haber salido huyendo- dije bajito.

-Llámame Josh y me debes una copa.


Oculté una sonrisa y seguí fingiendo escuchar la conversación aunque estaba más pendiente del calor que desprendía el cuerpo de Josh.

-Voy a llevar a Kate a casa, ha bebido y no va a conducir- dijo David cual novio responsable. La verdad es que se les veía bien juntos.

-Me gustas para ella- me ponía honesta al beber.

-Me alegro de oír eso, mejor amiga. ¿Puedes llevarla a casa?- le preguntó a Kimmich y me tensé un poco.

-Iba a hacerlo igualmente- David lanzó una mirada entre impresionada y divertida para luego irse con mi mejor amiga.-¿Nos vamos?

-¿Ya? Me apetece caminar y tomar un helado.

-Dicho y hecho- dijo con su sonrisa encantadora. Maldito.-¿Eres del Bayern por bombones como yo?

-¿Tú? ¿Un bombón?- me burlé. Lo era.

-Eres mala- dijo dándome con su hombro, haciendo que trastabillara.-Lo siento- me cogió de los hombros.-¿No tienes frío?

-No- dije totalmente convencida, estaba caliente. Me separé un poco y me miró con extrañeza.

-¿Por qué te alejas así? No es como si fuera a atacarte o algo.

-No me siento cómoda siendo una groupie- dije abrazándome a mí misma. Me cogió de los hombros y me abrazó, era realmente incómodo.

-Estás helada, vamos a mi coche que ahí tengo una chaqueta.

-¿Podrías no ser tan cliché? Me dices que soy el amor de tu vida y te pego con la mano abierta.

-Con la mano cerrada duele más- dijo divertido.

-No sé pegar puñetazos.

-Te enseñaré- dijo llevándome de la mano a su coche. Me subí en el asiento del copiloto y me puse la chaqueta, que casualmente era del Bayern.-Ni hecho aposta. Te queda bien.

-A mí todo me queda bien- dije chula y apartó la manga de un lado bajando también mi tirante, dejando así mi hombro desnudo. Pasó un dedo estremeciéndome y me miró con los labios entreabiertos. El ambiente se caldeaba.

-Estás congelada, no deberías tomar un helado. Y no te muerdas el labio- ni siquiera sabía que lo estaba haciendo.-¿Te llevo a casa o prefieres venir a tomar una copa a la mía?

-No debería beber más alcohol.

-Yo necesito ese alcohol.

-Vamos- me sorprendí cómo salió eso de mi boca.


Arrancó y en cuestión de unos 10 minutos de profundo silencio, llegamos a su casa. Me abrió la puerta del coche y me puso la capucha, no entendía por qué. Tiró de mí y cerró la puerta a sus espaldas.

Solo amigos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora