Capítulo 5: Historia repetida.

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9 de septiembre:

Durante la última hora Eli y yo no nos dirigimos palabra así que me sumerjo otra vez entre las páginas del libro, en la vida y pensamientos de ambos Will Graysons. Siempre adoré leer, cuando era pequeña no era más que un entretenimiento, una diversión; pero ahora es algo más. Quizá suene triste, incluso deprimente, pero la mejor y más efectiva manera de evadirme de mi vida, de mi pasado y de mis pensamientos es meterte en la vida de otras personas. Leer es el mejor modo de conseguir esto sin tener que escuchar directamente los problemas de otros.

A veces me gustaría volver a ser la niña inocente de diez años que corría al regazo de su padre cuando escuchaba: "Kathy, es hora de leer." Me pregunto cómo mi yo de diez años sentiría las historias que ahora leo, como sentiría mi historia.

Me quedo mirando por la ventana en clase mientras pienso sobre lo diferente que sería nuestra forma de comprender una misma historia suena el timbre, indicando el final de las clases de hoy.

Recuerdo que Mike se ofreció a acompañarme hasta la salida del instituto, pero no puedo evitar preguntarme si Eli vendrá con nosotros. Me pierdo en mis pensamientos cuando ella aparece en mi mente, parece tan agradable y buena. ¿Será realmente tan sincera y transparente como lo parece? Quiero pensar que realmente sea así, pero no puedo pasar por alto el miedo a que realmente no sea más engaño, una coraza que esconde una personalidad desagradable y falsa.

Escucho su voz mientras me pregunto cómo es.

-Adiós, Kate, espero verte mañana-esboza una sonrisa y se cuelga la mochila de uno de sus hombros.

Mierda, se va.

-¡Espera!-Me tiembla la voz.- ¿No vas con Mike hasta la salida?

Se ríe y niega con la cabeza.

-Tengo mejores planes, quizás mañana.

Recojo las cosas para salir de clase mientras me pregunto por qué tendrá tanta prisa. Me siento culpable por la decepción que me acaba de causar, por un momento pensé que estaría interesada en mí.

Me apoyo al lado puerta de la clase y espero a que Mike esté listo para salir. Veo como se levanta, me saluda con la mano y con una sonrisa se la devuelvo, intentando formar un gesto amable.

-Oye Kate, lo siento mucho. ¿Podrías esperarme aquí durante unos minutos? Tengo que ir a hablar con un profesor.

La verdad es que no me gustaba la idea de quedarme quieta y sola, pero ha sido muy amable conmigo y apenas hay gente por los pasillos ya, no creo que pase nada.

-No te preocupes, te espero aquí-hago una pausa y añado-Con la condición de que me acompañes a casa.

Le ofrezco un intento de sonrisa y él responde con una mil veces más radiante que la mía. Me responde con un "claro" y se va.

Saco el móvil para distraerme mientras espero, que no haya apenas gente por los pasillos es tranquilizador, se siente incluso seguro. Consigo relajarme y veo tres mensaje de Adam Blair:

"Estoy tan orgulloso de ti, me alegro de que hayas dado un paso adelante. Te echo de menos, muchísimo."

"Espero que hables con alguien, esta vez no puedo defenderte."

"Háblame cuando salgas de clase, necesito saber que estás bien."

Le respondo nada más leerlos:

"Estoy bien, no ha sido tan malo cómo pensaba. La ansiedad me sigue persiguiendo, pero creo que he hecho un amigo."

Yo también le echo de menos, no se podría imaginar cuánto. Siempre ha estado ahí para mí, no sé cómo vivir sin él. Pero bueno, la historia de Adam Blair es otra, y será contada en otro momento. Volvamos al presente.

Me pierdo en mis pensamientos sobre Adam cuando veo dos chicos viniendo hacia mí. En seguida los reconozco, son los dos capullos que se rieron de mí en clase cuando me presenté. Saltan todas las alertas de mi ansiedad y empiezo a temblar como un perrito abandonado. Calma, estoy al lado de clase, seguro que solo se olvidaron algo.

Me repito esto en busca de encontrar la calma, pero sus pasos se acercan más y más a mí. A medida que se aproximan a mí mi corazón late más y más rápido.

Aprieto el archivador que hay entre mis manos contra mi pecho, tengo un miedo terrible y no paro de temblar. Cierro los ojos asustada y siento un golpe en la pared, justo al lado de mi cabeza.

-Pareces asustada, princesa. ¿Puedo hacer algo por ti?-Lleva una de sus manos a mi barbilla y me levanta la cabeza.

Mil golpes, mil insultos. Todo se repite. Solo alcanzo a tartamudear un:

-Déjame irme.

-Eres muy bonita, ¿no te apetece que nos divirtamos un rato?- Sonríe de forma grotesca. Es tan desagradable.

No puedo hacer nada más que negar con la cabeza. El miedo me paraliza todo el cuerpo.

-Ethan, eres un auténtico capullo, déjala en paz-Mike aparece por el pasillo como un noble caballero dispuesto a salvarme.

-Solo estaba bromeando, tranquilo.- Sube y baja los hombros, se vuelve a girar hacia mí y me giña un ojo. Asqueroso.

Mike me hace un gesto con la cabeza para que nos vayamos y le sigo. Me vuelvo a agarrar a su chaqueta mientras hiperventilo asustada. Sé que te parecerá una idiotez, a ti, quién sea que esté leyendo esto, porque quizás no creas que es para tanto. Pero recuerda, no sabes mi historia, y por suerte para ti no habrás sufrido ni la mitad que yo.

Nada más salimos del instituto me suelto de su chaqueta y busco desesperadamente la cajetilla de tabaco que tengo guardada en la mochila, saco un cigarro y lo enciendo. En cuanto me lo llevo a la boca la expresión de Mike cambia de golpe, se le tuerce el gesto demostrado asco. Abre la boca para hablar pero se detiene al ver mi rostro lleno de ansiedad y miedo.

Caminamos en silencio hasta mi casa, poco a poco las lágrimas dejan de rodar por mis mejillas. Mike se despide de mí con un fuerte abrazo. También me susurra al oído un:

-Ven mañana a clase, solo es un imbécil, no te hará daño.

Asiento y entro en casa, mi padre no está aún. Le mando un mensaje avisándole de que ya estoy aquí y me meto en mi bunker personal, protegida de todo el daño que pueda causarme la humanidad.

Mediocre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora