Barba linda

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Cuando llegue al consultorio todo estaba tan blanco y habían unos cuantos espejos. Me percaté que estaba la secretaria era una señora mayor y se le veía muy aburrida.

- Hola buenas tardes soy Allison Fernández, emm mi cita era para mañana pero mañana no podré quería ver si la podian posponer para hoy- dije algo nerviosa.

- Claro cariño, siempre hay alguien que cancela cita veré si alguien canceló para programartela para hoy cielo, solo dame un minuto- dijo mientras veía la computadora, me sorprendió lo amable que fue cuando tenía una cara de aborrecia horrible- Listo, alguien canceló para las 12:20 pero son apenas las 9:20 tendrías que esperar cariño.

- Claro, no se preocupe no me molesta - necesitaba saber que me pasaba y no me importaría esperar horas para que el psicólogo me atendiera. Mientras me sentaba en una silla de la sala de espera vi como niños tan pequeños iban a psicólogos ya, la verdad me sorprendí son solo niños pero bueno, no sé de qué hablaba yo cuando tengo 17 años y puedo leer mentes y con solo tocar mi prueba corta pude saber todas las contestaciones de seguro si le contaba eso al psicólogo se morirá de la risa y me mandara a un hospital psiquiátrico, de seguro era un tipo todo amargado todo viejo y aburrido de escuchar los problemas de otra gente y más de adolescentes. Pasaron las horas y veía como se vaciaba y repentinamente se llenaba.

-Allison Fernández por favor pasa a la oficina - la voz se escucho desde unas bocinas, rápidamente me levante y me diriji al fondo donde había una puerta. En la puerta decía "Psicólogo: Arturo Reyes" no pude evitar reírme quién en estos tiempos se llamaba Arturo, su nombre no era feo pero lo veía de viejos y si llegara hacer un joven me moriría de la risa. Entre y vi a un hombre de espalda con espalda ancha y se veía que hacía ejercicio cuando viro su silla para mirarme me quedé sorprendida resultó ser un hombre de unos veintitantos con una linda, muy linda barba y una cara muy bonita. Creo que era el hombre perfecto.

-Allison, ¿cómo estás?- preguntó mientras veía unos papeles. Me quede callada mirándolo y seguia como una estupida parada en medio de la oficina. - Bueno, como no me quieres contestar la pregunta te pido que te sientes- lo dijo mientras me miraba fijo a los ojos- Soy Arturo Reyes, tu psicólogo y alguien en quien puedes confiar.

- Hola, soy Allison- oh dios que torpe, él ya sabía mi nombre y como estupida adolescente nerviosa se lo volví a repetir.

- Lo sé - dijo riéndose, me hizo una seña con la mano para que tomara asiento, me senté mientras me miraba mis uñas color negro.

- Bueno Allison, parece que eres una chica tímida. ¿Qué te parece si nos conocemos ambos para que me cuentes de ti y conocerte? -lo dijo mientras se acercó un poco a mí para mirame con antencion, malditos psicólogos sexy que saben cómo ponerte nerviosa. No sabía ni qué decirle de seguro ya supo que me encanto, los psicólogos saben todo. ¡Maldición!

- P... pue..ss, tengo 17 años estudio mi último año en la única escuela secundaria que hay aquí, emm y me gustan los tacos- oh por Dios ALLISON EN SERIO? ¿ME GUSTAN LOS TACOS? Que estupida. Sentí su risa y mire sus hermosos dientes blancos perfectos. Tiene una sonrisa que me mato.

-Ya algo en común, me encantan los tacos a mí también. Pero bueno, quiero saber a qué se debe tu visita en el psicólogo- dijo mientras miro unos papeles alzó la vista y me sonrio. Oh DIOS este hombre es perfecto no miento.

-Bueno Arturo, supongo que tú lo sabes por algo tienes esos papeles no? - wuuuuuu, eso Allison demostraste no sentirte intimidada por un hombre sexy y con una sonrisa perfecta. Nuevamente sentí su risa más profunda.

- Ok, Allison veremos se supone que tú me tengas confianza en contarme a que debe tu vista porqué por aquí veo que adelantaste la cita, así que algo quieres hablar conmigo, ¿cierto?- dijo parándose de su silla y caminando por su oficina. Este era mi momento debía decirle lo que me pasaba.

- Bueno, he tenido pesadillas algo rara y pesadillas que parecen reales. Umm, ¿conoces a Vincent Van Gogh? ¿El pintor? - tan pronto le dije eso volvió a su silla y me miró fijamente.

-Claro que si, uno de mis favoritos ¿Quién no conoce a Van Gogh?

- Bueno tengo la pesadilla de que le cortó su oreja y parece real- me miró atentamente- bueno la otra vez soñé con que fui a correr, empezó a llover y fui al coffe shop la almeja pero estaba diferente como de los viejos tiempos y escuche a hombres hablar diciendo algo sobre la Segunda Guerra Mundial, les pregunte en que año estábamos y me dijo 1942. Me fui corriendo asustada y alguien gritó "BOMBA" mire al cielo y estaban los aviones nazis tirando bombas me quede quieta esperando mi muerte y todo se volvió negro y sentí que mi madre me llamo y ahí me di cuenta que fue un sueño pero era algo muy real- Arturo me miraba sorprendido como si eso hubiese hecho lo más loco que alguien le ha dicho- pero no es todo señor psicólogo, hoy en la mañana toque mi prueba corta que tenía y de tan solo tocarla me sabía todas las respuestas y saque perfecto. Con tan solo tocar a alguien se lo que piensa. -Arturo se quedo embobado puso un boligrafo en su boca mientras me miraba atentamente.

- Allison veras, quizás nada sea real. Quizás son cosas en tu mente que se producen cuando uno está estresado. - puto psicólogo sabía que pensaría que estaba loca pero tenía que hacer algo para que viera que no mentía.

- ¿Tú dices? ¿Por qué no crees en lo que te digo? Pensé que serías un buen psicólogo pero eres como todos, solo piensas que tus pacientes están locos, les das pastillas y no hablas con ellos para saber que realmente les pasa.

- Oye, tranquila, me refiero que esas cosas no pasan comúnmente. Te puedo recetar algunas pastillas para dormir mejor. - dijo mientras apuntaba unos nombres en un papel- Cuentame de tu ultimo sueño.- la verdad tenía dudas sobre si contárselo porque resultó ser un estupido como todos. Pero bueno es mi psicólogo.

- Soñe con que un señor de unos cincuentaitantos me dijo "Tanto tiempo, cada vida que pasa te pones más hermosa pero en esta te pasaste. Ahora preciosa con todo el dolor del alma solo necesitaré tu corazón para así lograr romper la maldición" sentí como arranco mi corazón con una sola mano ¿Puedes creerlo señor psicólogo?.

- La verdad es que si Allison, son sueños muy raros. Pero cuéntame ¿cómo era aquel señor?

- Pues era mayor. Tenía barba y emm, era trigueño y con ojos como blancos y..

- Oh vaya- Arturo tenía una expresión rara y de confusión - Al parecer padeces de pesadillas te daré estas pastillas. Tómalas todos los días antes de dormirte. Te daré la cita para el próximo lunes. En esa semana me dirás cómo te has sentido y si vuelves a tener pesadillas ven lo antes posible y habla conmigo. ¿De acuerdo?

- Bueno, gracias por mantenerme drogada.

- A veces es bueno drogarse. ¿No crees? - dijo guiñándome el ojo y mi estómago se revolcó

- Claro- dije confundida

- Perfecto, nos vemos el lunes y si vuelves a tenerlas vienes rápido- su mirada estaba sería c

Me fui del consultorio, mire a la gente que había y quedaban muy pocas ya.

- Que tengas una linda tarde señorita - dijo la secretaria mirandome con una sonrisa enorme.

- Igual a ti, buen turno hoy- abrí la puerta, corrí a la guagua y arranque lo más rápido que pude, llegue a mi casa en 15 minutos. Me acosté en mi cama y mire mi celular eran las 2:30.

- Mierda Allison- dije en voz alta hablando conmigo misma quería dormir aunque fuera 2 horas pero en 30 minutos salia mi hermano Dustin de la escuela y tendría que ir a buscarlo. Fui a la cocina y me prepare un Sandwich. Me lo comí lentamente pensando en lo hermoso que era mi psicólogo y cuando me guiñó el ojo, me reí, eso causaba alguna emoción extraña en mi. La verdad no era de tener novios, obvio ligaba normal pero no estaba tan pendiente a eso, ni me importaba. El se veía que era un hombre mayor y era guapísimo. Más su linda barba. Mire el celular y ya eran las 2:50. Salí rápidamente y vi a mi hermano con sus amigos, se despidió y se montó en el carro.

- Que difícil es ser yo- dijo mientras se ponia su cinturón.

-¿Perdón? ¿Qué te crees? ¿Mía la de Rebelde?

El solo rio, en su camino me contó lo estupida que era una maestra con él y que ya quería ser un hombre grande y tener su esposa e hijos. Me sorprendí en la forma que pensaba ya que solo tenía 13 añitos. Pero mi hermanito era un ser increíble.

Misterios reencarnados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora